Llega el primer fin de semana de diciembre para los refugiados centroamericanos en Tijuana

Miembros de las caravanas de centroamericanos llegan a Tijuana, BC, en autobuses que los transportaron algunos tramos del camino a través de México.

Miembros de las caravanas de centroamericanos llegan a Tijuana, BC, en autobuses que los transportaron algunos tramos del camino a través de México.

De la redacción

Una agrupación de ciudadanos residentes en Estados Unidos se moviliza en labores de organización de recursos materiales e información para beneficio de los centroamericanos que llegaron en caravanas a la frontera que separa la Alta y la Baja California, y que hoy se hallan varados en Tijuana. Ellos son Saúl Sarabia, Chris Zm y Xiomara E Corpeno, quienes la semana pasada hicieron una ‘radiografía’ de la situación en esta frontera, durante un álgido momento de violencia que se suscitó entre caravanistas, policía mexicana y agentes de la Patrulla Fronteriza que lanzaron granadas de gas lacrimógeno a los migrantes que venían con sus hijos pequeños en brazos, como reportamos oportunamente.

Luego de que pasara el vendaval, una semana después de la tormenta miles de migrantes centroamericanos fueron “arrojados al estadio al aire libre en la frontera; trasladados en autobús a ese refugio techado, a 10 millas del cruce fronterizo”, dice un comunicado de Saúl Sarabia, quien junto con Chris ZM y Xiomara E. Corpeno forman un grupo de activistas voluntarios que se han dado a la tarea de organizar y canalizar recusrsos a los centroamericanos que llegan a la frontera en Tijuana, y a informar con detalladas crónicas como esta, a los ususarios del Internet.

Otras familias se fueron a otro lugar, a un centro de eventos acondicionado para albergarlos, llamado El Barretal, “donde las áreas con pisos de azulejo y algunas habitaciones se reservaron para familias nucleares o padres/madres con niños pequeños”.

Sin embargo, continúa Saúl, “aquellas familias que viajan con otros miembros de la familia extendida, y que prefieren no estar separados, se quedan en un espacio más abierto con pisos de cemento, junto con otros adultos sin niños”. Como la mayoría de las mantas en el estadio estaban empapadas por la lluvia y sólo algunas familias tienen mantas y carpas, “la gente duerme en lo que puede sobre los pisos de cemento en esa área”.

Así duermen algunos migrantes centroamericanos que llegaron a Tijuana en caravana, mientras esperan turnos para entregar a las autoridades de Inmigración de EEUU sus solicitudes de asilo.

Así duermen algunos migrantes centroamericanos que llegaron a Tijuana en caravana, en espacios techados mientras esperan turnos para entregar a las autoridades de Inmigración de EEUU sus solicitudes de asilo.

En un comunicado llegado a nuestra redacción, Saúl cuenta que Xiomara y Chris fueron testigas de que un miembro del personal de la Cruz Roja le dijo a un periodista estadunidense que “todas las personas que estaban adentro del ‘refugio’ tenían mantas, bolsas de dormir o tiendas de campaña, lo cual no es cierto”.

Al parecer, “las organizaciones internacionales y de refugiados no se han visto proporcionando mantas o bolsas de dormir. Este ha sido un elemento básico de las donaciones que los equipos de voluntarios han proporcionado, junto con la ropa”.

Con todo, las condiciones en que actualmente viven los caravanistas en Tijuana son precarias. Por ejemplo, “Este fin de semana no había electricidad, agua, y sólo unos pocos baños portátiles en El Barretal. Se han instalado algunos tanques de agua potable desde entonces, pero la logística para las comidas básicas es impredecible. Un día, nadie había comido antes de las 3 de la tarde, excepto aquellos que podían salir a comprar alimentos si les habían enviado recursos. Incluso hacer eso no está exento de riesgos”.

El Barretal está en las afueras de la ciudad y la falta de infraestructura causó que dos refugiados fueran atropellados en una calle cercana, dice el comunicado: “Uno murió por las heridas. Además, la generosidad de los lugareños, quienes a veces sacan dinero de las ventanas de sus autos para ofrecer a la gente del refugio, sucede en calles sin control de tráfico, y en la desesperación, la gente se acerca peligrosamente a ser atropellada por las donaciones” (sic).

Otros ejemplos del verdadero espíritu de Tijuana incluyen una ‘Dreamer’, que ahora vive allí. Ella es completamente bilingüe, y se unió a este equipo de voluntarios en El Barretal. “Ahora está coordinando con nosotros y los refugiados conectados con nosotros, para construir la red de solidaridad y apoyo local”.

Migrantes de las caravanas acampan en las aceras de Tijuana mientras atienden su caso de asilo con Inmigración en EEUU.

Migrantes de las caravanas acampan en las aceras de Tijuana mientras atienden su caso de asilo con Inmigración en EEUU.

En el centro de la ciudad, varios cientos de personas se quedaron cerca del estadio, sostiene Saúl, “por temor a no poder llegar al puerto de entrada de San Ysidro”… Están acampados en las aceras, “donde hay acoso tanto por parte de la policía como de los supremacistas racistas. La policía también ha pedido a los negocios cercanos, que antes permitían a la gente usar sus baños por 100 pesos, que no lo hagan más”. Esta parecer ser la estrategia de la policía, para que la gente se valla.

El organizador de la marcha ‘Tijuana Primero -anti-refugiados- No a la Invasión’, “es uno de los supremacistas racistas, que fue expuesto como un organizador en línea nazi de grupos de odio. Él y sus aliados grabaron en video y acosaron a la gente durante el fin de semana. Han quitado todas sus publicaciones anteriores con propaganda racista de sus páginas web, pero continúan alentando activamente la violencia racial en persona”.

A pesar de esto, el trabajo humanitario y de solidaridad continúa a una milla de distancia en un centro comunitario donde las donaciones de ropa y de voluntarios son bienvenidos. Por ejemplo, “Enclave Caracol, nuestro primer punto de conexión, está dirigido por el colectivo anarquista, ‘Tijuana Comida, No Bombas’. Este espacio ofrece comidas gratuitas, descanso y conexiones sociales para navegar el entorno”.

Preparando la comida para una tanda de migrantes que le toca comer.

Preparando la comida para una tanda de migrantes que le toca comer.

Los voluntarios de dicho colectivo, afirma Saúl, “pelan las verduras, hacen frijoles y arroz, y sirven comida con ayuda de los refugiados haitianos, los tijuanenses, y otras personas de conciencia que viajan aquí para ayudar”.

Los voluntarios legales en Enclave, continúan asesorando a las personas sobre las leyes internacionales y estadunidenses que protegen a los refugiados. “Cuando es posible, preparan y acompañan a las personas antes de presentarse ante los agentes de aduanas, que violan flagrantemente estas leyes. Envían observadores legales al cruce de fronteras y a las acciones”.

Como hemos informado, sólo se procesa sin embargo una pequeña cantidad de casos de asilo cada día. “De modo que de casi diez mil personas, sólo unas 20 a 30 en un mal día, y de unas 80 a 100 en un buen día pueden ejercer su derecho legal de buscar asilo”.

Por su parte, los voluntarios médicos continúan brindando revisiones generales, atendiendo síntomas variados y llevando a las personas en situaciones de emergencia a los hospitales. “En El Barretal, no está claro dónde puede bañarse la gente, lavarse las manos y, en general, evitar contagios de enfermedades este invierno”.

Donaciones específicas para necesidades concretas.

Donaciones específicas para necesidades concretas.

Las donaciones que se reciben “también se han utilizado para proporcionar zapatos tenis a algunas de las personas que han caminado hasta aquí desde Centroamérica; carpas adicionales y sacos de dormir; y asistencia directa para alimentos o acceso a llamadas telefónicas”.

Además, se pagaron algunas facturas de servicios públicos a las agencias anfitrionas, “incluido un refugio que ofrece alojamiento a refugiados trans, apoyo a otras casas de seguridad para grupos vulnerables y transporte y comida para los organizadores que se desplazan entre los espacios”.

En tanto, las donaciones financieras directas «siguen siendo la forma más práctica y útil de ayudar, aunque también las personas puede ofrecerse como voluntario u organizar una visita de delegación”.

Se recomienda así mismo, “evitar el desafío de transportar artículos, tratar con aduanas y contar con los costos de la gasolina. Queremos animar a otros a crear sus propias redes de solidaridad. Hemos encontrado que una forma de organización descentralizada y flexible que fomenta la conexión humana y el libre flujo de información ha sido útil para los refugiados y es una manera significativa de ayudar para los demás”.

Por último, con Saúl Sarabia, Chris Zm y Xiomara E Corpeno a la cabeza, se ha creado una página del grupo en Facebook y un documento de Google con contactos y descripciones útiles para ayudar.

Si prefiere enviar una contribución a los esfuerzos descritos arriba, los organizadores “agradecemos y le pedimos que los dirija a Xiomara E Corpeno. Para otros esfuerzos, como apoyar financieramente el refugio para refugiados que buscan lograr cruzar a San Diego, consulte los enlaces en los comentarios en el grupo de FB.

Los migrantes esperan el acceso para solicitar asilo en los EE. UU. En el punto fronterizo de El Chaparral en Tijuana, México, el lunes 27 de noviembre de 2018. Foto: The Nation.

Los migrantes esperan el acceso para solicitar asilo en los EE. UU. En el punto fronterizo de El Chaparral en Tijuana, México, el lunes 27 de noviembre de 2018. Foto: The Nation.

‘Solidaridad con la caravana de refugiados en Tijuana’, en inglés. Ahí también hay mensajes de otras formaciones, como el Comité Estratégico de Ayuda Humanitaria en Tijuana. Por ejemplo, “ese grupo está buscando voluntarios que quieran contribuir con los esfuerzos del famoso chef, José Andrés, para la alimentación de las familias refugiadas■

Foto: Saúl Sarabia.

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