La ‘Carga Pública’ tendría un efecto negativo para la grandeza económica de EE UU

Xavier Becerra, Secretario de Salud y Recursos Humanos declarando ante los medios en la Clínica de Salinas. Foto: Jesús Ramírez.

Xavier Becerra, Secretario de Salud y Recursos Humanos declarando ante los medios en unaa Clínica de Salinas. Foto: Jesús Ramírez.

De la redacción

El 14 de agosto el presidente Trump promulgó regulaciones federales para determinar que un extranjero que solicita un ajuste de estatus en Estados Unidos sería inadmisible porque es probable que se convierta en una ‘carga pública’, o alguien  propenso a recibir asistencia social. La medida, dice la administración federal, buscar un ahorro al erario público. Pero expertos afirman que se trata de una drástica medida en nombre de la pureza étnica.

Médicos y expertos en salud pública advierten que la mala salud vendrá de los referidos cambios radicales de la administración Trump, que negarían la Green Card a muchos inmigrantes que usan Medicaid, cupones de alimentos y otras formas de asistencia pública, como hemos reportado en este espacio informativo. Sostienen que ya están viendo las consecuencias incluso antes de que la compleja regla de 837 páginas entre en vigencia en octubre. Y argumentan que la nueva regla podría obligar a millones de inmigrantes de bajos ingresos a elegir entre los servicios indispensables para mantener la buena salud y su intento de permanecer legalmente en Estados Unidos.

La cosa sin embargo no para ahí. Ahora el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos está considerarán también otros factores para frustrar la admisibilidad a Estados Unidos, como los ingresos, la educación y el dominio del inglés. No obstante, la tesis de la nueva regla de exclusión, que presuntamente busca un ahorro al erario es una norma contraproducente. Pues muchos médicos afirman que significará más enfermos, y otros afirman que lo que busca en realidad es una limpieza étnica.

Lisa David, presidenta y directora ejecutiva de Public Health Solutions, la organización de salud pública más grande de Nueva York, declaró a Prensa Asociada (AP) que “La gente va a estar más enferma. No van a ir a recibir atención médica, o no hasta que tengan que ir a una sala de emergencias… lo que le va a costar mucho más dinero al sistema».

Con todo, en medio de esta controversia el jefe del sistema hospitalario de la ciudad de Nueva York alentó a «todas las personas» a pedir ayuda médica, aunque ésta penaliza a los solicitantes de tarjetas verdes que reciben legalmente ayuda del gobierno. Porque los diabéticos, dice, “se saltan los chequeos regulares. Los jóvenes asmáticos no reciben atención preventiva… y existe el temor de que la nueva política federal tendría un efecto generalizado sobre los inmigrantes que necesitan ayuda».

En tanto, dos condados de California y fiscales generales en 13 estados demandaron al gobierno federal argumentando que los cambios aumentarán los riesgos para la salud pública. Hay indicios de que esto ya está sucediendo en ciudades como Chicago, Detroit y Nueva York, dicen los defensores de los inmigrantes.

Public Health Solutions, que atiende a una gran población de inmigrantes informó una caída del 20 por ciento en la inscripción de cupones de alimentos desde que la regla se propuso por primera vez en el otoño.

Sin emabrgo, los inmigrantes de bajos ingresos que no son ciudadanos en general usan los beneficios públicos a una tasa mucho más baja que los ciudadanos de bajos ingresos nacidos en Estados Unidos. Y según el Instituto de Política Fiscal, un organismo no partidista sostiene que aunque las estimaciones varían, «podría ser que abandonasen la ayuda pública unos 24 millones de inmigrantes con una persona que no sea ciudadana en la familia, y donde uno de sus miembros haya recibido cupones de alimentos, asistencia de salud o de vivienda».

El debate contemporáneo sobre la inmigración señala que ésta a menudo se enmarca en un eje de egoísmo versus generosidad, con  Trump hablando de la necesidad de poner a ‘Estados Unidos primero’, dice la publicación electrónica Vox. «Históricamente la inmigración a Estados Unidos no ha sido debido a un acto de bondad hacia los extranjeros», sino una estrategia para el crecimiento y grandeza nacional.

“Washington y sus compañeros fundadores podrían haber establecido a Estados Unidos como una especie de club exclusivo… una nación próspera y agradable. Pero nuestras ciudades serían más pequeñas, nuestra influencia global se reduciría y muchas menos empresas de vanguardia del mundo tendrían su sede aquí. Sufriríamos, como tienden a sufrir los países pequeños, de nuestros jóvenes talentosos y ambiciosos que buscan su fortuna en lugares más grandes en el extranjero. Con muchas menos personas, no sería la gran nación que es hoy”.

Pocos de nuestros problemas pueden resolverse reduciendo la inmigración, dice la fuente, pero “Muchos podrían resolverse dando la bienvenida a más extranjeros». Y agrega que las principales fuentes de inmigración, y las principales ocupaciones que probablemente empleen inmigrantes han cambiado con el tiempo. “Pero la historia ha sido la misma desde el principio: Una población mayor y más diversa apoya el desarrollo más intensivo de los recursos disponibles y una división del trabajo más compleja, lo que lleva, con el tiempo, a una economía nacional cada vez más sofisticada y próspera”.

Por su parte The Hill afirma que los demógrafos pronostican que en el futuro la inmigración “tanto las personas que proveen directamente, como los niños que los inmigrantes atienen y crían es la única razón por la que la población en edad laboral de Estados Unidos no está disminuyendo”, dado el alto número de defunciones y por tanto el envejecimiento de la fuerza laboral. Y esto es doblemente cierto, sostiene, “cuando se considera que el trabajo de los inmigrantes en los sectores del hogar y el cuidado infantil probablemente también sirva para aumentar la maternidad de los estadunidenses nativos”.

Por ejemplo, Japón y algunos países del sur de Europa han experimentado ya el declive de su población en edad de trabajar. Y esto plantea algunos desafíos serios para una economía nacional: “Tiende a bajar las tasas de interés a un nivel increíblemente bajo, lo que dificulta que los bancos centrales respondan a una recesión”, como la que en las últimas semanas se insinúa en Estados Unidos. “También hace que sea más difícil mantener los programas de jubilación del sector público y la atención a los ancianos en general”.

Y para aquellos que creen en los principios de la Declaración de Independencia y el valor de los ideales de Estados Unidos, aceptar un futuro de decadencia y retirada en nombre de la pureza étnica debería ser inaceptable. El hecho de que Estados Unidos sea más homogéneo no sólo lo hará más pequeño y más débil, sino que también será más pobre per cápita, lo que subraya la locura que sería abrazar esta visión estrecha.

«Que cientos de millones de personas en todo el mundo deseen mudarse a nuestras costas, y que Estados Unidos tiene una larga tradición de asimilación de extranjeros y un mito político y una cultura civil propicia para hacerlo, es una enorme fuente de fortaleza nacional», concluye la fuente■

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