La Suprema Corte prohibió la segregación de diferentes razas en 1954, en el famoso caso Brown contra el Consejo de Educación. Sesenta años después, un informe encontró que las escuelas públicas de este país aún están muy segregadas. Las escuelas de la ciudad de Nueva York son las más segregadas. Un grupo de madres de familia de Harlem y otras partes del Alto Manhattan buscan aumentar las opciones para que las familias latinas puedan mandar a sus hijos a las mejores escuelas. Diana Montaño reporta. Este reportaje es parte de American Graduate, Let’s Make it Happen!, una iniciativa de los medios públicos para tratar la crisis de deserción escolar, con el apoyo de la Corporación para la Difusión Pública.
Sonido ambiental de niños…
En el Bloomingdale Family Center, un centro preescolar de Head Start en el Alto Manhattan, un grupo de madres se reúne para discutir cuáles escuelas de su distrito son las más abiertas a las familias latinas y de bajos ingresos.
Sonido ambiente de reunion: This year I felt the most welcoming at 163… We’re still trying to get our foot in there…
Estas madres son parte del Proyecto de Liderazgo de Padres, o PLP, un grupo comunitario que ayuda a los padres a navegar el laberinto del sistema escolar de la ciudad -empezando con el proceso de solicitar el ingreso al kínder.
“Se sintió como aplicar a la universidad”
Yanuaira López-Souza se integró al grupo el año pasado cuando empezó a buscar programas de kínder para su hija. No fue fácil entrar a la escuela pública que quería -la PS 75- en el barrio de clase media alta del Upper West Side. Es una escuela primaria prestigiosa, reconocida por su programa de arte. Pero cuando López-Souza solicitó su ingreso le dijeron que no había cupo, en parte porque vivía en otro barrio.
López-SouzaLópez-Souza:
“Llamé diariamente porque estábamos en la lista de espera, y duramos dos meses llame, llame, llame diariamente. Yo y mi esposo cogíamos turnos, yo lunes, miércoles, viernes, y él martes y jueves. Ya la señora nos conocía, pero ya en junio, nos pudieron dejar entrar porque demostramos que sí nos interesaba mucho”
Según el PLP, el Distrito 3, donde vive Yanuaira, es uno de los más segregados de la ciudad. Esto a pesar de ser uno de los más diversos. Aparte de listas de espera, las familias de color del Distrito 3 enfrentan otras barreras para entrar a escuelas donde se concentran los alumnos blancos; por ejemplo, la falta de intérpretes en las visitas escolares, o la expectativa de que los padres deben recaudar fondos, algo que margina a familias de bajos ingresos.
Ujju Aggarwal, una profesora e investigadora en la Universidad de la Ciudad de Nueva York lleva más de 10 años estudiando la segregación escolar en la ciudad. Dice que la decisión de la Corte Suprema que prohibió la segregación dejó incompleto el proceso de integración.
Aggarwal:
“Brown, while it ensured equal access to schools, never established a redistribution of resources. And that got tied to this idea of choice. Universal rights became structured as individual choices. Instead of putting the responsibility on the district to desegregate, it puts the responsibility on the families to choose to desegregate”
(La decisión de Brown aseguró acceso equitativo a las escuelas, pero nunca estableció una redistribución de recursos. Y los derechos universales se estructuraron como opciones individuales. En vez de poner la responsabilidad de desegregar sobre el distrito, pone en los padres la responsabilidad de escoger desegregar)
Bajo este esquema, la carga de encontrar mejores escuelas recae con más peso sobre las familias latinas y afroestadunidenses, quienes suelen vivir en barrios con menos recursos y con escuelas de bajo rendimiento.
El Proyecto de Liderazgo de Padres da talleres a los padres inmigrantes de bajos ingresos sobre sus derechos y opciones, para que puedan tener más posibilidades de entrar a las escuelas que quieran para sus hijos.
Pero el grupo también quiere lograr un cambio estructural. Junto con otros grupos, han propuesto que el distrito adopte una política llamada controlled choice, o de opción controlada, en la que las escuelas tienen que reflejar la diversidad demográfica de su comunidad.
Sonido ambiental: Niños jugando en la PS 133
Una escuela en el Distrito 15, de Brooklyn, ya está experimentando con esta política.
La PS 133 está en Boerum Hill, un barrio con una creciente población blanca de clase media. El año pasado la escuela abrió sus puertas a estudiantes del vecino distrito 13, donde hay una gran población inmigrante latina y china. También apartaron 35 por ciento de sus asientos para alumnos de bajos ingresos, y los que están aprendiendo inglés.
“Para mí es simple: donde está el dinero es donde están las oportunidades”, dice Elena Romero.
Romero ha llegado a recoger a su hija. Ella vive en Sunset Park, un barrio latino de bajos ingresos fuera de la zona. Hace dos años decidió cambiar a su hija a esta escuela.
“Las escuelas que no tengan los mismos fondos, los mismos recursos, esos niños no van a tener las mismas oportunidades. So, para mí como madre, no me importa si tengo que ir veinte minutos en el tren cada día, si allí es donde va a haber la oportunidad para mi niña ser la mejor persona y profesional que haya, pues ahí es donde yo voy”, dice la mujer.
La composición demográfica de la PS 133 si refleja la diversidad del área –niños asiáticos, latinos, afroestadunidenses y blancos juegan juntos en este segundo día de clase.
Naila Rosario es la presidenta del Consejo Comunitario de Educación del Distrito 15. Explica que aceptar niños del distrito vecino también fue una forma de abordar las iniquidades entre los dos distritos.
Rosario:
“No solamente por diversidad de las escuelas. También están las escuelas sobrepobladas. Estamos en un distrito especialmente en las áreas latinas, donde están con una sobrepoblación de más de 140%. Entonces hay clases donde tenemos más de 32 niños en una clase, y con estas pólizas, lo que podemos hacer es mandar a niños a otras escuelas que no estén tan pobladas como esas”
Pero elegir una escuela fuera de su zona no es fácil para estas familias. Elena Romero tiene que despertar a las 5:30 para llevar a su hija en tren. Heather Thomas Mann, la directora de la P.S. 133 dice que hacer que la escuela sea accesible para las familias que viven más lejos, sigue siendo un reto.
Mann:
“How are people going to get here, besides car, right? Are you going to provide school buses? Perhaps there needs to be some more bus routes that are put in place”
(¿Cómo va a llegar la gente aquí, aparte de encarro? ¿Vamos a proveer autobuses escolares? Quizá necesitamos instalar más rutas)
Según la directora, los legisladores y el departamento de educación tendrían que asignar más recursos para este tipo de esfuerzos.
Ujju Aggarwal, la investigadora, ha estado trabajando con el Proyecto de Liderazgo de Padres para formular una propuesta de desegración en el distrito 3, en Manhattan.
Aggarwal:
“Desegregation isn’t necessarily the same as integration. To us it is not a solution to just have children of color sitting next to white children, but rather a redistribution of resources”
(La desegregación no es necesariamente lo mismo que la integración. Para nosotros la solución no es sólo tener a los niños de color sentados juntos a los niños blancos, sino una redistribución de recursos)
A pesar de los desafíos, Yanuaira López-Souza, la mamá que tuvo que llamar durante meses para que aceptaran a su hija en la P.S. 75, se siente optimista.
López-SouzaLópez-Souza:
“Sé que es algo que va a coger bastante tiempo y personas que sí les interese y quieran ver el cambio. Pero, nada, seguir adelante con la lucha, eso es lo único que podemos hacer”.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, reportó desde Nueva York, Diana Montaño