Liberales pensaron que una coalición multirracial ayudaría a pasar la Proposición 16

De la redacción

Cuando funcionarios de California pidieron al electorado rechazar a través de las urnas la prohibición de la Acción Afirmativa contenida en la Pop. 209, una medida que se implementó en el estado hace 24 años francamente para reafirmar la segregación o discriminación en el campo del empleo y la contratación, y luego en la educación, la clase política se empeñó –sin éxito- para aprobar esta medida electoral, basados en sus exectativas sobre una demografía multiétnica y racial.

Aprobar en la boleta electoral de California de 2020 la Proposición 16, que revocaría la enmienda a la Acción Afirmativa introducida con la Proposición 209,  fue una medida rechazada por electorado asiático y latinoestadunidense este 3 de noviembre.

La Proposición 209, aprobada en noviembre de 1996, enmendó la Constitución estatal para prohibir que las instituciones gubernamentales de California consideran la raza, el sexo o la etnia específicamente en las áreas de contratación o empleo público, y se extendió también al campo de la educación superior.

El establecimiento político y cultural del estado trabajó denodadamente para aprobar esta medida electoral. El gobernador, un senador, miembros del Congreso, presidentes de universidades y líderes de derechos civiles la calificaron como una medida para corregir viejos errores. Un editorial de Los Angeles Times dice que «Las mujeres y las personas de color siguen estando en gran desventaja en casi todos los aspectos”.

Pero el día de las elecciones la propuesta 16 fracasó por un amplio margen: 57 por ciento contra 43%, y los votantes latinos y asiáticoestadunidenses jugaron un papel clave para derrotarla.

Esto habla de “una brecha entre la visión establecida por el establecimiento liberal en California, que durante mucho tiempo ha imaginado la creación de una coalición multirracial y multiétnica que abrazaría las causas progresistas, y los sentimientos de muchos votantes negros, latinos, asiáticos y árabes”, dice la fuente, que señala también có mo algunas partes de los distritos étnicos y raciales se alejaron de las expectativas demócratas.

En su momento, los californianos de origen asiático se opondrían a la la Acción Afirmativa en gran número, a pesar de “una sorprendente porción de estudiantes del este y el sur de Asia que han sido admitidos en universidades estatales de élite”.

Los latinos también parecen marcadamente divididos. Destacadas organizaciones latinas de derechos civiles y sin fines de lucro en Nueva York respaldaron la propuesta de Acción Afirmativa incluso cuando los 14 condados de mayoría latina de California la rechazaron, senala el Times.

En San Bernardino por ejemplo, donde los latinos constituyen más de la mitad de la población del condado, sólo pocos concurrieron a votar. Sin embargo, “más residentes votaron por la propuesta de acción afirmativa que por el presidente, pero rechazándola por un margen de 28 puntos porcentuales”.

En el rural y fronterizo condado de Imperial,  donde el 85% de la población es latina, “Los votantes que le dieron a Joe Biden un margen de victoria, de casi 27 puntos al mismo tiempo fueron en contra de la medida de Acción Afirmativa por 16 puntos porcentuales”.

Estos resultados sugieren que es posible que los demócratas necesiten ajustar su estrategia electoral, a medida que “las complejidades de clase, generación y experiencia, y los deseos en competencia de estos grupos demográficos se hagan evidentes”, dice la fuente.

A grandes rasgos, esa narrativa sobre una supuesta marea demográfica creciente que está destinada a llevar a los demócratas al dominio se ha mantenido: “Los votantes negros, junto con un cambio en el voto suburbano blanco, jugaron un papel fundamental en la entrega de Georgia a la columna demócrata… los negros en Pittsburgh y Filadelfia, al igual que los suburbios acomodados de mayoría blanca; además, dieron el triunfo de Pensilvania y el de la elección nacional a Biden”.

En Arizona los votantes latinos no sólo le dieron el triunfo a Biden sino que cambiaron al estado de rojo a azul, lo que no ocurría desde 1996.  Pero a lo largo del Río Grande en Texas, donde algunas familias texanas tienen raíces que se remontan a cuatro siglos atrás, «aunque Biden obtuvo más votos totales en los cuatro condados del Valle del Río Grande que Hillary Clinton en 2016, sus márgenes de victoria cayeron drásticamente en 2020 y la participación latina casi en su totalidad benefició a Trump”, dice The Texas Tribune.

Científicos sociales señalaron a la fuente que algunos votantes latinos y asiáticos «podrían comenzar a comportarse como votantes blancos, que se han dividido en líneas de clase con residentes más ricos en áreas urbanas votando demócrata», mientras que una mayoría decidida de residentes rurales y exurbanos apoya a los republicanos.

Pero en California, “las arenas del cambio soplan en distintas direcciones”, dice la candidata republicana del condado de Orange, Michelle Steel, que es coreana-estadunidense y se manifestó en contra de la Acción Afirmativa.

La candidata Steel, cuya oposición a la Proposición 16 resultó muy popular entre sus electores asiático-estadunidenses y en muchos votantes blancos, fue aprovechada para lograr una estrecha victoria contra el actual congresista demócrata, Harley Rouda, cocluye la fuente■

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