De la redacción
Otra pandemia corre paralelamente a la del COVID-19, pero esta de carácter económico: el desempleo. En las últimas dos semanas 6.6 millones de trabajadores han perdido su trabajo en Estados Unidos, y de acuerdo con expertos esta cifra se asemeja a la pérdida de empleos durante los dos primeros años de la Gran Recesión. La suma de solicitudes de reclamos de desempleo de los últimos 15 días se acerca a los 10 millones, dice el Departamento de Trabajo.
Los 6.6 millones de estadunidenses que solicitaron beneficios de desempleo la semana pasada, representan el doble del número de solicitudes reportadas la semana previa y 10 veces el récord semanal anterior establecido en 1982, dice un reporte del Departamento de Trabajo dado a conocer hoy jueves. “Hasta 20 millones de personas podrían estar sin trabajo este verano”, según estimaciones por separado del Instituto de Política Económica y el Banco de América.
Sin embargo, estos procesos, como casi todo en la vida se hallan gobernados por la ley de la dialéctica, y esto quiere decir que la crisis económica ha generado en alguna medida su propio antídoto, que es la solidaridad social.
Por ejemplo, en distintas partes del país dueños de famosos restaurantes que han tenido que despedir a sus trabajadores preparan alimentos diariamente para dar de comer de forma gratuita a sus trabajadores despedidos: meseras (os), personal de la barra, cocineros, cajeros, repartidores de comida, lavaplatos etcétera; y muchos de sus clientes y/o dueños de otros restaurantes cooperan con alimentos sin cocinar, como vegetales, frutas y otros ingredientes que no están usando para que los restaurantes puedan cocinar los alimentos que regalan y se dediquen a alimentar a sus trabajadores desempleados y a los desamparados de sus vecindarios. También reciben la ayuda de voluntarios para preparar dichos alimentos.
Otros restaurantes preparan miles de pizzas para alimentar a los trabajadores de la primera línea de defensa al coronavirus, como enfermeras (os), doctores (as), personal de ambulancias, afanadores de hospitales, etcétera, y no sólo se las llevan al lugar de trabajo sino que al regalárselas les expresan su profundo agradecimiento por la tarea que desempeñan tan humana, para salvar otras vidas exponiendo las suyas propias.
Y es que, como hemos dicho en este mismo espacio informativo, personal de hospitales está muriendo en el desempeño de su labor contra la pandemia.
Sobre todo muchos pequeños y medianos negocios de comida se han dedicado a cooperar con este noble esfuerzo en Estados Unidos, para paliar un poco la pandemia global del coronavirus y su efecto en la devastada economía. Por citar un ejemplo ampliamente difundido por un canal de televisión local en Nueva York, que es ahora el epicentro de dicha pandemia con 2 mil 400 personas muertas, mil 300 de ellas sólo en la ciudad de Nueva York, siendo Brooklyn el área más golpeada por estas cifras fatales.
MoveOn.org compiló una increíble lista de recursos para ayudar a las comunidades de todo el país a acceder a todo, desde alimentos y equipos médicos hasta apoyo de salud mental. Está compartiendo la lista con la esperanza de que esto ayude a aliviar parte de la carga generada por el cornavirus.
Por cierto que la ciudad de Nueva York ya ha establecido 45 nuevas morgues móviles; camiones refrigerador estacionados fuera de los hospitales. Los crematorios locales ahora pueden trabajar las 24 horas. En un hospital de Brooklyn, la morgue interna se llenó el martes. Al día siguiente, el personal de enfermería se quedó sin bolsas para cadáveres.
Por citar otro ejemplo de solidaridad en esta pandemia económica, la cadena de restaurants, Tarallucci E Vino, que se encuentra en un lujoso vecindario del Upper West Side de Manhattan y cuyo esfuerzo ha inspirado a otras cadenas del ramo en Toronto, Boston, Bufalo y California, por citar algunas, sus dueños lanzaron una iniciativa -Feed the Frontlines NYC- que piden a las personas comprar comidas –no sólo a su restaurante- para los trabajadores de la salud de la ciudad de Nueva York.
Su propietario, quien tenía cinco restaurantes en esta ciudad y se quedó sólo con uno esta semana, dice que “lo más doloroso” para él es que tuvo que despedir a unos 90 «empleados maravillosos», reporta CBS News. Junto con su esposa y sus dos hijos, ha encontrado una manera de mantener a sus empleados trabajando y de alimentar a los profesionales de la salud.
Hasta el martes por la mañana, Feed the Frontlines NYC había vendido 2 mil 231 comidas a través de su sitio web, ye recaudado 388 mil 800 dólares para ayudar a los trabajadores desempleados.
Pero este es sólo un ejemplo, muy publicitado por cierto, de los muchos que de manera más discreta quizás y desinteresada se han dado a la tarea de devolver partes de sus pequeñas y medianas ganancias para contribuir a un esfuerzo en que el gobierno federal se ha visto rebasado.
Esto, a pesar del paquete de ayuda económica de 2.3 millones de millones de dólares que el Congreso aprobó la semana pasada para paliar de manera insuficiente esta crisis, pues miles de trabajadores indocumentados se quedaron afuera de la ayuda, y son precisamente muchos de ellos los que estas nobles iniciativas de los restauranteros en el país están medio sacando adelante con sus esfuerzos y el de sus clientes y miembros de la comunidad■