La narrativa de odio del presidente cobra cada vez más su cuota de muerte

De la redacción

En las últimas 48 horas 29 personas fueron asesinadas y casi 50 heridas, y algunas se debaten entre la vida y la muerte. Los fatídicos sucesos ocurrieron en dos ataques de odio racial premeditados. Uno de elos por lo menos, fue divulgado en una suerte de manifiesto fascista en las redes sociales previo a la masacre contra la gente de color. La nación entera, salvo los nacionalistas blancos que alimentan el odio en este país, se halla entristecida y sumamente preocupada por estos decesos, mientras que buena parte de la clase política demócrata condena los hechos ante la prensa y culpa de ellos al presidente Trump.

El primero de dos actos de terrorismo doméstico perpetrado por nacionalistas blancos sucedió en un centro comercial (mall) de Walmart en El Paso, Texas el sábado por la mañana, convirtiéndose en el mayor asesinato masivo contra la comunidad mexicana en la historia de Estados Unidos.

En el sitio de la masacre 20 personas fueron asesinadas por un joven fascista identificado por la policía como Patrick Wood Crusius, de 21 años de edad cumlidos apenas esta semana y originario de Dallas, Texas. Antes del tiroteo publicó una diatriba contra los mexicanos y latinos en el foro extremista en línea “8chan’, que ha sido vinculado a subculturas del Internet y al activismo racista de los grupos de nacionalistas blancos que depreda el país. A partir de junio de 2019 8chan es el sitio más visitado del mundo. En noviembre de 2014 recibió un promedio de 35 mil visitantes únicos por día, con 400 mil publicaciones por semana.

Otras 26 personas resultaron heridas, algunos en condiciones muy graves y fueron trasladados a hospitales de la zona. En las primeras horas tras el tiroteo se supo que algunos heridos rehusaron acudir a los hospitales del área para ser atendidos de emergencia porque temían caer en los radares de las autoridades de Inmigración.
El Paso, Texas es una ciudad fronteriza donde más de las tres cuartas partes de la población es latina, mayormente de origen mexicano. Del lado mexicano de la frontera se halla Ciudad Juárez, que junto con El Paso son percibidas ahí como una sola zona conurbana, atravesada por una frontera.

Como sería de suponer para quien esté familiarizado con una frontera, el día del ataque terrorista muchos mexicanos se hallaban de compras de fin de semana en el lugar de los fatídicos hechos. El asesino, que terminó entregándose a las autoridades dijo ser seguidor de Trump, y “decreto” en mano -había redactado una suerte de manifiesto fascista-, afirmó que quería matar “mexicanos y latinos”, percibidos por él como “invasores”.

En el segundo asesinato masivo o acto de terrorismo doméstico perdieron la vida 9 personas y otras 26 resultaron heridas. Ocurrió menos de 24 horas después del primer tiroteo, en la madrugada entre el sábado y hoy domingo en la ciudad de Dayton, Ohio. en una respuesta ¡sorprendentemente rápida!, los agentes del orden, que se hallaban en los alrededores del área respondieron a una llamada al 911, llegaron en menos de un minuto y mataron al tirador, identificado como Connor S. Betts, de quien se conoce poco dice la policía local.

Se dice que salvaron potencialmente cientos de vidas. El pistolero llevaba armadura corporal, y como en el primer caso usó un armamento de uso exclusivo del Ejército diseñado para causar el mayor daño posible a la víctima. Además, traía consigo cargadores adicionales de alta capacidad. Algunos de los baleados, con heridas potencialmente mortales fueron trasladados a varios hospitales de la zona.

Investigadores están examinando un posteo que se cree fue publicado en línea por el terrorista nacionalista blanco del sábado en El Paso, una hora antes del ataque según dijeron a la prensa altos funcionarios de la policía.

En lo que va del año en Estados Unidos se han producido alrededor de 250 ataques múltiples con armas de fuego, con casi mil víctimas, cerca de 250 de ellas mortales. Pero el macabro asunto es sin embargo de alcance global, pues los ataques de odio racial asolan al mundo entero.

Analistas políticos consideran sin emabrgo un avance positivo que por fin públicamente la Oficina Federal de Investigaciones, el FBI declare que estas balaceras forman parte de una epidemia nacional de “terrorismo doméstico”, motivado como cualquier otro acto terrorista por el deseo de hacer blanco de ataque a comunidades enteras por sus ideas, su raza o su religión y género. Y declararon que en los dos últimos años sus operativos de vigilancia han sido mayores para los actos de terrorismo doméstico que los destinados al terrorismo internacional.terrorismo internacional. Y lamentan contar con menos herramientas para combatir esta epidemia doméstica que las que tienen para combatir el terrorismo internacional.

Los expertos en terrorismo advierten sin embargo que nada debe tomarse al pie de la letra en el material de propaganda dejada por los sospechosos de delitos de odio racial, porque su objetivo es proporcionar forraje para la recolección de medios sociales y la cobertura de los medios de comunicación.

Durante la mañana de hoy domingo, y desde ayer, las autoridades locales y estatales de Texas y Ohio han desfilado por la televisión para condenar los hechos sangrientos y llamarlos abiertamente actos de “terrorismo doméstico”. Con excepción del gobernador de Texas, Greg Abbott, quien además de condenar los sucesos de El Paso dice que no obstante prefiere esperar los resultados de una investigación federal antes de condenar los sucesos como terrorismo y no tratar de darles prematuramente una connotación política. “Todavía hay cuerpo tirados”, en el mall… “Atendamos primero la emergencia humanitaria antes de pasar a la política”, dijo Abbott en rueda de prensa esta mañana.

Uno tras otros los precandidatos demócratas a la presidencia de Estados Unidos condenaron en la televisión estos hechos sangrientos  (salvo en la cadena Fox), y culparon al presidente Trump de incitarlos con su retórica de odio. Le exigieron que condene públicamente, en cadena nacional, la violencia de los grupos nacionalistas blancos de manera enérgica y contundente; para evitar una nueva masacre o ataques de terrorismo doméstico en las siguientes horas.

Y es que ahabiendo pasado 24 horas del primer asesinato masivo Trump sólo emitió ayer un tuit condenando los hechos y ofreciendo rezos y buenos deseos para las familias que perdieron seres queridos en la balacera.

Tanto analistas como precandidatos demócratas señalan también la responsabilidad del líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quien se ha rehusado a someter a votación, entre otros proyectos de ley la HR 8, una pieza legislativa bipartidista sobre Revisión de Antecedentes como requisito para adquirir un arma de fuego. Y lo llaman también a convocar una sesión extraordinaria en el Senado, traer a los legisladores de su receso de verano para condenar públicamente estos dos últimos casos de asesinatos masivos motivados por el odio o el racismo. Lo mismo exigen a la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, un posicionamiento de repudio a estos crímenes de odio.

Con todo, único que se puede rescatar tal vez de esta tragedia es la solidaridad de médicos y enfermeras, así como de personal administrativo del área, y de los que también viven en Ciudad Juárez, Chihuahua, pero que trabaja en El Paso, Texas, espontáneamente ofrecieron sus servicios a los hospitales donde atendían sin parar a los heridos desangrados. También hubo largas filas de personas que voluntariamente acudieron a los hospitales a donar sangre para ayudar con las transfusiones, para quienes se debaten contra la muerte tras el acto de terrorismo doméstico.

Pero la rapidez y repetición con que se han dado estos asesinatos masivos en Estados Unidos ponen de manifiesto que si no se hace algo radical para frenar este racismo tal vez mañana va a ser demasiado tarde.

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