Maribel Hastings
America’s Voice
La apabullada Casa Blanca de Donald J. Trump intenta ofrecer algún viso de normalidad con temas semanales que van desde la reforma de salud hasta la infraestructura. Aunque, claro, todo quede en el intento, pues su paralizada agenda no puede competir con la nube rusa que arropa a esta administración.
Y la semana pasada tal parece que el tema fue la «transparencia».
El presidente Trump y sus habilitadores dedicaron la semana a defender la «transparencia» de Donald Trump, Jr., luego de revelarse que en junio del año pasado éste se reunió con una abogada rusa con lazos con el Kremlin, que ofrecería información comprometedora sobre la demócrata Hillary Clinton. Correos electrónicos del Junior revelan potencial evidencia de colusión entre la campaña de Trump y Rusia.
En el tema Trump-Rusia no hay nada transparente.
Pero la semana pasada Trump reafirmó que lo único transparente de esta administración es su fuerza de deportación y su intención de deportar a la mayor cantidad de inmigrantes indocumentados, no sólo delincuentes sino a padres y madres de familia con hijos ciudadanos y sin historial delictivo.
El Secretario de Seguridad Nacional (DHS), John Kelly se reunió con la bancada latina del Congreso y el encuentro ofreció un panorama oscuro.
En un informe sobre la factura de la Cámara el mes pasado, la oficina del actuario de los Centros Federales de Servicios de Medicare y Medicaid dijo que la mayoría de las personas que perdieron la cobertura de Medicaid estarían «sin seguro», aunque una pequeña fracción elegiría comprar un seguro individual. «
Millones de personas han ganado cobertura en los 31 estados que optaron por ampliar Medicaid bajo la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, y muchos de ellos están proyectados a perder esa cobertura bajo las leyes del Senado y la Cámara, lo que revertiría la expansión de Medicaid.
Kelly pareció desechar el concepto de discreción a la hora de decidir quién debe ser prioridad de deportación. En sus últimos años la administración de Barack Obama echó mano de esa discreción para priorizar las deportaciones.
Esta semana la administración Trump dará otra señal de si esa discreción se echó por la borda o sigue respirando. Jesús Lara, un indocumentado de Willard, Ohio, padre de cuatro niños estadunidenses, está programado para ser deportado este martes. Durante los pasados cinco años las autoridades migratorias le han renovado su suspensión de deportación por no considerarlo una prioridad. Este martes sabremos si Lara corre la misma suerte de otros padres y madres de familia deportados durante el gobierno de Trump.
La semana pasada también se hizo transparente que el futuro de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) es frágil si los designios del Secretario de Justicia, Jeff Sessions, acérrimo opositor de DACA, se hacen realidad.
También quedó más que transparente el frágil futuro del Estatus de Protección Temporal (TPS), que ampara a 350 mil extranjeros de 10 países aquejados por guerras, inestabilidad o desastres naturales.
De igual forma se manifestó la transparencia de las intenciones de la administración Trump de ampliar su poder para agilizar las deportaciones. El Washington Post informó el viernes en la noche que un memorando del DHS busca ampliar los poderes de deportación expedita y no limitarlo a indocumentados de reciente ingreso detenidos en un radio de 100 millas de la frontera. Estarían sujetos a la deportación los indocumentados que no puedan probar que llevan más de 90 días en Estados Unidos, independientemente de dónde sean detenidos.
Y quedó más que transparente que alguna versión del muro fronterizo avanza en el Congreso. El panel cameral de Asignación de Fondos incluye mil 600 millones de dólares para el muro en el presupuesto del DHS.
Y lo que es más, según Trump el muro debe ser «transparente» para que quienes estén del lado estadunidense no sean golpeados en la cabeza por los sacos de drogas que se lancen desde el lado mexicano.
No es broma. Lo dijo Trump a la prensa que lo acompañó a Francia a fines de la semana pasada, probando una vez más que lo único transparente de esta administración es su agenda antiinmigrante.
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice