Los inmigrantes, temores y entusiasmo en el Primero de Mayo

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Los inmigrantes y sus aliados volvieron a hacer suyo el primero de mayo, fecha que por tradición es conocida en casi todo el mundo como el Día Internacional del Trabajo. A pesar del clima político de odio antinmigrantes propiciado por la actual administración federal, cientos de miles salieron a las calles en ciudades y pueblos a lo largo y ancho de este país. Algunos dieron en llamar al evento como el Día sin Inmigrantes, en referencia a un alto en las labores generales y en el consumo de servicios y mercancías de 24 horas, y otros simplemente lo llamaron el Día de las Marchas. A todos los unía el propósito común de ponerle un ¡hasta aquí! a la retórica y a la política del miedo y del odio, y hacer valer los derechos constitucionales que le asisten al inmigrante.

Samuel Orozco                                                                                                                                  Director de Noticias                                                                                                                                 Radio Bilingüe, Oakland, CA

En la jornada de ayer se reportaron marchas en las mayores ciudades del país. En Los Ángeles, por ejemplo, vimos las calles del centro abarrotadas y en los discursos se hicieron presentes altos líderes políticos del estado y la ciudad: el líder del senado estatal, Kevin de León, y la supervisora del condado, Hilda Solís, entre los más visibles.

En Chicago, Nueva York, San Francisco, San José, Houston, Seattle, Phoenix, Las Vegas, Salem… decenas de miles salieron a las calles. En Washington,  DC, miles marcharon directo a la Casa Blanca. En Grand Rapids, MI, bastión de Trump, incluso allí miles salieron a las calles también. En Milwaukee, docenas de miles se dirigieron a las oficinas del sheriff David Clarke, émulo de Arpaio. Hubo marchas también en Boston e Indianápolis. En Oakland salieron miles a las calles y las labores de los muelles de este importante puerto de altura quedaron paralizadas al declararse los trabajadores portuarios en huelga.

Y ni qué decir de las marchas en tanto pueblo a través del país. Se nos reportaron marchas en Yakima y Mt. Vernon en el estado de Washington. En California vimos marchas en San Diego, Fresno, Bakersfield, Stockton, Santa Rosa, Salinas, Delano, Oxnard y otras localidades. En La Florida, se nos reportan marchas campesinas en Immokalee y Apopka. También en Birmingham, Alabama. La lista es larga.

Entre los carteles que cargaban los manifestantes colecte estos rótulos: ‘Pensilvania ama a los inmigrantes’; ‘Here to Stay’; ‘No somos uno, no somos cien, somos millones, cuéntanos bien’; ‘Chicago no se deja’.

Me tocó estar en la marcha de aquí, en Oakland. Salieron varios miles a media tarde y bajo un solazo y calorcito que no daba tregua ni cuartel. Aquí algunas de las pancartas que leí: We love dreamers / Sin Muros / Does my presence offend you?/ Immigrants: we get the job done/ I march for my Tata and all immigrants (cargado por un niño) / Sanctuary for all – SB 54 / Richmond Proud to be Sanctuary City / Arriba, abajo, la migra  pal carajo. Y muchos otros dichos y rimas.

De esta marcha de Oakland sólo quiero compartir dos o tres observaciones:

Al frente de la marcha, en la primera fila y en el primer contingente, figuraban jóvenes, tal vez estudiantes. Eran jóvenes latinos, asiáticos, negros, blancos. Jóvenes muy llenos de vida y energía.

En el corazón del barrio de Fruitvale, en el Boulevard Internacional, que fue la ruta de la marcha, me tocó ver cuadras enteras en las que el comercio estaba paralizado. Sólo en una cuadra había veinte comercios (restaurantes, taquerías, tiendas de ropa, mercados, hasta cantinas) a ambos lados de la calle, que tenían sus puertas cerradas con rótulos que anunciaban su apoyo al Día Sin Inmigrantes (rótulos impresos o hechos a mano). Muchos fueron los comercios que respondieron al llamado y cerraron sus puertas en el barrio latino de Oakland.

En la marcha, casi no me tocó ver banderas nacionales. ¡Casi ninguna! Lo que los manifestantes enarbolaron en vez fueron letreros que mostraban sus ideas, sus propuestas, sus peticiones, sus reclamos; alusiones todas a sus derechos y a sus contribuciones a esta sociedad. Mucho cartelón, mucha pancarta, pero no banderas nacionales.

Además, vi cantidad de gente usando su teléfono celular como cámara. Al mirar a la gente que tomaba video o fotos desde sus porches, patios, cercos, ventanas, carros, me pregunté, conociendo a mi gente: ‘¿Cuántos de esos videos estarán hoy en sus redes sociales, compartidos con familia, amigos, paisanos, colegas, incluso hasta al otro lado de la frontera?’ ¿Cuántas imagines y voces de esta sola acción llegan a darse a conocer y circular por toda la comunidad y el mundo? Este es el nuevo poder, el de los medios ciudadanos, un ubicuo medio.

Platiqué con algunos inmigrantes latinos (sobre todo centroamericanos) que andaban en la marcha, pero sobre todo me interesé en hablar con los curiosos, los que miraban pasar la marcha desde la banqueta, o desde sus carros, o a los que les daba por tomar fotos. Les pregunté qué pensaban de la marcha; si tenían fe de que algo bueno podrá resultar de estas acciones, y si creen que darán fruto. Con distintas palabras, estas fueron sus respuestas:

“Sí, creo que algo va a pasar, porque veo aquí mucha gente y he sabido que estas mismas marchas hay en otros estados, por todo el país”. Otro dijo: “Pa que vean que no estamos solos, que mucha gente nos apoya. Cree Trump que puede hacer lo que quiera y no es así”. O sea, algunos encontraron esperanza en los números.

Otro tipo de opiniones fue este: “Algún día algo se va a poder conseguir. Si no hoy, más delantito… La cosa es no dejar”. O sea, sacan esperanza de la perseverancia, del no cejar.

A la misma pregunta de ¿qué le hace tener fe en que esto rendirá frutos? Uno contesto: “El entusiasmo”. “La motivación”, dijo otro. “El esfuerzo, el empeño que ponen”, dijo alguien más. O sea, les alegraba sentir esa energía colectiva, la buena vibra de la gente unida y reunida.

Pues bien, hoy dedico este programa a usted, para que comparta también sus observaciones de la jornada de ayer. Usted que estuvo en las marchas o que quizás  las presencio de lejos. ¿Qué impresión tuvo de ellas?, ¿qué le quedó de sus observaciones?

De entrada y para comenzar a hacer este corte de caja, tenemos ya la presencia por medio del teléfono, de nuestro amigo Larry Kleinman, veterano de estas cosas desde hace unos 40 años, en Oregon. Ha trabajado en la organización de grupos pro derechos del inmigrante. ES cofundador de Pineros y Campesinos Unidos del NW, EN oREGON, y hoy es asesor de la coalición nacional FIRM  (Fair Immigration Reform Movement). Es también colega del aire. De repente toma el micrófono como comentarista del programa de radio, ‘La Resistencia con más Potencia’, de KPCN■

XXX

Y aquí da comienzo la interesante charla de Samuel Orozco, director de Noticias de Radio Bilingüe, con Larry Kleinman, un veterano defensor de derechos del inmigrante que comparte sus observaciones sobre la participación y el entusiasmo mostrado por los manifestantes de toda la nación. Participan en este programa algunos miembros de otros movimientos sociales, urbanos y rurales, además de la infaltable participación de nuestra radio audiencia.

-El día siguiente al primero de mayo ¿Qué es lo más destacable del día nacional de acción? ¿Qué se puede aprender de este ejercicio de movilización cívica rumbo a la elección del 2018? –pregunta Samuel orozco.

El enlace de abajo queda a su consideración para el análisis de esta movilización recién acontecida, que busca hacerse movimiento popular permanente para desembocar -en un futuro cercano-, en cambios de políticas gubernamentales que favorezcan a los inmigrantes y a la comunidad.

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