En Georgia a los Dacamentados o beneficiarios del programa federal de Acción Diferida para los Llegados en la Niñez, (DACA), se les ha negado pagar la matricula estatal a precio de residente del estado. Estos estudiantes entablaron entonces una demanda contra la mesa directiva de Regentes del sistema universitario de esa entidad. En la primera parte de esta reseña del programa de Línea Abierta hablamos del cada vez más difícil acceso de los estudiantes latinos a la universidad en Arizona. En esta segunda entrega ponemos en foco en la situación de los estudiantes latinos en Gerogia, como parte de nuestra serie Diploma en Mano, sobre la educación y la crisis de deserción escolar, y de la iniciativa Let’s Mak it Happen!, con fondos parciales de la Corporación para la Difusión Pública.
Muchos estudiantes latinos a lo largo y ancho del país atraviesan por serios problemas para avanzar a la educción universitaria. Uno de ellos es falta de ayuda financiera para poder hacerle frente a las altas colegiaturas que tienen que pagar para atender a la universidad. En Georgia, 5 de las mayores universidades prohíben el ingreso a los estudiantes indocumentados conocidos como dreamers o soñadores, incluso los que han sido beneficiados por DACA (la Acción Diferida para los Llegados en la Niñez), o Dacamentados, quienes son obligados a pagar las onerosas colegiaturas, tres o cuatro veces más altas que lo que pagan los estudiantes residentes del estado. Por este motivo más de 30 Dacamentados entablaron un pleito legal en las cortes, para desafiar una prohibición educativa contra las medidas aprobadas por la Junta de Regentes del sistema universitario, la entidad rectora de todas las universidades públicas del estado.
La Junta de Regentes decidió seguir la ley, subiendo el nivel económico requerid para ir a la universidad a muchas de las familias de bajos recursos, y como resultado muchos estudiantes abandonaron los estudios, mientras otros tantos decidieron mudarse a otros estrados. Los defensores de los ‘soñadores’ sostiene que la decisión de negarles educación a los jóvenes con Acción Diferida o DACA, es un error legal, y más aun, un error moral.
Pero para el Fiscal General de Georgia, ningún estudiante indocumentado tiene derecho a pagar matrículas como residente si la ley no lo contempla, indicando que la Acción Diferida no es un programa migratorio definitivo.
Uno de los invitados a este programa de Línea Abierta es Rigoberto Rivera, estudiante indocumentado que participa en la demanda de los referidos soñadores contra la Junta de Regentes del Sistema Universitario de Georgia, en Atlanta. Él se graduó en 2009 de la preparatoria y obtuvo DACA hace un año. Dice que “a los jóvenes con acción diferida no nos permiten la entrada a las cinco universidades más prestigiosas de Georgia, y a las otras tenemos que pagar out-state tuition”; es decir, la matrícula para estudiantes de fuera del estado. Esto va en contra del mismo Manual de la Mesa de Gobernadores del Sistema Universitario, dice, que establece que los residentes -en un programa como DACA- pueden acceder al costo de quienes viven en el estado.
“Llegué a Estad o Unidos en 1999, exactamente en mi fecha de cumpleaños, el 27 de diciembre relata Rigoberto. “El año pasado fui aprobado para la acción diferida…, fue un proceso muy fácil para mi, ya que tenía todo listo, los documentos que se requieren para aplicar para la acción diferida. Tarde alrededor diez meses en recibirlo, pero al final fue un gran alivio para mi porque estar sin un estatus aquí en el estado de Georgia es muy difícil”.
La conductora de Línea Abierta, Chelis López preguntó a Rigoberto cómo surgió la idea de la demanda y dónde se halla ésta en el proceso legal.
Rigoberto:
“El verano del año pasado que fuimos aprobados para la acción diferida decidimos hacer una demanda en contra del estado de Georgia. Porque no nos permite acceso a la educación superior, y a las escuelas que podemos ingresar nos cobran tres o cuatro veces más de lo normal”.
Entonces estos estudiantes buscaron entre varios abogados hasta llegar a uno de ellos, y éste les dijo estar dispuesto a entablar una demanda para representarlos en la corte contra la Junta de Regentes, demanda que fue fincada el verano pasado. “Actualmente se encuentra en una corte de apelaciones porque nos fue negada la demanda, por el simple hecho de que la Junta de Regentes no puede ser demandada en el estado de Georgia”.
Rigoberto dice estar bien asesorado por el abogado que los representa, y que a pesar de haber perdido la demanda, el juez que atendió el caso simpatizó con su causa. “En el fallo que él emitió, expresó que nosotros estamos legalmente en el país, y que podemos vivir, trabajar y conducir legalmente en el estado de Georgia. Y que por estas razones no se puede argumentar que nosotros no tenemos ninguna presencia legal en el estado de Georgia”.
No obstante, y según Rigoberto, el juez les dijo que él no tenía el poder como para emitir una fallo favorable a los Dacamentados, “por el simple hecho de que el estado de Georgia tiene una ley que dice que la Junta de Regentes tiene inmunidad en contra de demandas”. Y es por esa razón que los Dacamentados perdieron la demanda, dice el estudiante, y que ahora por eso están apelando en una corte de apelaciones, “donde tenemos la esperanza de poder continuar con la demanda, y no argumentar que ellos tienen inmunidad, pero si demostrar que nosotros tenemos presencia legal”.
Y eso es lo que precisamente dice Rigoberto que están tratando de hacer. “Si ganamos en la corte de apelaciones estamos seguros que el fiscal general va a apelar la decisión y vamos a tener que ir a la corte superior de Georgia”. Agregó que están consultando con otras organizaciones para ver qué otra cosa se pude hacer. “Tenemos contemplado una demanda en una corte federal, pero esto todavía no está muy concreto; si lo vamos a hacer, o si vamos a esperar algún fallo en las cortes de Georgia”.
Otro consejo recibido por estos jóvenes ‘soñadores’ ha sido el de hablar con los legisladores, cosa que han hecho ya. De hecho, “Yo trabajo para un legislador -Pedro Marín- aquí de Georgia, y él tiene un proyecto de ley que vamos a tratar de introducir en enero, sostiene Rigoerto, quien agrega que “él ha sido una grana ayuda para nosotros”.
Dicho proyecto de ley gira al rededor de la idea de que todos los jóvenes que tienen la Acción Diferida pueden recibir el beneficio de pago de la matrícula para los estudiantes locales. “Porque supuestamente hay una ley aquí en Georgia, que es la que dice que en realidad nosotros no tenemos presencia legal en el estados, o que no podemos recibir lo que es el in-state tuition (matrícula del estado). Entonces ese proyecto de ley haría que todos los que tengan la acción diferida aquí en el estado de Georgia, y que se hayan graduado de una preparatoria local puedan recibir este beneficio en todas las universidades”.
Además de la vía legal estos jóvenes soñadores han venido movilizándose con actos de desobediencia civil, visitas a las escuelas no sólo para conocer el impacto que tienen como Dacamentados, sino también para ver qué tan dispuestos están otros para prepararse y luchar por el derecho a la educación universitaria como cualquier otro residente que se libre de esa palabra de ser Dacamentado, afirma López.
Desde el 2010, cuando falló el Dream Act a nivel federal, los estudiantes en el estado de Georgia decidieron hacer actos de desobediencia civil, y en el verano de 2010 realizaron una demostración grande donde 6 soñadores bloquearon una calle frente al capitolio. “Y eso tuvo un gran impacto porque muchos estados no lo habían logrado. La única otra desobediencia civil a nivel nacional había sido en Arizona, cuando un par de estudiantes hicieron un acto de desobediencia civil en las oficinas del senador John McCain”. Esto fue algo que impactó el movimiento, dice Rigoberto, “porque desde entonces aquí en Georgia seguimos haciendo estas demostraciones. Cada vez que podamos o cada vez que la Junta de Regentes tenga una junta pública nosotros estamos ahí; nos han dado ellos la oportunidad de hablar, pero en otras ocasiones que ellos no nos han hecho caso, o que no nos hayan invitado, nosotros entramos a interrumpir las juntas que ellos tienen”. Y esta es la misma razón por la que las autoridades escolares quieren hablar con los Dacamentados, asegura Rigoberto, “porque no quieren que nosotros sigamos haciendo estos actos de desobediencia civil… para quitarse la responsabilidad de darnos in-state tuition y permitirnos entrar a las 5 universidades más prestigiosas, diciéndonos que ellos no pueden hacer nada y que busquemos mejor a la Legislatura”.
Por eso, afirma el estudiante, es que van a continuar la demanda, y seguir con los actos de desobediencia civil hasta que la Junta de Regentes haga lo correcto, dice, “que es dejarnos entrar a las 5 universidades más prestigiosas, y que nos den in-state tuition a todos los estudiantes indocumentados, no importa si tienen o no la acción diferida”.
Pero, ¿cómo afecta tener que pagar dos o tres veces más el costo de la matrícula universitaria, comparado al pago que hace el resto de los estudiantes de Georgia que son ciudadanos?, pregunta Chelis López.
“Tiene un gran efecto para miles de estudiantes de Georgia, porque es muy caro lo que nos están cobrando por una clase. Yo he estado tomando algunas clases en Georgia Perímetro”, dice Rigoberto. El Georgia Perímetro se caracteriza por ser un colegio comunitario con una de las tarifas más bajas en el estado. “Y aun así yo pago mil 200 dólares por una clase y no puedo recibir ningún tipo de beca o ayuda financiera”. El estudiante afirma que esta situación es algo que no les permite avanzar, pues es mucho dinero nada más por una sola clase. “Y también tenemos otras cosas qué pagar; tenemos que sobrevivir en este país… Si yo pudiera tener in-state tuition estaría pagando alrededor de 250 a 300 dólares por una clase, en lugar de mil 200 dólares…. Muchísimos jóvenes no pueden entrar a las universidades, y muchos de ellos se van a otros estados, o simplemente trabajan, pero no avanzan es sus careras de educación”.
La prohibición que impide el ingreso a las cinco universidades más importantes de ese estado y los altos costos de la matrícula que tienen que pagar los estudiantes como Rigoberto va en contra de lo que dice el manual de la Mesa de Gobernadores del sistema universitario de Georgia ¿Qué responden ellos entonces, en torno a si es que efectivamente esto va en contra del manual, qué les han dicho y porque no pueden apelar esta decisión?, pregunta López.
“En las primeras juntas que hemos tenido con Junta de Regentes, la respuesta de ellos fue que ‘él presidente Obama no puede estar haciendo sus propias leyes’. Entonces nosotros les dijimos que no era una ley, que era simplemente un cambio en la política, pero ellos no lo ven así. Para ellos eso es una ley que él -Obama- pasó; que no tiene ningún fundamento legal, dicen ellos. Para ellos nosotros no tenemos presencia legal en el estado de Gorgia, y es por eso que no nos permiten entrar a las 5 universidades más prestigiosas, ni recibir in-stae tuition, porque supuestamente el manual de ellos no aplica para nosotros”. Rigoberto agrega que en las nuevas reuniones que han tenido con los regentes, cuando preguntan de nuevo sobre si tienen o no presencia legal en el estado, aun cuando el Departamento de Seguridad Nacional ha dicho que sí la tienen, “ellos evitan esa pregunta y nos dan otra respuesta, de que ellos no pueden hacer nada y que es el Fiscal General quien les ha dicho que no nos otorguen el in-state tuition; y que mientras esté este problema en las cortes ellos no pueden hablar sobre el tema. Y es así como ellos se defienden”.
“Yo le pido a todos los jóvenes indocumentados que no se den por vencidos; que luchen por sus derechos y no se dejen engañar por los políticos. Que busquen las escuelas, y que si no pueden entrar a una universidad, siquiera que traten de tomar una clase, porque eso ayuda muchísimo dijo Rigoberto para concluir su participación en este programa de Línea Abierta.
Para poner este asunto en una perspectiva nacional, porque tanto Georgia como Arizona son dos de los estados com más limitaciones y restricciones para los jóvenes que quieren ir a la universidad, aunque no son los únicos pues hay otros estados también que ‘no cantan mal las rancheras’, como sostiene Chelis López echando mano a un refrán popular, la conductora de Línea Abierta da la bienvenida a Laura Bohorquez, coordinadora del programa, DREAM Empowerment Educational Program, de United We Dream, en Chicago, IL.
En cuanto al acceso a nivel nacional de los jóvenes indocumentados a la educación superior Bohorquez señala que hay en el país en estos momentos 18 estados que brindan in-state tuition a los estudiantes indocumentados. Esto quiere decir que les pueden cobrar una matrícula que depende de cuánto estaba cobrando el estado por cada estudiante. “Hay muchas escuelas que les cobran matrícula internacional a los estudiantes si no tienen documentos” migratorios, dice Bohorquez, y afirma que hay también otros estados donde las escuelas privadas dejan que los estudiantes puedan pagar la matrícula local. “Y estos estados son, por ejemplo Hawaii. Hay escuelas en Arizona y otras escuelas en Ohio”. También hay diferencias, pues es un problema con muchas capas, dice la invitada. “Porque cuando salió DACA dijeron: ‘bueno, podemos ofrecerles matrícula a los estudiantes que tienen DACA, o a todos los estudiantes indocumentados’. Y unas escuelas dijeron: ‘bueno, nada más se lo vamos a ofrecer a los estudiantes que tienen DACA’. Por ejemplo ahorita en el estado de Virginia los estudiantes pueden pagar matrícula del estado si tienen DACA, pero si no la tiene y son indocumentados no la pueden pagar”.
Entre los 18 estados que sí ofrecen la matrícula estatal se destacan, California, Washington, Nuevo México, Texas, Oregon, Colorado, Nebraska, Kansas, Nueva York, La Florida, Connecticut, Maryland, Nueva Jersey e Illinois, entre otros. “Y esos estados, aunque sí dejan que los estudiantes paguen matrículas del estado como residentes, en las escuelas muy costosas muchos de nosotros simplemente no podemos pagar esas matrículas como residentes”, dice Bohorquez. “Por ejemplo yo soy del estado de Washington y cuando estaba yendo a la escuela teníamos in-state tuition, pero de todas maneras la matrícula en el estado de Washington estaba a 23 mil dólares. Entonces yo como crecí en un pueblo rural y nuestra economía dependía de la agricultura, pues yo no tenía dinero para pagar los 23 mil dólares”.
Hay entre todos estos estados, dos que que prohíben la inscripción de los indocumentados, quienes tienen pocas o nulas opciones de continuar estudios superiores. Se trata de Arizona y Georgia, dice la invitada. “Y horita lo que está pasando en Georgia es que les están prohibiendo a los estudiantes asistir a la five top universities del estado”, continúa la invitada. “Y lo que están haciendo los estudiantes ahí, es buscar que los puedan ayudar a encontrar ayuda financiera, y de todos modos se inscriben a la escuela, pero pagan matrícula de international students. Pero también hay una organización, con un colectivo de profesores y estudiantes que han hecho un freedom university, y los estudiantes van ahí y toman clases de profesores que están donando su tiempo para enseñar a los estudiantes y darles clases de lo que ellos puedan dar clases”. Bohorquez señala que los estudiantes entienden que no les pueden dar crédito por esos clases, pero que esto demuestra que los estudiantes quieren seguir aprendiendo. “Y saben que aunque no puedan usar esos créditos para el futuro, saben también que lo que están aprendiendo ahorita es algo que los está ayudando a sobrevivir y a entender más de lo que está pasando, y por qué no los están dejando atender a la escuela”.
En Carolina del Sur y Alabama existen también leyes estatales que prohíben a los estudiantes indocumentados ir a la escuela, apunta Bohorquez, “Pero lo que estamos encontrando es que hay también universidades que no siguen la ley y usan su discreción para ayudar a estos estudiantes. Porque ellos entienden que a nivel federal no hay una ley que diga que los estudiantes indocumentados no pueden atender al colegio o a las universidades. Al igual que no hay leyes a nivel federal que digan que los maestros no pueden ayudar a los estudiantes”. Y esto resulta de suma importancia, dice, “por que en los estados donde sí hay ayuda financiera y in-state tuition del estado, de todas manera hay muchos maestros que piensan que van a perder su trabajo o que no pueden ayudarle a sus estudiantes”. Y esos maestro que no ayudan a los estudiantes indocumentados, no lo hacen, en opinión de Bohorquez, “porque no entienden las leyes”.
En términos de la igualdad de oportunidades o ayuda financiera y cuotas de inscripción estatales para los Dacamentados, hay sólo cuatro estados de los 18 mencionados que brindan ayuda financiera y in-state tuition. “Washington es uno de ellos”, afirma Bohorquez. “Este año Washington fue el cuarto estado que pasó una medida similar. Entonces hemos visto que como mil 500 estudiantes han comenzado a recibir sus cartas de cuánto dinero les van a poder ayudar para este año escolar. Y hemos visto que muchos estudiantes que son los primeros que se han graduado de sus clases, y ahora si van a poder asistir a sus escuelas”. Bohorques agrega que hay estudiantes que se inscriben primero en un colegio comunitario durante un semestre, y luego tienen que salirse de la escuela para irse a trabajar y reunir dinero para poder pagar por el siguiente semestre. Esto provoca, dice la invitada, que los estudiantes tarden hasta 7 años para graduarse de un colegio comunitario.
Esta forma de realizar sus estudios por parte de muchos estudiantes latinos de bajos ingresos presenta un serio inconveniente para estos, que en su oportunidad fue abordado por el Dr. Antonio Flores, presidente y director ejecutivo de HACU (Hispanic Associatin of Colleges and Universities), con sede en San Antonio, TX, en una entrevista realizada por Samuel Orozco, director de Noticias de Radio Bilingüe, que usted puede hallar en este enlace.
Sobre el estado de Indiana, donde también esta vedado el acceso a las universidades por los altos costos de la matrícula y la nula ayuda financiera, Bohorques señala que se han comenzado a organizar con maestros y estudiantes para ver cómo poder ampliar más este acceso a las universidades. “Por ejemplo no es nada más sobre cómo puedo tener yo más acceso, como estudiante indocumentada, sino saber que tengo familia que también es indocumentada y cómo afectan las deportaciones en mi comunidad; y cómo voy yo en la escuela y cómo puedo hacer mis tareas sin pensar que no voy a regresar mañana a la escuela, o qué va a pasar con mi familia”. Entonces, estos son los temas que se discuten en Indiana, y las formas como maestros y estudiantes abordan estos problemas son otras de las prioridades temáticas en ese estado, sostiene la invitada, quien invita a los jóvenes estudiantes a visitar el sitio web de United We Dream, donde puede hallarse un interesante reporte del mapa detallado sobre los estados del país y sus políticas de admisión y matrículas universitarias para los estudiantes latinos Dacamentados e indocumentados■
Enlaces de interés:
https://www.credomobilize.com/petitions/end-university-segregation-in-georgia-1?source=tumblr
http://www.moralmondayga.com/