Hace 50 años por esta semana el presidente Lyndon B. Johnson firmó la Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos (INA). La histórica legislación eliminó las cuotas raciales y por nacionalidad que favorecían muy ampliamente a los inmigrantes de Europa, y abrió las puertas a los inmigrantes de todo el mundo en condiciones tendencialmente de mayor igualdad. Esta fue la última de las históricas reformas decretadas durante la época del Movimiento de Derechos Civiles. ¿Qué se propuso lograr la INA? ¿Cómo cambió a los Estados Unidos? ¿Cuáles son las oportunidades y desafíos hacia el futuro? Son las premisas que lanza el Director de Noticias de Radio Bilingüe, Samuel Orozco, al inicio del programa de Línea Abierta que sobre el tema él mismo condujo (10/06/150).
El Vicepresidente Hubert Humphrey se refirió a la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965: “Hemos retirado todos los elementos legales que permitían una ciudadanía de segunda clase, gracias a la Ley de Derechos Civiles del ’64. Debemos ahora, en 1965, retirar de nuestra ley de migración todos los elementos que sugieren que hay gente de segunda clase”, dijo Humphrey citado por Samuel Orozco, co-fundador de Línea Abierta.
Esta ley ha sido por todos acreditada al trabajo del senador demócrata por Massachusetts, Edward “Ted” Kennedy; es su herencia legislativa vitalicia según algunos, dice Orozco. En el pasado medio siglo la población de Estados Unidos se ha triplicado y diversificado con inmigrantes de las más distintas nacionalidades, continúa el también Director de Noticias.
De entrada, el programa arranca con la asesora de primer nivel del presidente Obama, Cecilia Muñoz, Directora del Consejo de Política Nacional de la Casa Blanca en Washington, DC. Ella platicó por teléfono con Samuel Orozco sobre el significado del cumpleaños de la referida Ley de Inmigración del ’65 y su influencia en el debate actual sobre el tema.
“La ley de Inmigración ha sido importantísima en nuestra historia”, dice la alta funcionaria de la Casa Blanca. En su opinión, la diversidad demográfica que se vive en el país deriva de esta ley. “Y celebrar los 50 años, es celebrar lo que somos, lo que hemos llegado a ser gracias a los cambios de esta ley, como parte del Movimiento por los Derechos Civiles de este país”.
La celebración en la Casa Blanca, agrega Muñoz, incluyó una ceremonia de naturalización, como parte del enfoque y de la campaña de estímulo a las personas elegibles para que se hagan ciudadanos. “Y para hacerles recordar que su participación en nuestra democracia es importantísima, y es también un gran resultado de esta ley de 50 años”.
– ¿Qué le gustaría destacar, de entre todos los elementos que rodean la creación de esta ley del ‘65, para las generaciones de hoy en día? –pregunta Orozco, y ofrece a Muñoz un amplio menú de elementos, como el carácter antidiscriminatorio, al venir a prohibir desigualdades en la ley de inmigración de esa época, o por venir a reunificar familias, o el carácter bipartidista detrás de esta ley.
Para muños todos estos elementos son “sumamente importantes”, dice, y señala que el sistema migratorio antes de la referida ley era un sistema discriminatorio, y la ley que sobrevino contó con apoyo de ambos partidos, lo que es importantísimo, insiste, “porque necesitamos otro proceso parecido, para las reformas que necesitamos en este momento”.
La concertación que logró Johnson con los líderes del Partido Republicano de aquel tiempo, desde cuando los republicanos ya eran renuentes a abrir las puertas a un mayor número de inmigrantes, recuerda Orozco, no fue impedimento para que sin embargo se lograra el éxito.
– ¿Qué debemos aprender de aquella lección para el debate de migración de hoy en día?
“Bueno, que el resultado de este esfuerzo bipartidista fue una ley que nos ayudó económicamente”, continúa Muñoz. Y también demuestra que movimientos de personas enfocadas en los valores más altos de este país, pueden lograr cambios grandes. “Y hay un movimientos parecido en la comunidad inmigrante latina. Estamos también tratando de encontrar cómo dirigir la energía de nuestra comunidad, especialmente entre los que pueden ser ciudadanos”.
Muñoz se refiere a los residentes permanentes que ya tienen cinco años en este país y por tanto son elegibles para hacerse ciudadanos. Y asegura que el proceso “es más fácil de lo que muchas personas piensan”. Anuncia que la Casa Blanca lleva a cabo una campaña nacional llamada, ‘De Pie y Más Firme’/Stand Stronger, cuyo enfoque es la ciudadanía y las opciones con que cuenta la gente. “Porque hay 8 millones de personas, la gran mayoría latinos, que son elegibles para la ciudadanía… y hay ayuda disponible para prepararse para el examen, así como para el pago de la solicitud… y podrán pagar con tarjeta de crédito… estamos tratando de conectar con esa parte de la comunidad… para que aumenten la contribución que ya hacen a nuestro país”.
– ¿De qué forma la Casa Blanca está facilitando esa naturalización?
Además de las tarjetas de crédito, dice Cecilia Muñoz, también hay ayuda económica para las personas de bajos ingresos si no pueden pagar. “Acabamos de anunciar recursos para preparar para el examen… también hay excepciones para el examen a las personas mayores…”.
Orozco acota que en dicha campaña se están movilizando cuerpos de voluntarios para ayudar de manera directa y personal en las gestiones de ciudadanía.
– ¿Cómo está movilizando la Casa Blanca a estos cuerpos de voluntarios?
“Hay más de 70 organizaciones –comunitarias y religiosas- y ha habido muchos eventos por todas partes del país y va a haber más, para ayudar a la gente con el proceso”, dice la funcionaria. Agrega que la Agencia de Inmigración y Ciudadanía, UCIS, del gobierno federal, que recibe las solicitudes, tiene también recursos de ayuda en su sitio de Internet; para preparar el examen con clases o recursos que existen en el vecindario. Hay muchas personas elegibles que tal vez no conozcan los recursos que hay para ayudarles, concluye la Directora del Consejo de Política Nacional de la Casa Blanca■
El programa completo: