De la redacción
Tras la comparecencia del Fiscal Especial, Rober Mueller, quedó más que claro no sólo que los rusos intervinieron en las elecciones presidenciales de 2016, y que lo han venido haciendo desde tiempo atrás, sino que lo más probable es que van a intervenir también en las elecciones del 2020. Pero por si esto no fuera suficiente amenaza, los republicanos han venido ejerciendo paralelamente distintas tácticas de supresión del voto para favorecer a sus candidatos.
Tan sólo en la última década se han apoderado de la mayoría de las Legislaturas estatales en el país, órganos que determinan el control político a través de la composición partidista y demográfica de los distritos electorales, lo que a su vez va a determinar las mayorías en las cámaras legislativas de los estados. Por ejemplo, los republicanos controlan 30 Legislaturas, contra 18 de los demócratas, y dos compartidas.
Una de las prácticas más nocivas para la democracia y menos conocida por el elector común es la de la manipulación con fines partidistas de las líneas que configuran los distritos electorales, conocida como Gerrymandering, que los republicanos han utilizado con mayor éxito sobre todo en la última década.
Otras formas de la supresión del voto son el financiamiento de campañas, la eliminación de las casillas electorales donde votar, acortar los tiempos para permitir la votación en ausencia, la imposición de una credencial oficial con fotografía (ID), o una dirección postal que por ejemplo en el caso de los nativoamericanos, que viven en reservaciones sin calles ni direcciones postales bien especificadas les impede votar.
Como pudimos observar el mes pasado, en un fallo de 5 contra 4 la Corte Suprema de Estados Unidos dio su bendición al gerrymandering, ‘mayoriteando’ su fallo con los votos de los dos jueces designados por Donald Trump: Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.
Esta decisión, de negarse a bloquear el gerrymandering partidista socava los derechos de voto y el principio democrático central de que los votantes deberían poder elegir a sus funcionarios electos. Pero con esta práctica son los funcionarios quienes en realidad eligen a los votantes. ¿El mundo al revés?
El preocupante fallo de la Corte Suprema viene a aumentar “la barrera estructural fundamental que impide el progreso: manipulado mapas electorales elaborados con precisión quirúrgica por los políticos para preservar el poder de su partido y silenciar la voluntad del pueblo”, dice por su parte All On The Line, una organización dada a la tarea de construir “un ejército de base de organizadores, activistas, donantes y votantes que entiendan por qué la manipulación de mapas es una amenaza para nuestra democracia y estén listos para devolver el poder a las personas en sus estados”.
Sin embargo, lo peor del caso es que la mayoría de los votantes ignoran que el gerrymandering está ocurriendo, y más aún no saben cómo detenerlo. Es muy escasa la información detallada y comprensiva que se puede hallar a través de la televisión, que pudiera ayudar a resolver este agudo problema de la democracia estadunidense.
Por ejemplo, después de que los republicanos tomaron el control de la legislatura en 2010 en Carolina del Norte, «a partir de esa fatídica elección, el Partido Republicano dirigió cada nivel de gobierno cada vez que pudo, utilizando sus mayorías infladas”, dice por su parte un comunicado de la publicación electrónica, Daily Kos.
De esta suerte, en Carolina del Norte “los republicanos redujeron la educación pública y los impuestos a los ricos; instituyeron una ley de identificación de votantes intencionalmente racista; y aprobaron una legislación anti-LGBTQ en 2016, tan extrema que llevó a las empresas a boicotear al estado”.
La fuente ofrece este mapa de los estados dominados por los republicanos, obtenido sobre todo a través del gerrymandering, “utilizado para instituir su agenda distópica de extrema derecha”. Pero algunos comentaristas “han impulsado la idea de que gerrymandering realmente no importa tanto”.
Este ejercicio muestra que no sólo el gerrymandering puede tener un gran impacto, volcando casi la mitad de los escaños de la Legislatura estatal, para favorecer a la parte que tenga el control, sino que además muestra también «cómo podría ser un mapa alternativo más justo, donde cada parte pudiera ganar una mayoría bajo este tercer mapa modelo».
Pero a pesar del referido y preocupante fallo de la Corte Suprema, “la lucha continúa”, dice Eric H. Holder, el exFiscal General bajo la administración Obama, a través de un comunicado de All On The Line: “Estamos en un momento crítico en la lucha por mapas electorales justos. La decisión de la Corte Suprema de negarse a bloquear el gerrymandering partidista socava los derechos de voto”.
All On The Line afirma tener equipos en el terreno, que se organizan en todo el país, a fin de “reunir las herramientas para aportar justicia a nuestra democracia”. Y anuncia la próxima publicación de “un análisis exhaustivo de todos estos mapas en un formato interactivo para evaluar los efectos del gerrymandering que el Congreso avaló, en todos los estados y en esta década.
Con todo, la organización sostiene que la redistribución de distritos “es especialmente lenta porque es un proceso que implica un sinfín de opciones y compensaciones: un sólo estado puede tener más combinaciones de mapas posibles que el número de quarks (una partícula subatómica) que existen en todo el universo”.
Por tanto, dibujar un mapa que se pueda presentar a un tribunal o comisión de redistribución de distritos, como uno que elaboro All On The Line en Maryland, dice esta fuente, “debe comenzar primero con la consideración de ideas diferentes. Por ejemplo, “¿pongo cierta comunidad con el Distrito 1, o tendría más sentido en el Distrito 2? Y luego asegurarse de que el mapa cumpla con los requisitos legales una vez que el esquema general sea claro”.
Por su parte Daily Kos Elections dice que realiza un análisis similar sobre gerrymandering en interés del público, para lograr elecciones más justas y, en consecuencia, “A medida que se acerca el ciclo de redistribución de distritos de 2020, nuestro objetivo es continuar haciendo análisis de redistribución de distritos de primer nivel y trabajando para luchar contra el gerrymandering a fin de que las elecciones puedan seguir siendo justas».
El hecho de que la Corte Suprema diga que los republicanos pueden ‘gerrymandear’, “esto no significa que la gente de este país tenga que vivir con esa decisión. Pero necesitamos ciudadanos preocupados que se unan a nosotros. Nada que valga la pena es fácil», concluye Daily Kos■