II
En días recientes se conmemoró un aniversario más de dos tragedias modernas que sacudieron al mundo, ocurridas fatídicamente un mismo martes 11 de septiembre por la mañana pero con 30 años de diferencia entre una y otra. Repentinamente el cielo se abrió en la claridad del día para que desde ahí descendiera el fuego destructor de los aviones de la muerte impactando esas torres que evocaban, cada una en su tiempo y en su respectivo lugar, signos distintos de la democracia en el hemisferio. El primer evento ocurrió durante una insurrección militar el verano chileno de 1973 sobre las torres del Palacio de la Moneda, donde perdió la vida traicionado por el ejército un hombre insigne, Salvador Allende, empeñado en la emancipación de la clase trabajadora, que veía con esperanza por primera vez su futuro. El segundo caso fue en las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio en Wall Street, durante el otoño de 2001, devoradas también por el fuego destructor que llegó a través del cielo azul y entró como una bomba por las ventanas. En cada uno de ambos sitios, atacados sorpresivamente por el enemigo, murieron cerca de tres mil personas. Todos los años se les recuerda para mantener viva la lección de la historia y honrar la memoria de los muertos. Este 11 de septiembre el programa Línea Abierta de Radio Bilingüe visitó el tema. Contó con la colaboración de dos notables chilenos: el escritor Ariel Dorfman, y en esta segunda entrega la charla de Samuel Orozco es con uno de los miembros fundadores del MIR, Víctor Toro. El programa fue conducido por Samuel Orozco, director de Noticias de esta red de emisoras latinas de radio pública en español.
por Samuel Orozco
Ahora vamos ahora a platicar con otro protagonista, Victor Toro. En los años 60 Víctor Toro era miembro dirigente de uno de los grupos de la izquierda chilena: El Movimiento de Izquierda Revolucionaria, o MIR. Luego del golpe militar pasó a la clandestinidad. Pronto fue hecho preso y torturado por agentes del régimen de Pinochet. En 1977 Víctor fue desterrado. Anduvo errante por varios países. Ganó asilo en México. Cruzó a Estados Unidos en 1984 y desde entonces ganó fama en los barrios pobres de El Bronx (Nueva York) como organizador social. Hace seis años fue arrestado por agentes de Inmigración durante una redada en un tren de pasajeros y desde entonces viene librando otra lucha de resistencia: una batalla legal en contra de su deportación a Chile, sin que eso le espante el sueño porque sigue sin descanso sus luchas a favor de las comunidades oprimidas. Algo de eso anda haciendo en Chicago desde donde nos acompaña en este momento (11/09/13).
Víctor, hablemos del 9/11 chileno, qué tanto te marcó, que tanto te cambió la vida la experiencia del golpe militar de 1973… ¿hasta qué punto podemos, o no podemos decir que hay un Víctor Toro de antes y un Víctor Toro de después del golpe?
