Las “Madres de Berks”, centroamericanas detenidas por ICE, retoman huelga de hambre

Mujeres en huelga de hambre en el interior , sobre la reja del centro de detenciones de Berk. Foto: nbc.com

Mujeres en huelga de hambre en el interior , sobre la reja del centro de detenciones de Berk. Foto: nbc.com

De La Redacción

 Algunas de las mujeres que forman parte de la demanda colectiva de ACLU han sido dejadas en libertad condicional, a la espera del juicio, reveló al Times Khaalid Walls, un vocero de ICE. Esto sucedería luego de que las mujeres preguntaran a las autoridades por qué no podían ser puestas en libertad con un grillete electrónico en el tobillo, como ha pasado con muchas mujeres centroamericanas en varios lugares del país. 

Este fin de semana 22 mujeres migrantes centroamericanas arrestadas al cruzar la frontera en Texas y otros lugares en busca de asilo humanitario, recomenzaron su huelga de hambre. Hoy se hallan detenidas en el Centro ‘Residencial’  del Condado de Berks, en Leesport, Pensilvania. Actualmente éste es uno de los tres centros de detención para familias en Estados Unidos, junto con el Centro Residencial del sur de Texas, en Dilley, y el Centro Residencial Condado de Karnes, en Texas también, reporta The New York Times en una serie de investigaciones periodísticas.

Autonombradas como las “Madres de Berks”, las 22 mujeres retomaron la huelga de hambre que habían suspendido en agosto, tras 16 días de no ingerir alimentos en protesta por la tardanza para procesar sus casos, muchos de ellos colgados literalmente en un limbo legal hasta por más de un año. Además sus hijos menores, que van de los 2 a los 16  años de edad y que permanecen encerrados junto con sus madres, están sufriendo trastornos sicológicos. Sin haber cometido ningún crimen salvo cruzar la frontera sin ‘papeles’ y entregarse a las autoridades. Ni siquiera fueron perseguidos o representaban en ese momento una amenaza para la seguridad nacional, como pudimos ver en numerosas imágenes televisadas durante la llamada crisis migratoria en 2014.

La angustia de estas madres está generando cada vez más tensiones entre las reclusas y los gendarmes de esa cárcel en Berks, dice la fuente, no sólo por desconocer cuándo van a enfrentar un día de corte, como manda la ley, sino por ignorar si van a ser deportadas a sus países de origen, de donde vienen huyendo de la violencia de sanguinarias pandillas y prácticamente de la muerte.

Niño hijo de una de las mujeres centroamericanas detenidas en Berks. Foto: ACLU.

Niño hijo de una de las mujeres centroamericanas detenidas en Berks. Foto: ACLU.

Dichas tensiones han subido de tono sobre todo luego de que el oficial de Inmigración y Aduanas (ICE), Thomas Decker les advirtiera a las huelguistas que dejar de tomar alimentos las debilitaría físicamente, al grado que ya no podrían cuidar a sus hijos menores. Y que en ese caso serían enviadas a una prisión para adultos, sin sus hijos. Como se sabe, existe en este país la adopción de niños hijos de migrantes, que pierden los derechos sobre sus hijos cuando se considera que han violado la ley. Esto, dice la fuente, ha exacerbado la angustia de esas mujeres, convirtiéndola en desesperación.

De acuerdo con un reporte de Human Rights First, estas detenciones que con frecuencia violan las propias leyes de los detenidos, no son una preocupación sólo para estos (as) detenidos (as). También se está vulnerando los derechos de los estadunidenses, pues cada una de estas detenciones le cuesta al contribuyente 343 dólares diarios por persona.

De esta suerte, la Academia Estadunidense de Pediatría, La Barra Nacional de Abogados, Arzobispos de la Iglesia Católica Luterana, miembros del Congreso y una variada lista de agrupaciones que vigilan los derechos humanos han hecho un llamado a la administración federal para que termine esta práctica de detener a familias enteras en estas prisiones, operadas mayormente por la industria privada, principalmente por el Grupo GEO Inc., y en menor escala por los condados o los gobiernos estatal y federal. En días recientes Radio Bilingüe se refirió a este tema.

Una niña de 9 años de edad, identificada como Yeslin, rompe a llorar después de decirle a una multitud silenciosa que se hallaba fuera del centro de detención cómo ella y su familia se sientan sobre su encarcelamiento en el Centro Residencia Familiar del Condado de Berks en Leesport, Pa.  Foto: Doug Kapustin / The Washington post.

Una niña de 9 años de edad, identificada como Yeslin, rompe a llorar después de decirle a una multitud silenciosa que se hallaba fuera del centro de detención cómo ella y su familia se sientan sobre su encarcelamiento en el Centro Residencia Familiar del Condado de Berks en Leesport, Pa. Foto: Doug Kapustin / The Washington post.

El gobierno federal ha respondido que la causa de haber puesto a las familias en estos centros de detención, entre otras cosas deriva principalmente por el enorme flujo de migrantes provenientes de El Salvador, Hondura y Guatemala, y en menor medida de México. Luego de una notable disminución de este flujo migratorio en 2015, ha vuelto a repuntar. El gobierno dice que lo que buscaba con estas medidas era desanimar las oleadas migratorias de Centro América.

