America’s Voice, Denver, CO
Quizá no sorprenda por ser Colorado donde el mayor número de votantes no está afiliado a ningún partido, pero pláticas con jóvenes hispanos de este estado demuestran la tendencia de este grupo a registrarse como no afiliados o independientes, en espera de resultados sobre sus temas de interés, como la inmigración.
La lealtad a un solo partido se pone a prueba aquí, tendencia que parece replicarse a través del país, y no sólo entre jóvenes ciudadanos que votan sino entre indocumentados que aspiran a hacerlo.
En la Universidad Metro State, y en otros puntos de Denver conversamos con jóvenes hispanos a quienes la falta de reforma migratoria y el retraso de acciones ejecutivas les afecta directa e indirectamente. Hay frustración, pero también ―al menos entre los entrevistados― existe el propósito de votar para cambiar tendencias.
Denver refleja el dilema de otros votantes latinos. El retraso de acciones ejecutivas al sistema de inmigración y el desencanto con Obama generan desinterés en el proceso, pero tampoco ven una alternativa entre los candidatos republicanos.
Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), los latinos representan 21 por ciento de la población de Colorado, y casi 10% de los votantes registrados (338 mil 856 de un total de 3 millones 552 mil 143) en este ciclo 2014. Se pronostica que apenas 162 mil latinos votarían en noviembre, pero su voto puede ser decisivo en contiendas cerradas.
Ángela Cobián, de 25 años, está registrada como no afiliada.
«En un estado como Colorado, donde hay mucha competencia entre los dos partidos, ser no afiliado causa que exijamos más atención de los dos principales partidos», dijo.
Ella votó por Obama en 2008 y 2012 y reconoce que la inacción sobre la reforma y las órdenes ejecutivas genera desencanto.
«Hay disonancia cognitiva. Hay tensión en cómo pienso y cómo voto porque quiero que avance una reforma migratoria, pero no sé cómo nos iría con el otro partido y por eso he votado demócrata», señaló.
La contienda senatorial entre el demócrata Mark Udall y el republicano Cory Gardner ejemplifica la disyuntiva. Aunque apoya las acciones ejecutivas, Udall ha sido tibio al abordar el tema migratorio, temeroso de que los votantes conservadores se movilicen, y Gardner es anti reforma y anti acciones ejecutivas. «Si Udall no ha sido tan entusiasta (con las acciones ejecutivas), hay que entender el contexto. Está en un estado que no es completamente azul (demócrata), con más de una tercera parte de votantes independientes. Pero sé, por todas sus otras acciones, que está del lado de la comunidad latina», agregó Ángela.
Pero los demócratas, para mantener el apoyo de la comunidad latina «tienen que tomar mayores acciones (sobre la migración) que las que habrían tomado».
«El riesgo más grande para el Partido Demócrata es que los latinos decidan que no vale la pena votar. Pero tenemos que ser inteligentes… Si no votamos, seguirá la misma narrativa de que los latinos no votamos. Tenemos que cambiar esa narrativa para que nos tomen en serio. ¿Y cómo se cambia? Pues votando», indicó Ángela.
María Menéndez tiene 22 años y también es no afiliada. Tiene familiares afectados por las deportaciones. Su padre es no afiliado, pero vota por los demócratas.
«Pero el hecho de que él vote por un partido no quiere decir que también yo le tenga que ir a ese… Mi decisión no se basa en el partido, sino en las acciones del candidato», apuntó María.
Ana Temu, de 22 años, está registrada como demócrata. Votó por Obama en 2012. «Este año votaré por (el senador demócrata) Mark Udall porque (el republicano) Cory Gardner es obvio que no nos quiere. Tenemos que elegir entre quien claramente no nos odia o claramente nos odia… Nos sentimos traicionados. Honestamente las únicas personas que saldrán a votar son las que temen tener a Cory Gardner en ese escaño».
Su esposo y su padrastro son indocumentados.
«Mi padrastro trabaja en una granja y en días soleados como éste pizca nuestros vegetales… Lo quema el sol de la misma forma en que lo quema Obama», dijo.
Gerardo Noriega, estudiante de 24 años, es el único miembro de su familia que es indocumentado. Obtuvo la Acción Diferida en 2012.
Los votantes latinos como sus hermanos, dice, enfrentan un dilema: «En las elecciones que vienen los latinos votarán demócrata por el miedo a que gane un republicano que haga más daño, o no votarán. Es una estrategia muy sucia que los demócratas están usando».
Roy de Robles, de 27 años, opera una casa de cambio y es no afiliado.
Los latinos votan más por los demócratas, dice, «por el pasado, pero he visto que es mejor ser independiente y basarse en lo que haga el candidato y no en el partido».
Algo que ambos partidos deben ponderar: los futuros votantes latinos, sobre todo aquellos directamente afectados por el mal manejo del tema de la inmigració. Jóvenes como Alejandra González, una ciudadana de 16 años con padres indocumentados que votará en las presidenciales de 2016 y se identifica como independiente: «Quienes votaremos vamos a recordar quiénes fueron nuestros aliados en la lucha por nuestras familias y quiénes no. Cada vez que agarre una boleta voy a tener a mi familia en mente».
Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice