De la redacción
El presidente Trump redobla su denuncia sobre un supuesto fraude electoral, a través según él del voto por correo, pero sin aportar un solo dato para sustentarlo. Mientras, se reanudan hoy las negociaciones para extender la ayuda de 600 dólares semanales a las familias trabajadoras a fin de posibilitarles navegar la pandemia y para aplazar también la moratoria a los desalojos por no pagar la renta o la hipoteca.
El presidente Trump comienza la semana poniendo otra vez en su mira a la histórica Oficina de Correos, acusando un fraude presunto electoral «por la fragilidad del voto por correo». Mientras, lanza en secreto un memorando interno -que se filtró a la prensa- donde alienta a los funcionarios del correo a volver más lenta la entrega de la correspondencia. Esto quiere decir que si el elector que solicita una boleta para el voto ausente o anticipado y la lentitud del proceso hace que no le llegue a tiempo, ¡su voto no contará!
Y es que el votante no quiere exponerse a contraer el coronavirus asistiendo an los abarrotados sitios de votación, o pasar muchas horas en larguísimas filas a la espera de turno para votar en medio de la pandemia.
Como se sabe, los republicanos se benefician cuando la votación es baja, por lo que entre otras cosas algunos de ellos están proponiendo una legislación para que al enviar su voto por correo el votante deba presentar dos testigos que firmen la boleta del voto ausente ante a un notario; además de impulsar las formas tradicionales de supresión del voto, que ya hemos reportado puntual y ampliamente en este espacio informativo.
Como telón de fondo subyacen, por una lado, las negociaciones que se reanudan hoy en el Congreso entre demócratas y republicanos, el Secretario del Tesoro y la Casa Blanca, para extender la fecha de caducidad del Programa de Protección de Cheques de Pago que proporcionaba hasta el viernes pasado 600 dólares semanales a los trabajadores que perdieron su empleo y que por cierto hasta este domingo sumaban ya 54 millones. Y está también el Covid-19, que ubica a Estados Unidos como el epicentro mundial de la pandemia, con 4.6 millones de contagios y más de 155 mil defunciones.
En tanto, el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin y el Jefe de Gabinete de Trump, Mark Meadows reiteraron el domingo que seguir dando los 600 dólares semanales a los trabajadores que se quedaron sin empleo es tanto como “incentivarlos para no trabajar y quedarse cómodamente en casa recibiendo su cheque, algunos ganando más que cuando trabajan”. Y ofrecieron un plan para rebajar a 200 dólares los 600 originales, y por un periodo de tiempo mucho más corto.
Tras finalizar una sesión de negociaciones la noche del sábado en el Congreso, la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi criticó la propuesta de los republicanos de “condescendiente, y fuera de contacto con la realidad”. Y señaló que los solicitantes de esa ayuda del gobierno están pidiendo el beneficio de desempleo “no porque no quieran regresar a trabajar, sino simplemente porque no tienen a donde regresar a trabajar; pues en primer lugar, esos sitios de trabajo se perdieron, desaparecieron junto con los empleos”, por efecto de la pandemia.
Por otro lado, numerosos análisis sobre el comportamiento del voto en Estados Unidos, como los compilados aquí por el Brennan Center for Justice señalan que estadísticamente el fraude electoral masivo no existe, o es irrelevante. En 2016 por ejemplo, el 57.7 por ciento del padrón electoral votó, o casi 139 millones de estadunidenses. De este universo, sólo un 0.0000001% resultó en casos sospechosos o de plano fraudulentos. Porcentajes similares o proporcionales han arrojado votaciones en diferentes ciclos electorales durante la historia de este registro oficial.
Con todo, además de intentar quitarle los fondos federales a la histórica Oficina Postal de la nación, para asegurarse que menos personas puedan votar en noviembre, Trump amenaza, primero, con aplazar la votación. Por el estado de emergencia sanitaria, dice, que por cierto manejó muy mal y hasta se le acusa de sabotear el programa de pruebas diagnósticas, entre otras cosas. Segundo, amenaza con no respetar la decisión del electorado si le es adversa en noviembre, pues según él «estas serán las elecciones más fraudulentas de la historia”. Expertos afirman sin embargo que el presidente no tiene el poder para hacer tal cosa, pero otros sostienen que con Trump todo es posible y que más bien hay que estar preparados para lo peor.
Elegir a los legisladores que defenderán y encabezarán un proceso justo de redistribución de distritos es un primer paso importante para proteger la democracia, dice algunos. Pero la mayoría republicana del Senado se niega a financiar completamente la legislación de protección electoral, ya que, según dicen, el país enfrenta una emergencia de salud pública cada vez más grave. Esto es visto como parte de una estrategia política cínica para tratar de agrupar legislaturas estatales que favorezcan a los republicanos manipulando los mapas electorales en 2021.
Por último, la semana pasada expiró también la moratoria para los desalojos de inquilinos, o de deudores de hipotecas, por lo que ya algunos propietarios han comenzado procesos legales de evicción de inquilinos morosos. Y si ya era escándalos para un país desarrollado como este, el número de personas desamparadas o sin casa antes de la pandemia, como en otras ocasiones hemos dicho aquí, se espera que si no se extiende la duración de dicha moratoria y no se continúa con la ayuda financiera a las familias trabajadoras para sobrellevar esta crisis, la avalancha de familias a la calle será superlativa y el peligro de contagio del Covid-19 será peor■