Foto: Idaho Farm Bureau

De la Redacción

El Congreso de Estados Unidos ha estado en intensas y maratónicas sesiones en ambas cámaras legislativas durante los últimos días sin haber alcanzado los objetivos buscados por cada uno de los dos principales partidos políticos del país.

Los republicanos, en su afán por derogar la Ley de Salud Asequible promulgada hace tres años por el presidente Obama, tratando de repetir un debate en el Congreso que ya sucedió, y de revertir -misión imposible- un resultado electoral en el que los demócratas ganaron la Casa Blanca con cinco millones de votos de ventaja, que entre líneas debe leerse como un referendo positivo a la reforma de salud.

Los demócratas por su parte se negaron rotundamente a seguirle el juego a sus colegas de la otra ala ideológica, aunque hay que decir que se trata más bien del sector ultra reaccionario del Partido Republicano, el Tea Party, que de último momento intentaron crear la imagen de voluntad negociadora invitando a una conferencia bicameral (conference committee) para negociar el presupuesto y presuntamente evitar el cierre del gobierno con la condición de retrasar un año la puesta en vigor de la Ley federal de Salud y eliminar un impuesto a la compra de equipo médico, cuando en realidad tienen años, incluso desde antes de la elección de 2010 repitiendo públicamente que su objetivo es cerrar el gobierno.

Irónicamente, el arranque del periodo de inscripciones en el mercado de intercambio para asegurar a millones de estadunidenses sin cobertura médica arrancaba al mismo tiempo que fracasaban las negociaciones del presupuesto para evitar la paralización de las actividades del gobierno, sin lograr detener la reforma de salud, que inició sin importar que el gobierno tenga solvencia para su desempeño cotidiano.

Con tristeza, real o retórica, el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid formuló su negativa a seguirle el juego a los republicanos declarando que por ningún motivo irían a una conferencia de comité, a una falsa negociación al cuarto para las 12 -óra sí literalmente- “con una pistola en la frene”; cuando era más que evidente que los republicanos sólo buscaban engañar a la opinión pública pues no están dispuestos a abandonar su propósito de cerrar el gobierno.

Desde hace cuatro meses, y a petición de los propios republicanos los demócratas del Senado elaboraron un presupuesto de gasto para mantener la solvencia del gobierno hasta diciembre, y los republicanos simplemente lo ignoraron. Por eso ayer, a escasos minutos de que llegara la hora cero en esta madrugada los demócratas se negaron a asistir a la referida conferencia de comité pues era más que obvio que se trataba de una farsa, según declaraciones de más de una docena de senadores demócratas ayer, al cuarto para las doce, en medios de comunicación electrónicos.

Hoy la foto principal en la portada del influyente periódico The New York Times lo dice todo: Un cordón de plástico amarillo que la policía usa para clausurar un lugar o delimitar la escena de un crimen aparece rodeando al Capitolio federal.

Antes, en una carta que apareció en la edición digital del Departamento de Energía el presidente Obama emitió un elogio a los empleados federales por sus servicios y señaló: “Ustedes hacen todo esto en un clima político que, con demasiada frecuencia en los últimos años, los ha tratado como un saco de boxeo”, según reporta la agencia Reuters.

Aclara: “Esta paralización era completamente evitable. No debería haber ocurrido”, y echó la culpa de esta lamentable situación a la cámara baja, dominada por el Partido Republicano.

Para quienes piensen que este asunto ya tocó fondo, imaginen lo que se avecina con la discusión sobre el tope de la deuda pública, por cierto la mayor del mundo, con consecuencias aun más severas para la buscada recuperación económica del país, que tiene con los pelos de punta incluso a la clase empresarial congregada en Wall Street, empresarios usualmente con nervios de acero.