El referido reporte de Human Rights First afirma también que “bajo la presión de los defensores, y motivado por un fallo de un tribunal federal en agosto de 2015, la agencia de Inmigración cambió de rumbo, pasando a restringir la detención prolongada de la mayoría de las familias que solicitan asilo. Eso dice la agencia.

Vale agregar que el 18 de agosto Jeh Johnsos, titular del Departamento de Seguridad Interior (DHS), ordenó a la Oficina de Prisiones reducir estos tiempos de retención en dichos centros familiares. Pero declaró más tarde que esta retenciones  no pasaba en promedio de 20 días, lo que  provocó la ira de muchas internas en Berks, en esas facilidades contratadas por ICE  y el condado, que se hallan a unas 70 millas al noroeste de Filadelfia.

Amparo, una mujer hondureña de 26 años de edad, recluida en Berks con su hijo de 2 años y quien no dio a conocer su apellido, dijo a la fuente, por temor a represalias, había permanecido detenida hasta este lunes que fue entrevistada vía telefónica por el Times, ¡320 días! No sabe aún si va a tener o cuándo un día de corte ante un juez de Inmigración, pero exclamó: “Queremos que nuestras voces sean escuchadas”.

Por su parte, el senador demócrata de Pensilvania, Bob Casey envió una carta el 24 de agosto al Secretario Jeh Johnson, llamándole la atención sobre los prolongados periodos de cautiverio de estas familias: “Las familias detenidas aquí han escapado de los más indecibles horrores en sus países de origen, y buscan asilo para tener una vida mejor… Podemos hacer algo mejor que el tratamiento que están recibiendo”.

Estefani, una joven salvadoreña de 16 años de edad se halla presa junto con su hermana y su madre. Hasta el viernes pasado habían cumplido en un limbo legal y sicológico ¡373 días!

Mujeres en huelga de hambre en Berks. Foto: NYT

Mujeres en huelga de hambre en Berks. Foto: NYT

La tercera parte de las mujeres detenidas en Berks forman parte de una demanda federal sometida en marzo por la Unión de Libertades Civiles (ACLU) en contra del Departamento de Seguridad Interior. La demanda impugnó la legalidad de las entrevistas iniciales de asilo. Pero un tribunal de distrito de Filadelfia dijo que ACLU no tenía jurisdicción en el caso. Y este lunes un tribunal federal de apelaciones fue aún más lejos. Resolvió que las mujeres, debido a que habían sido detenidas horas después de haber «subrepticiamente cruzado la frontera, no tenían derecho a demandar”.

Varios expertos legales dijeron al Times esta semana que los referidos jueces “están violado el hábeas corpus, el derecho constitucional básico a impugnar la legalidad de la prisión o la detención”. El Habeas Corpus es el derecho que tiene toda persona para tutelar su libertad cuando es privada de ella con violación de sus garantías constitucionales o legales; o bien cuando se prolonga ilícitamente la privación de su libertad, derecho que se materializa concurriendo ante un Juez o Magistrado del lugar donde se dan los hechos.

Al respecto ACLU dijo al periódico neoyorquino que “Si permanece intacta esta decisión, va a ser la primera vez en la historia de este país en que los no ciudadanos que entran a Estados Unidos y que se hallan en suelo estadunidense, no van a tener la oportunidad de contar con el hábeas corpus para desafiar sus órdenes de expulsión», dijo Lee Gelernt, el abogado que lidera el caso en ACLU.

Paredes Khaalid, un portavoz de la agencia de Inmigración dijo en un comunicado: «ICE respeta plenamente los derechos de todas las personas a expresar sus opiniones sin interferencias. ICE no ejerce represalias de ningún tipo contra los huelguistas. Explica los efectos negativos de no comer para la salud a nuestros residentes. Para su salud y seguridad, ICE sigue de cerca la ingesta de alimentos y el agua de los identificados como en una huelga de hambre».

Mujeres en huelga de hambre en Berks. Foto: ACLU

Mujeres en huelga de hambre en Berks. Foto: Human Rights First

Algunas de las mujeres que forman parte de la demanda colectiva de ACLU han sido dejadas en libertad condicional, a la espera del juicio, reveló al Times Khaalid Walls, un vocero de ICE. Esto sucedería luego de que las mujeres preguntaran a las autoridades por qué no podían ser puestas en libertad con un grillete electrónico en el tobillo, como ha pasado con muchas mujeres centroamericanas en varios lugares del país. En la ciudad de Nueva York existe un grupo grande de mujeres, hondureñas principalmente, con grillete en el tobillo, otro tema también candente y pendiente.

Autoridades de salud han advertido de efectos sicológicos adversos en los menores detenidos, que han sido objeto de diversos reportes de Human Rights First. Incluido uno en 2015 sobre las detenidas de Berks, ahora conocidas como las “Madres de Berks”. Y en otros centros de detención algunos hijos de mujeres detenidas han dado muestras de conductas suicidas, motivadas por la referida desesperación.

Pero hay otro asunto que complica aun más ésta de por sí opresiva situación: El centro de detención Berks está operando sin licencia. “En febrero, el Departamento de Servicios Humanos de Pensilvania revocó la licencia de la comarca, ya que sólo se aplicaba a servir a los niños -no a sus madres también-. El condado apeló y se le ha permitido operar mientras el asunto está pendiente. La próxima audiencia está prevista para noviembre, el mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Estaremos atentos■

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