Como hemos dicho insistentemente en este espacio informativo, el Partido Republicano ha avanzado enormemente en la redistribución a modo de los distritos electorales en los estados con Legislaturas bajo su dominio, que al parecer permanecerán así por la siguiente década, como dijo su oportunidad el Dr. José Ángel Gutiérrez a Línea Abierta. Muchos coinciden en señalar que una legislación que debería ser votada antes de que la democracia sufra daños irreparables es la Ley de Libertad de Voto de los demócratas, o Freedom to Vote Act cuya votación bloquearon los republicanos (49 a 51) por tercera ocasión la semana pasada. Y también está pendiente o durmiendo el sueño de los justos la Ley de Promoción de los Derechos de Voto, o Voting Rights Advancement Act, del desaparecido gigante defensor de los derechos civiles, John Lewis.
De la redacción
La Ley de Libertad de Voto se eleva como un gran obstáculo para la mañosa redistribución de distritos que los republicanos están diseñado a su favor para mantener el control político por los próximos diez años, como dijo su ocasión a Línea Abierta el Dr. José Ángel Gutiérrez, “uno de los icónicos líderes del movimiento por los derechos chicanos de finales de la década de 1960 y principios de 1970, junto con César Chávez, Reies López Tijerina y Corky Gonzáles», respecto a la lucha actual por el derecho al voto en Texas, “estado cuna de La Raza Unida y hoy en día considerado zona cero de la batalla nacional en torno al diseño chapucero de distritos electorales”.
Por su parte el Centro por la Justicia Brennan sostiene en un comunicado hoy, que ahora la manipulación partidista de distritos electorales, conocida como Gerrymandering, todavía pude frenarse pero no ya en los tribunales; sobre todo después de que la Suprema Corte de Justicia diera un nuevo golpe a los derechos del voto a principios de julio, manteniendo vigentes las restricciones impuestas a los votantes de color por el estado de Arizona. Ahora, dice el Brennan, la pelota pasa a la cancha de los legisladores. “El Congreso tiene la oportunidad de salvar este ciclo de redistribución de distritos, pero debe actuar pronto”.
Como se sabe, este año los republicanos ya han promulgado leyes restrictivas para los derechos de voto en unos 20 estados, lo que dificultará el sufragio de los estadunidenses, cada vez menos libre. Además, muchas legislaturas republicanas todavía están en sesión tratando de pasar leyes restrictivas para el ejercicio más emblemático de esta democracia estadunidense: el voto.
En tanto, una votación de procedimiento la semana pasada para bloquear el debate sobre la Ley de Libertad de Voto en el Senado, a pesar de que la Cámara de Representantes ya aprobó una versión de dicha ley, “el proyecto de ley sigue siendo crucial para asegurar nuestra democracia, particularmente cuando los estados de todo el país intentan alejar al emergente Estados Unidos multirracial, bloqueando la representación de las comunidades de color para obtener beneficios partidistas”, dice el Brennan.
Pero si el Congreso aprobara la referida legislación, “pondría en marcha los cambios más transformadores en el proceso de redistribución de distritos en la historia del país, incluida la prohibición del gerymandering partidista, el fortalecimiento de otras protecciones para las comunidades de color y facilitaría que los votantes eliminen rápidamente los mapas incorrectos”, señala la fuente.
Por otro lado, si el Congreso no actúa rápidamente, lo que se puede esperar son más mapas como el que publicaron los republicanos de Texas a fines de septiembre; o los que incluirá la Legislatura este mes, cuando la Cámara de Representantes y el Senado de Texas distribuyan la población de más rápido crecimiento del estado, es decir los latinos (4 de cada 10 son latinos). En el frente del Congreso, los legisladores también deben reconfigurar el mapa para incorporar los dos distritos adicionales que el estado ganó debido al crecimiento de la población de color (léase latinos, mayormente mexicanos o de ascendencia mexicana).
Ese mapa no sólo fallaría en crear nuevas oportunidades electorales para las comunidades de color que proporcionaron un aumento del 95 por ciento de la población de Texas en la última década, sino que en realidad iría hacia atrás, “desmantelando varios distritos diversos en regiones donde las coaliciones multirraciales han disfrutado de un éxito político creciente en años recientes”.
El tiempo es la esencia, dice la fuente. Cada día que pasa aumenta el riesgo de que las comunidades de color soporten la peor parte de un brutal ciclo de redistribución de distritos, “con consecuencias que podrían durar décadas”.
Hay tres formas clave en que la Ley de Libertad de Voto arreglaría un proceso de redistribución de distritos que no funciona, concluye el Brennan:
- Una estricta prohibición del gerrymandering partidista
- Protecciones adicionales para comunidades de color
- Y litigio más rápido y sencillo de casos de redistribución de distritos■
Video referente al tema:
Racial Diversity Strengthens Democracy. Gerrymandering Will Destroy It.