La Ciudad de Denver, Colorado, le sale al paso a la política federal antinmigrante

De la redacción

El alcalde Hancock en la inauguración de un centro comunitario de los latinos en Denver, Co. Foto: Cortesía de la alcaldía de Denver.

El alcalde Hancock en la inauguración de un centro comunitario de los latinos en Denver, Co. Foto: Cortesía de la alcaldía de Denver.

«No se trata de proteger a la gente violenta y no voy a jugar juegos políticos con la seguridad de nuestra comunidad. Esto es sobre la protección de los derechos y los medios de vida de nuestra gente y haré todo lo posible para tomar acciones bien pensadas y proteger a toda nuestra gente y a sus familias –lo que siempre incluirá a los inmigrantes y refugiados en Denver».

Ante el clima de violencia y xenofobia que impera bajo esta administración del presidente Trump, una tras otra algunas ciudades del país han decidido dar un paso adelante y poner a salvo los valores que inspiran a una sociedad democrática como la que presume ser Estados Unidos. Se niegan prestarse a un peligroso juego político que desestabilizaría la ya de por sí precaria situación existencial y práctica de los inmigrantes, particularmente de los indocumentados, que prestigiados estudios científicos han demostrado significan una importante aportación económica y cultural a este país.

En este contexto de defensa de los valores democráticos, el alcalde de Denver, colorado, Michael B. Hancock publicó noche la siguiente declaración sobre el voto unánime de su Concejo Municipal para aprobar una ordenanza ejemplar:

«Quiero agradecer al Concejo Municipal de Denver por su voto esta noche sobre nuestra ordenanza de reforma de la sentencia”, declaró Hancock en un comunicado de la alcaldía.

Agregó: «Esta ordenanza tiene dos pasos críticos: Uno, ayuda a mantener a las familias unidas asegurando que los delitos de bajo perfil, como el toque de queda en los parques no son una herramienta de deportación”.

Hancock dijo además que con dicha ordenanza, “aseguraremos que el castigo se ajuste a la severidad del delito. Para nuestras comunidades de inmigrantes, y también para todas nuestras personas, incluyendo las que viven sin hogar. Dos: por primera vez en la historia de Denver, la ciudad será capaz de actuar con rapidez para procesar a los que cometen crímenes de odio. No sacrificaremos nuestros valores ni sucumbiremos a un sistema de inmigración roto”.

La ordenanza es relevante sobre todo en estos últimos cuatro meses, resaltó el alcalde, porque “la Casa Blanca ha emitido una serie de órdenes ejecutivas que han exacerbado nuestro sistema de inmigración roto y que han tenido un impacto real en nuestra comunidad. He oído de muchos que están justamente preocupados. Denver está comprometido a tomar medidas que protegerán los derechos de nuestra gente y mantendrán nuestra ciudad segura, acogedora y abierta”.
El acalde Hancock reiteró que se trata de mantener el delicado equilibrio de los derechos civiles, que no está dispuesto a arriesgar para ganar puntos políticos o satisfacer a una administración que se ha encargado de inyectar odio y división en la sociedad estadunidense:

«No se trata de proteger a la gente violenta y no voy a jugar juegos políticos con la seguridad de nuestra comunidad. Esto es sobre la protección de los derechos y los medios de vida de nuestra gente y haré todo lo posible para tomar acciones bien pensadas y proteger a toda nuestra gente y a sus familias –lo que siempre incluirá a los inmigrantes y refugiados en Denver», concluye el alcalde en su comunicado.

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