Hay varios Víctor Toro. Hasta en Chile hay un Víctor Toro muerto, por la dictadura militar, y eso indudablemente que me ha marcado hasta el día de hoy. Desde que me declaró muerto la dictadura de (Augusto) Pinochet, pues, vengo cargando con ese enigma, sin todavía ser reconocido; ni siquiera por los gobiernos que sucedieron al repliegue de los militares a sus cuarteles. El golpe militar genera un debate bastante grande. Resumirlo en estos 40 años sería muy largo, pero haciéndolo corto diríamos que después de tanto sufrimiento, después de tanta represión, tortura, masacre y horrores de la dictadura, y especialmente de lo que siguió al bombardeo al palacio de gobierno, el bombardeo a La Moneda, donde muere el presidente Salvador Allende, hay que, primero, ubicar al principal responsable de esta masacre y de este golpe militar. Y hay que decirlo sin temer a nada: Estados Unidos es el primer responsable. Los discursos antes del golpe del Sr. Nixon contra Salvador Allende, y contra el pueblo chileno, señalando que el pueblo chileno se había equivocado al elegir al presidente Allende muestra la primera posición política del gobierno de Estados Unidos frente al gobierno de Salvador Allende; y posteriormente la participación directa del Sr. Henry Kisinger, de la ayuda política, militar, económica, de grandes cantidades de dólares a todas las fuerzas que comenzaron a conspirar, incluso antes de que el presidente Allende asumiera. Como antecedente histórico está el asesinato del General René Schneider; a un mes antes de que Allende asumiera, era una de las conspiraciones propugnada por Estados Unidos, que buscaba que Allende no asumiera la presidencia de la república, a pesar de que había ganado legítimamente las elecciones. Lo segundo es la resistencia del presidente Allende en La Monda, que tapa todo su pasado constitucionalista, su pasado reformista, propuesto por el Programa de la Unidad Popular. Porque el grado de heroísmo, el grado de compromiso que entrega Allende como ejemplo a las nuevas generaciones el 11 de septiembre de 1973, está a la altura de grandes luchadores del mundo; especialmente al lado de un Che Guevara, de un Emiliano Zapata, de uno de los más grandes luchadores de la lucha revolucionaria. Con ello él hace una gran autocrítica. Sus últimos dos o tres mensajes desde el Palacio de La Moneda son otro legado escrito, con una sabiduría… descubriendo los hechos que estaban ocurriendo y los que podrían ocurrir. ‘Se abrirán las grandes alamedas a otras generaciones’. Bueno, a 40 años, hay una lucha del pueblo por justamente llevar hacia adelante este mensaje de Allende: Abrir las grandes alamedas, que aun siguen siendo negadas, siguen siendo cerradas por parte de los civiles que dieron el golpe con Pinochet y que actualmente continúan siendo gobierno. Es una lucha que continúa, la de Salvador Allende.
Volviendo un poco a aquellos tiempos, Víctor Toro, sé que militaste tú personalmente en la resistencia armada a la dictadura.
Sí. Bueno, nosotros jugamos un papel importante… no fuimos parte del gobierno, pero cada vez que el gobierno estuvo asediado por la conspiración, el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria) estuvo con toda su energía, con todos sus hierros, con todos sus militantes combatientes de la izquierda revolucionaria dispuestos a defender al gobierno, y a lo que los obreros y los trabajadores habían conquistado con Salvador Allende. Con todo lo reformista que era Allende, ha sido uno de los gobiernos más progresistas, más avanzados que han ocurrido en la historia de Sur América. Y por tanto, nosotros valorábamos lo que favorecía el gobierno de Salvador Allende a la clase obrera y al pueblo, y queríamos por supuesto avanzar a objetivos superiores. Nos topábamos con el presidente en esto de que las fuerzas armadas de Chile eran constitucionalistas, eran democráticas, pero a su vez avanzábamos en la línea positiva. Y cuando ocurre el golpe militar el MIR, a través de la hija de Salvador Allende envió un mensaje al presidente ofreciendo rescatarlo de La Moneda, él rechazó esa invitación, y nos mando decir con su misma hija: ‘Dígale a Miguel Enríquez (Fundador y Secretario del MIR, y a la postre Ministro de Educación bajo el mandato de SA), que ahora es su hora, y que ahora él es el comandante en jefe de la lucha que viene por delante; que él haga lo que tienen que hacer afuera, en la resistencia y en la clandestinidad, porque yo no me voy a rendir aquí en La Moneda y voy a continuar la lucha y un saludo’. Eso mostró que Allende, en el último minuto, en el último momento no pensó en sus viejos colaboradores; siempre pensó en Miguel, siempre pensó en el MIR, y eso muestra que las relaciones con el presidente Allende siempre fueron bastante positivas en beneficio de la clase obrera, en beneficio de la liberación, y en buena hora para continuar la lucha y fue lo que hizo el MIR, después del golpe militar, con su famoso discurso del 11 de septiembre.
Después del golpe militar seguiste en la resistencia, y un año después te capturaron; padeciste los tormentos de rigor, las torturas del régimen. Luego te desterraron… ¿Por qué piensas que te dejaron ir, tomando en cuenta el historial de ejecuciones extra judiciales y desapariciones del régimen pinochetista?
Tuve dos órdenes de fusilamiento, según los generales de la Fuerza Aérea emanada de la Junta Militar. Estuve entre los diez más buscados de Chile, en una lista que se publicó por todas las paredes y calles, y edificios del poder en Chile; y por su puesto pasé a la clandestinidad después del discurso del MIR, que decía que el MIR no se asilaba, y que correría los mismo riesgos que corría el pueblo, los riesgos de la clase obrera, cualquiera que fueran las consecuencias. Indudablemente estuve… no aguanté más de un año en la clandestinidad, y sufrí todas las torturas que sufrió el pueblo de Chile y todos los revolucionarios chilenos… Yo era un dirigente sindical, un dirigente obrero, un dirigente popular, eh… que toda mi vida estuvo dedicada a la organización de los obreros, los pobladores, los campesinos, la juventud, las mujeres en los barrios más pobres, los Nezahualcoyotl (barrio popular en la periferia de la ciudad de México) de Chile; y por tanto, trabajé mucho con suboficiales, con clases, con soldados, en las tomas de vivienda de los campamentos siempre involucrábamos y considerábamos la participación… No desarrollábamos hostilidades contra los soldados, los sentíamos como los obreros de las fuerzas armadas, y por tanto teníamos un gran trabajo y una gran simpatía de nosotros con ellos y creo que eso jugó un papel significativo, en que muchos de ellos, al encontrarnos en los centros de tortura, en los campos de concentración, pues…, nos salvaron la vida. Creo que el trabajo del MIR en las Fueras Armadas, en los carabineros, va a ser significativo en los pocos que salvamos la vida desde los centros de tortura. Y por eso ha habido tanto odio, tanta bronca contra los que hemos logrado salir vivos de esta situación.
Ya nos has dicho que el gobierno oficialmente te declaró muerto, expidió tu acta de defunción, y este acto sé que vino a tener consecuencias años más tarde; cuando has intentado conseguir pasaporte, te lo negaron varias veces… no existías, eras oficialmente un muerto y a los muertos no se les da pasaporte… ¿Cómo has logrado demostrar que los reportes de tu muerte son exagerados?
Está demostrado. Esa fue una conspiración de los servicios secretos de Pinochet, la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), la CNI (Central Nacional de Información). Montaron una situación con mi familia, especialmente con mi madre, que era una señora que no sabía leer ni escribir; la obligaron a firmar una petición de búsqueda de mi persona. Eso lo hicieron a pesar de que ellos sabían donde yo estaba. Yo estaba preso en los campos de concentración; ellos me expulsaron de un país a otros países, y lo más importante es que ellos sabían todo mi currículo, mi historia, y por tanto eso muestra que era una farsa. Yo después de que salí al exilio, me inscribí en una lista para retornar a combatir a Chile. Eso fue detectado por los órganos de represión de la dictadura, y por tanto no encontraron una mejor manera de declararme muerto, porque entonces si yo retornaba iba a ser asesinado de verdad, y por tanto iba a ser desaparecido y torturado todo el tiempo que ellos hubieran querido después del retorno… por táctica yo no retorné, y por tanto quedó al descubierto la manipulación, el montaje que los servicios de inteligencia habían llevado a cabo. Incluso ellos mismos produjeron el certificado de defunción, lo repartieron a mis familiares, circuló en varios sectores progresistas en Chile, me lo hicieron llegar al país donde yo estaba residiendo en ese momento y yo lo he comunicado en google y en varias publicaciones, y sigue siendo esa la historia. Hay una ley que da un montón de beneficios a los exonerados políticos y yo no recibo ningún tipo de beneficio. No existo en Chile, sigo siendo una persona muerta por la dictadura y no tengo nada legal. He vivido una situación, desde el golpe militar, ilegal en Chile, y ahora vivo una situación ilegal en Estados Unidos. He vivido, sinceramente 40 años de ilegalidad diversa, con ciertos… a veces con mayor o menor apertura, pero con mucha dignidad, con mucha confianza, con mucha fe en la lucha de nuestro pueblo… me considero un latinoamericanista, cuando estuve en México, luché en México, cuando estuve en Nicaragua luché en Nicaragua, estuve en Venezuela, luché en Venezuela, estuve en Costa Rica, luché en Costa Rica, estuve en Europa… Donde quiera que he estado me he puesto del lado de los más humildes, de la gente que sufre injusticia, y aquí estoy activo en la lucha en favor de los inmigrantes.
Oye Víctor, ya nos lo has dicho, hoy día estás en proceso de deportación y la autoridad de Inmigración te negó la petición de asilo; alega que tu país es hoy más seguro porque la democracia ha regresado. ¿Qué les has contestado?
Durante todo el juicio, que tiene siete años ya, desde que yo fui arrestado, siempre hemos dicho que en Chile a 40 años, lo decimos ahora, sigue gobernando el pinochetismo. Las fuerzas armadas en Chile siguen siendo pinochetistas, como lo han estado demostrando en su negativa por resolver el problema de los desaparecidos y la cuestión de los derechos humanos. La Corte Suprema de Chile sigue siendo pinochetista al no hacer justicia, al no darle curso a todas las demandas que se han producido en el curso de estos 40 años. El 75 por ciento del Parlamento, donde estaban dos partidos políticos pinochetistas, la UDI (Unión Democrática Independiente, de derecha), y Renovación Nacional siguen siendo pinochetiistas. La economía que ha predominado en Chile, el modelo de dominación capitalista, el modo de producción capitalista mundial es el hegemónico en chile y es el que instauraron los ‘Chicago Boys’, que son de aquí del lugar donde yo ando de gira, defendiendo los derechos de los inmigrantes y también explicando la situación del golpe militar en Chile. Esto muestra entonces que cuando yo llegué aquí, yo llegué arrancando de la Operación Cóndor (una campaña de represión política y de terror impulsado por los servicios de inteligencia de varias dictaduras del Cono Sur, que asesinaban a los opositores al régimen y que fue oficialmente implementada en 1975, con la consigna de erradicar las ideas y a los comunistas o cualquier influencia de la ex Unión Soviética. En México y Centro América fue conocida como la Guerra Sucia), de la represión que se estaba desatando contra mí no sólo en México, sino que por cada país que pasaba ellos me pisaban los talones; y por eso me atravesé como atraviesa el pueblo ‘mojado’ mexicano, latinoamericano, centroamericano, por la frontera de Estados Unidos en Ciudad Juárez (Chihuahua, Mx); y me pasé para El Paso, me devolvieron una, dos, tres veces, volví pa ‘trás, hasta que pasé. Y me establecí por ahí un largo tiempo y ahora en Nueva York, en El Bronx, desarrollando una lucha por nuestra gente.
Víctor, has usado la misma tribuna de tu defensa legal contra la deportación para someter a juicio al mismo gobierno de Estados Unidos que te está acusando. Has dicho que el acto de deportación es un acto criminal que atenta contra tus derecho humanos, que es un crimen contra tu humanidad. De hecho has dicho que Estados Unidos es el que debe las cuentas, el que está en deuda contigo y con los chilenos. Explícanos.
Indudablemente que Estados Unidos en vez de arrestarme, en vez de… después de haber caído por una violación de una ley de migración, me quiere quitar…, por lo que fue mi pasado político consecuente en Chile, en la lucha contra la dictadura, de la cual nunca me he arrepentido; de haber combatido a una dictadura tan cruel, tan feroz como la que existió en Chile… Lo que debiera hacer el Estado norteamericano es indemnizarnos por los daños que nos ha ocasionado, el tener que llegar aquí, arrancando de la persecución de Pinochet, que a su vez llegó a realizar asesinatos a pocas cuadras del la propia Casa Blanca, a donde asesinó a Orlando Letelier (economista y diplomático chileno durante la presidencia de Allende, que fue asesinado el 21 de septiembre de 1976 por los servicios de inteligencia de la dictadura pinochetistas, la DINA, cuando vivía refugiado en Washington, DC) y a su secretaria (Ronni) Moffit, y Estados Unidos guarda silencio frente a ese acto de terrorismo y ese tipo de criminalidades. Nosotros estuvimos a punto de correr los mismos riesgos y por eso es que Estados Unidos tiene que responder a esa situación; no sólo la oligarquía chilena, no sólo el fascismo chileno tiene que responder por la violación de los derechos humanos. El gobierno de Estados Unidos avaló por 17 años la violación de los derechos humanos que llevó a cabo la dictadura militar de Pinochet. Y eso en el juicio que se ha seguido contra mí, se le hizo el cargo… poco a poco fueron sintiendo el peso de los cargos que hicimos contra la dictadura. Hemos defendido la lucha de los 12 millones de inmigrantes indocumentados. No mi caso como un caso particular, solo, aislado en la sociedad norteamericana, sino como parte de la lucha de los 12 millones por la legalización sin ningún tipo de condiciones, sin demagogia, sin alharaca, sin mentiras como las que han venido realizando los políticos de la Casa Blanca y los políticos del Congreso, en relación con la reforma migratoria que cada día que ocurre un hecho como lo que está pasando con Siria actualmente, pasa a un segundo plano, e incluso corre e peligro de que ni siquiera se legisle una nueva ley de legalización, una nueva ley de migración, lo que también muestra el cinismo de la politiquería y de los políticos y los dos partidos principales en este país.
Víctor, queremos tu opinión sobre esa otra tragedia del 11 de septiembre, el atentado contra las (desaparecidas) Torres Gemelas de Nueva York. Creo que eres uno de esos poquísimos, de esas muy excepcionales personas que quizás se pueden contra con los dedos de una mano, que pueden decir que les tocó vivir ambos acontecimientos… ¿Qué sentiste, qué cruzó por tu mente en ese momento de la caída de las Torres Gemelas?
El día que ocurrió yo estaba tratando de hacer una actividad cultural para recordar el 11 de septiembre en Chile cuando a esa misma hora que ya estábamos preparando los pasteles, las mantas, adornando el local de La Peña de El Bronx para hacer una actividad sobre nuestro 9/11, ocurre que al estar mirando en directo la televisión, cuando vemos caer la torre, cuando vemos chocar esos aviones… y a su vez en otra televisión estábamos viendo cómo en Chile estaban cayendo las bombas sobre el Palacio de La Moneda. Indudablemente que en un primer momento pues fue de una gran incredulidad; de ver dos cosas que ocurrían…, que se separaban en el tiempo pero que eran la misma cosa. Lo único diferente es que en el 9/11 de Chile, sabíamos claramente quienes eran los autores, los ejecutores: La oligarquía chilena y el imperialismo de los Estados Unidos metido hasta la… en ese acto de terrorismo ocurrido en Chile el 11 de septiembre de 1973. Y el 9/11 de los Estados Unidos, donde hasta ahora, pues todavía está en discusión sobre quienes son los ejecutores, aunque todo mundo lo supone, pero que genera también grandes consecuencias. Muchos trabajadores de los edificios del 9/11 se vieron afectados, y nosotros vivimos eso como si viviéramos el 11 de septiembre del 73 en Chile.