Después de vivir en California durante más de 30 años, Rocío Rebollar Gómez fue deportada. El ser una pequeña empresaria, con 3 hijos, tres nietos, sin antecedentes criminales además de ser madre de un oficial del ejército de Estados Unidos no le valió la clemencia del gobierno federal. Pero en la fronteriza ciudad de Tijuana, Baja California, México, Rocío encontró consuelo y esperanza con una organización de madres y abuelas deportadas que luchan para cambiar las políticas estadunidenses de separación familiar, Jessica Bedolla tiene la historia.
“De la manera que me sacaron fue prácticamente como a un narcotraficante al que iban a ir a rescatar”
Rocío Rebollar Gómez todavía no se recupera del impacto emocional que le causó su deportación. Ella visitó con su media hermana el albergue de deportados veteranos. Estaba sentada en una silla plegable y con la voz quebrada por las pocas horas de sueño. Dice cómo se siente:
“No puedo salir, no conozco… De verdad tengo miedo, he oído muchas cosas. El lugar donde estoy no es un lugar muy seguro. No es lo humilde sino la inseguridad que se vive en las calles de Tijuana”
Rocío tiene 51 años de edad y nació en Acapulco, Guerrero, México. Tiene 3 hijos, uno de ellos Gibrán Cruz, de 30 años y quien es un oficial de Inteligencia del Ejército de Estados Unidos. Migró por San Ysidro, California, buscando un mejor futuro; y durante más de 30 años trabajó jornadas dobles limpiando hoteles y oficinas, y formó pequeñas empresas incluida una distribuidora de productos de salud. Además, compró dos casas.
“Nunca usé ni abusé del sistema. Eso es algo que muchas personas pueden decir”
Sin embargo fue detenida en una redada en 1988 y reingresó dos veces tras una salida voluntaria hace 15 años. Fue sometida a un proceso de deportación que se agotó. Atrajo la atención de los medios cuando su hijo Gibrám pasó con ella algunos días a finales del año pasado. Esperaba que la favoreciera un programa especial para familias de militares en activo, pero no fue así.
“Ya no pude despedirme de él, en cuanto llegamos me llevaron para abajo, me subieron a un carro y me trajeron aquí”
La deportación de Rocío llamó la atención de la senadora federal de California y excandidata presidencial, Kamala Harris. En su cuenta de tuiter escribió que “la deportación de una empresaria y madre de un oficial activo de la fuerza armada no hará más seguro al país”, y se comprometió a seguir luchando por el regreso de Rocío y por otras familias separadas de manera innecesaria.
Rocío se mantiene en constante comunicación con sus 3 hijos y tres nietos por medio de las redes sociales y no pierde la fe en regresar con su familia.
“Mi nieto me preguntó: ‘when are you coming back?’. I don’t know. ‘Are you coming back?’ I don’t know”
Cuando llegó a Tijuana el primer grupo que la apoyo fue ‘Madres Soñadoras. Dreamers Moms USA/Tijuana’. Es una organización formada por más de una docena de madres deportadas que sufren la misma pena.
“Quiero decirle a Rocío que siento mucho su dolor. Que me encanta poder estar con ella y darle un poco de contención y de esa resiliencia que ahora tengo…”
Yolanda Varona fundó el grupo hace más de una década, cuando fue deportada después de vivir 18 años de manera estable y exitosa en El Cajón, California. Varona dejó en Estados Unido a un hijo de 30 años y a una hija de 23; pero sigue luchando por regresar legalmente y para que cambien las políticas de separación familiar endurecidas por el actual gobierno federal, que ha devastado a decenas de miles de familias.
“… Y decirle que yo sigo sangrando por dentro todos los días. Que 10 años sin ver a mi hija y su amor me mantienen en pie; y el saber que nuestros hijos están vivos, con salud y que nos aman, es lo que nos va ayudar a resistir hasta el momento de regresar”
Ya con el respaldo de Madres Soñadoras Rocío se seca las lágrimas, consciente que otra difícil etapa de su vida apenas empieza.
“Todo esto que me ha pasado a lo mejor es una pauta para marcar una diferencia”
Pero ya no sólo piensa en ella sino también en otras familias, concluye Rocío Rebollar Gómez:
“Creo firmemente en que Dios tiene un propósito para mí. Sé que a lo mejor el hecho de estar aquí es para que yo haga una diferencia, no para mí, sino para muchos otros más”
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino desde Tijuana, Baja California, México, Foto y Guion de Jessica Bedolla.
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