Maribel Hastings
En momentos en que las comunidades inmigrante y las mal llamadas “minorías” están bajo ataque por las políticas de la presente administración, se esperarían mayores inversiones para mantener al electorado constantemente informado, energizado y movilizado.
Lamentablemente ese no siempre es el caso.
El presente ciclo electoral, de cara a los comicios de medio término el 6 de noviembre, vuelve a colocar sobre el tapete de la discusión el eterno debate en torno al voto latino.
Los partidos y las campañas políticas individuales no invierten adecuadamente para educar y movilizar a este sector que puede hacer la diferencia entre un triunfo y una derrota, no sólo en estados donde su presencia es numerosa, sino en aquellos donde tal vez no sean un gran porcentaje de los votantes pero pueden representar un cambio en contiendas cerradas.
Arturo Vargas, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), ve la dinámica como un círculo vicioso:
“Es lo que estamos viendo otra vez en este ciclo electoral. Por una parte, todo mundo dice que estas elecciones son tan importantes porque está en juego quién a va a controlar el Congreso. Pero según la encuesta que hemos estado llevando a cabo con Latino Decisions, es obvio que no están invirtiendo en llegar al electorado latino. El 60 por ciento de los latinos inscritos para votar ha dicho que nadie se ha comunicado con ellos sobre las elecciones. Ni un partido, ni una campaña, ni una organización, ni un candidato”, afirmó Vargas.
“Y de las investigaciones que hemos conducido sobre por qué los latinos no salen a votar, es precisamente por eso, porque nadie los incluye en la discusión, ni les piden su voto, y muchos piensan que su voto no importa”, agregó.
Ciertamente hay grupos cívicos que buscan llenar el vacío, gran parte de ellos financiados por fundaciones o donantes privados.
“Pero son esfuerzos con un enfoque muy preciso en ciertos distritos y es algo que para mí siempre ha contribuido a que los latinos no voten; porque la inversión se hace donde los donantes creen que el voto latino va a hacer la diferencia en determinada elección”, explica Vargas. Después de las elecciones, “esos mismos donantes desaparecen, ya que han logrado los resultados electorales que querían, y dejan a los latinos sin poder llegar a aquellos que han sido elegidos a fin de que asuman sus responsabilidades”.
Agrega Vargas: “Es casi como manipular al voto latino sobre sus prioridades sin tomar en cuenta cómo vamos a invertir para mantener una cultura de participación entre los latinos a largo plazo”.
Según Vargas, la clave es “invertir todos los años, no únicamente cada dos años y cada cuatro años y no s’olo en los distritos y estados que se considera que están en juego y que el voto latino puede hacer la diferencia”.
Vargas recuerda que las elecciones intermedias de 2014 vieron una baja participación de los latinos a nivel nacional, en gran parte porque en California no hubo campañas; porque todos los titulares iban a ser reelegidos. En consecuencia, muy pocos latinos votaron en California reduciendo la cifra nacional de participación hispana.
Para las elecciones intermedias de 2018 hay mayor entusiasmo entre los latinos porque están siguiendo de cerca lo que hace y dice el presidente Trump, “y hay cierta medida de enojo hacia el presidente”.
Van a votar más latinos en 2018 que en 2014, continúa Vargas, “pero ya veremos si eso resulta en que los que no votan pasen a ser votantes”, dijo. “Por la falta de inversión, no creo que veamos el mismo número de votantes latinos que en 2016, aunque, claro está, se trata de una elección intermedia”.
Vargas insistió en que la inversión debe ser constante y no enfatizada únicamente en determinados distritos.
“En California no vemos inversión a nivel estatal para movilizar a los latinos, con la excepción de esos distritos donde los partidos Republicano y Demócrata están tratando de mantener a sus titulares o cambiar de mando”, dijo Vargas.
Agregó que “en NALEO, que hemos llevado a cabo campañas no partidistas para movilizar el voto, no tenemos nada de recursos para los esfuerzos en estas elecciones”. Y explicó: “Sólo tenemos recursos para nuestro programa de protección al votante, con nuestra línea telefónica para que el público reporte irregularidades en las casillas de votación”.
Otro factor que viene a empeorar la situación es la crisis en los medios de comunicación, particularmente en español, que han ido reduciendo su personal y ya no cuentan con los recursos para campañas educativas y de movilización a los mismos niveles que antes.
“La crisis de los medios en español tiene serias consecuencias. En NALEO siempre hemos tenido colaboraciones con medios nacionales, pero cada vez que nos acercamos para hacer programas como hacíamos antes, nos dicen que les encantaría, pero que tienen que recaudar fondos para esos programas. En elecciones previas teníamos anuncios de servicio público o se hacían reportajes sobre nuestros esfuerzos, pero ahora es como si hubieran desaparecido”, sostuvo Vargas.
Y las fundaciones, añadió, “tampoco están dando recursos a nadie ni para registro de votos ni para sacar a los votantes”.
“Los que sí tienen recursos son los donantes con metas partidistas”, indicó Vargas apuntando a diversos grupos progresistas. “Nos han dicho que no tienen interés en apoyar a ninguna organización nacional latina, ni a nosotros, ni a Voto Latino, UNIDOS o Mi Familia Vota. Nos dijeron que apoyarán a organizaciones latinas a nivel local, pero sólo en los distritos donde quieren obtener resultados específicos”.
Para Vargas el resquicio de esperanza que queda es que esos mismos grupos sí están invirtiendo en todo lo relacionado con el Censo decenal.
“La esperanza que yo tengo es que lo que se está invirtiendo en el Censo podrá también apoyar esfuerzos para ampliar la participación cívica, que incluye el votar; con la mira puesta en los comicios generales del 2020”, concluyó■