De La Redacción
El percusionista y santero afrocubano, Felipe García Villamil, galardonado con el Premio Nacional al Patrimonio Cultural de la Fundación Nacional por las Artes (NEA), la máxima distinción en las artes folklóricas y tradicionales en Estados Unidos conversó con Línea Abierta sobre sus orígenes y su vida en este país. Nacido en Cuba dentro de una prominente familia de cantantes, músicos y danzantes de la religión lucumí, o santería del pueblo yoruba, García Villamil es maestro del juego de tres tambores consagrados, llamados batá; y es además un consumado artesano de instrumentos ceremoniales. Entre otros de estos i8nstrumentos están los tambores Bembe, de la tradición Yoruba, poco vistos en Estados Unidos.
Los únicos tambores Siyeza que existen en Estados Unidos son los creados por Felipe García Villamil. Estos tabores también conocidos como Batá, son unos tambores de doble parche, tallados en madera con forma de reloj de arena y con un cono más largo que el otro. Este instrumento de percusión es usado primordialmente para propósitos religiosos o semi-religiosos de la cultura yoruba, localizada desde sus orígenes en Nigeria, y es adorada por los practicantes de la Santería en Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos. También se usa con fines únicamente musicales. Estos tambores batá son una familia de tres tambores consagrados: Iyá, tambor grande; Itótele, tambor mediano, y Okónkolo, tambor chico. Los tambores son tocados simultáneamente para crear toques de polirritmia.
En los años 70 el maestro García Villamil creo fundó y dirigió el reconocido conjunto musical Emikeke, con proyección nacional e internacional. Sus grabaciones han sido recogidas por especialistas en esta música, tanto en Estados Unidos como en El Caribe y Latinoamérica. Y entre algunas de sus más destacadas presentaciones en Nueva York se encuentran por ejemplo las realizadas en el Museo de Historia Natural, el Centro Cultural del Caribe, el Lincoln Center Out-of-Doors Festival, el de Yale University, y el de Columbia University.
Por su larga trayectoria en la tradición Yoruba, que devino en la religión Lucumí, mejor conocida como Santería, y por su virtuosismo en la música de este género, el maestro García Villamil recibió en el año 200 el premio nacional del Patrimonio Cultural, por parte del Fondo Nacional para las Artes (NEA), la máxima distinción otorgada a los maestros en las artes tradicionales y folclóricas en Estados Unidos.
Además de construir tambores, sus habilidades tradicionales lo han llevado a crear altares y objetos de culto del Occidente de África, y también ha sido un difusor de las tradiciones cubanas y africanas como invitado orador en repetidas ocasiones.
“Mi padre fue un gran hombre dentro de la tradición Abakwá, tenía su potencia, como le llamaban en aquel entonces, y nos inició a nosotros también, a mí y a mi otro hermano, y pues seguimos la tradición de él”, dice el maestro Villamil al iniciar la plática con Línea Abierta.
A los 14 años de edad, continúa el maestro, su padre lo inició en esta tradición africana. “La tradición del Abakwá, es una sociedad de hombres nada más; aunque las mujeres pueden asistir a sus fiestas, pero hay un cuarto sagrado a donde nada más entran los que están iniciados… Él era muy apegado a su religión, era demasiado religioso. Nos enseñó a respetar las tradiciones, hay que respetar a la mujer, a la señora que uno tenga; hay que respetar a la madre sobre todo. Una madre no puede ir a dar una queja a una potencia, de que su hijo la maltrató, de que su hijo la insultó, o cualquier cosa, porque va a tener un castigo grande y dentro de toda la sociedad” abakwá; Todos los miembros lo van a mirar como una persona indeseable; van a pasar un oficio, una carta a todos los demás… fulano de tal es mal hijo, esta maltratando a la madre, o la empujó…”.
Este tipo de eventos constituyen fiestas públicas, comunitarias, donde se invita a las familias, dice el maestro García Villamil. “Son fiestas muy coloridas, porque tienen plumas, los diablitos que salen a bailar, es una fiesta hermosa, e ve bien…”.
En esta charla que sostiene Cheliz López, conductora de Línea Abierta, el maestro, Felipe García Villamil, narra su salida de Cuba, la llegada a Miami y luego su traslado a Nueva York; las actividades que desde entonces ha venido realizando con sus hijos y nietos para preservar la religión abakwá, los tambores batá, las artesanías y objetos religiosos que ha construido, y el orgullo de ser santero y practicante de la tradición lucumí. El resto de esta interesante y colorida conversación puede escucharla en enlace de abajo:
Galardón del NEA
Invitado:, maestro percusionista del tambor, ,
NEA National Heritage Fellow, Los Angeles, CA, http://arts.gov/honors/heritage