De la redacción
Dos proyectos de ley del mayor interés popular terminan esta semana con ataques de la administración Trump a los inmigrantes y los pobres. Uno de ellos sobre restricciones al programa de cupones de alimentos, a pesar de que los niños con inseguridad alimentaria tienen tasas más altas de salud deficiente y hospitalización, así como mayor riesgo de contraer asma y retrasos en el desarrollo cognitivo.
El senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham sometió al Comité Judicial del Senado el proyecto de ‘Ley de Protección y Seguridad’, auspiciado por la Casa Blanca y Stephen Miller, para desgarrar el sistema de asilo de Estados Unidos y reescribir sus reglas a fin de encarcelar a los niños inmigrantes por tiempo indefinido.
El proyecto de marras contrasta con otro proyecto de ley de los demócratas, el HR 3239 o ‘Ley de Normas Humanitarias’ recién aprobado por la Cámara de Representantes para elevar los estándares básicos de atención a los niños, familias e individuos bajo custodia federal.
Los republicanos buscan permitir al gobierno federal retener a los niños sin las normas ni condiciones humanas básicas requeridas, más allá de 20 días o del período mínimo ordenado por una corte federal, dice un comuicado de America’s Voice.
Ignora el Acuerdo Flores de 1997, que establece que «los menores extranjeros detenidos bajo sospecha de ser deportables pueden ser entregados sólo a un padre, tutor legal u otro adulto relacionado… y requiere que los niños sean entregados a programas de cuidado con licencia federal dentro de los primeros 20 días de su detención», en lugar de estar presos indefinidamente en cárceles para adultos.
Por otro lado la administración Trump se moviliza para terminar con el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, conocido como ‘cupones de alimentos’ (SNAP). El golpe está dirigido a 3 millones de personas que viven en el Valle Central de California. Restringiría la capacidad de los estados de inscribir destinatarios que ganen más del 130 por ciento por encima del nivel federal de pobreza, limitando la elegibilidad a un ingreso anual que no rebase los 32 mil 640 dólares para una familia de cuatro.
Según el Departamento de Agricultura, a partir de abril 36 millones de estadunidenses recibieron cupones de alimentos con un beneficio mensual promedio de 121 dólares por persona. Pero lo que no menciona es que a medida que la economía mejoró la inscripción al programa SNAP ha disminuido 2.5 millones de destinatarios respecto al año anterior.
El Secretario de Agricultura, Sonny Perdue afirma que los gobiernos estatales «han abusado de esta flexibilidad… Estamos cambiando las reglas, evitando el abuso de un sistema crítico de redes de seguridad, por lo que quienes más necesitan asistencia alimentaria deben ser los únicos que la reciban”.
Se trata de “otro intento más de esta administración para eludir al Congreso y realizar cambios perjudiciales en la asistencia nutricional, que han sido rechazados repetidamente en forma bipartidista”, declaró a la fuente la congresista de Michigan, la demócrata de más alto rango en el Comité de Agricultura del Senado, Debbie Stabenow: «Esta regla quitaría los alimentos a las familias, evitaría que los niños reciban comidas escolares y dificultaría que los estados administren la asistencia alimentaria”.
El nuevo ataque de Trump se dirige a sectores del Valle Central de California, que irónicamente han sido durante mucho tiempo “el granero del mundo y la ensaladera de Estados Unidos”, dice por su parte Los Angeles Times. “Ninguna otra ubicación en el planeta tiene tanta tierra de Clase 1 tan generosamente fértil en un sólo lugar ni pone más comida en el resto de los platos del estado”.
Tulare, un condado que se extiende desde el valle inferior de San Joaquín hasta la Sierra Nevada, es “líder nacional en producción agrícola” y uno “con la tasa más alta -o el doble del promedio nacional- de participación en cupones de alimentos en el estado”. Más del 25 por ciento de sus residentes dependen de los cupones de comida a través del programa CalFresh, como se conoce a SNAP en California. “Sólo otros tres condados de California tienen tasas superiores al 20%, y sólo uno no están en el Valle Central”, sostiene la fuente.
En tanto, el director de asuntos gubernamentales de la Asociación de California de los bancos de alimentos, Andrew Cheyne declaró al Times que “las ciudades de Bakersfield y Fresno, en el Valle Central se clasifican como dos de las ciudades ‘más hambrientas’ del país… El corazón de la región agrícola que alimenta al mundo lamentablemente tiene algunas de las tasas más altas de dificultades alimentarias”.
Las regulaciones propuestas por el gobierno federal, que se publicarán el martes, sólo permitirían la inscripción automática de personas que reciben beneficios de asistencia social por un valor de 50 dólares por mes de manera continua durante al menos seis meses. Además del efectivo, los únicos beneficios de asistencia social elegibles son el empleo subsidiado, los apoyos laborales como el transporte y el cuidado infantil.
Con todo, «Los niños con inseguridad alimentaria tienen tasas más altas de salud deficiente y de hospitalización, así como mayor riesgo de contraer asma y retrasos en el desarrollo cognitivo», dijo a la fuente Brandon Lipps, subsecretario adjunto en funciones del Departamento de Agricultura.
Se emitirá un reglamento final después de un período de comentarios públicos de 60 días a partir del martes■