De la redacción
Entre 200 y 300 migrantes centroamericanos de los mil que viajaron en la Caravana del Viacrucis Migrante a través de México, arribaron por fin este domingo a la puerta de entrada a Estados Unidos, en la frontera Tijuana-San Diego. Pero voceros de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos declararon que los migrantes no podían procesar sus solicitudes de asilo debido a restricciones de espacio. Los migrantes se apostaron en la puerta de entrada en San Ysidro, y realizaron una manifestación binacional de protesta a ambos lados de la valla de acero que entra al mar en Playas de Tijuana.
Este domingo un grupo de 20 personas acamparon afuera, de las oficinas de Inmigración y Aduanas, rotándose por turnos como forma de presión hasta que se lleve a cabo el procesamiento para tener una «entrevista de miedo creíble» por parte de un oficial que sanciona los casos de asilo, dice hoy The New York Times.
Y es ahora que comienza «la parte más dura”, tras un viaje largo y agotador, que establece “un momento dramático que pone a prueba la política antinmigrante del presidente Trump”.
El periódico La Jornada dice por su parte que el delegado del Instituto Nacional de Migración (INM), Ranulfo Márquez detuvo a los centroamericanos en la puerta de entrada peatonal a Estados Unidos en Tijuana, “con el argumento de que por problemas de logística, solamente una comisión de 20 migrantes, abogados y prensa debía entrar para una primera entrevista con el personal del Servicio de Inmigración estadunidense”.
Según la fuente, Irineo Mújica, en representación de la Organización Pueblos Sin Fronteras, dirigió unas palabras a Trump: “No somos criminales ni terroristas que nos gusta la oportunidad de vivir sin miedo, sé que Dios va a tocarles el corazón. Gracias y vamos para adentro de Estados Unidos”.
Además, dice la fuente, el abogado especialista en migración, Álex Gálvez quien opera en Los Ángeles, California, dijo que “la administración de Donald Trump se basa en palabras, en retórica, prejuicios, estereotipos y emociones más que en las leyes migratorias estadunidenses”.
Este ha sido el último giro en “un drama de inmigración que se ha desarrollado en relativa oscuridad en los últimos años”. Por lo general, durante la temporada de Pascua, dice, “los inmigrantes se han dirigido hacia el norte juntos como una forma de protección contra los secuestradores, atracadores y violadores que acechan la ruta migratoria, y para llamar la atención sobre su difícil situación”.
Pero este año se inserta en el debate de inmigración iniciado por Trump, sostiene el Times.
Por razones estratégicas otro grupo de la caravana decidió movilizarse hacia Playas de Tijuana, donde la valla fronteriza entra al mar, para participar en un encuentro binacional con organizaciones civiles de Estados Unidos que los asesoran para obtener asilo político.
Y es que el drama personal de los migrantes, enredado con la mala voluntad de Trump hacia México, “que comenzó desde el mismo día en que anunció su candidatura; la acritud Trump hacia el gobernador de California, Jerry Brown acerca del tema de la inmigración; la política de las ciudades santuario, y el estancamiento del Congreso en tono al financiamiento para el muro fronterizo propuesto por Trump”, subyacen en este volátil momento político que conforma el drama de los centroamericanos que llegaron a la frontera, dice la fuente.
Y todo porque Trump quiere hacer de la inmigración un tema que galvanice la opinión en las elecciones de medio término en noviembre, ya que los republicanos se encuentran muy preocupados ante la posibilidad de perder el control de la cámara baja y tal vez del Senado.
En un tuit de la semana pasada Trump intensificó su retórica y prometió “no dejar entrar a estas grandes caravanas de personas en nuestro país». En una manifestación en Michigan el sábado por la noche repetidas veces volvió a los asuntos de inmigración, diciendo en un momento: «Si no tenemos seguridad en la frontera, cerraremos el país», aparentemente refiriéndose a un cierre del gobierno cuando la fecha límite de financiamiento se aproxima en septiembre, afirma el Times.
Pero el abogado Alex Galvez , que “visitó Tijuana para capacitar y aleccionar a los centroamericanos en sus trámites de asilo, explicó que la ley señala que se debe recibir a los peticionarios y determinar si se les lleva a una estación migratoria o se les coloca un grillete electrónico para irse a su destino hasta que se decidan sus casos”, reporta La Jornada.
En Playas de Tijuana, unos 20 jóvenes treparon el muro de acero que se extiende hasta entrar al mar. La fuente afirma que “un centenar de activistas y migrantes que obtuvieron asilo se solidarizaron con la caravana en su búsqueda de mejores condiciones de vida y les dieron la bienvenida con un altavoz”, desde el lado de San Diego, mientras agentes de la Patrulla Fronteriza los vigilaban.
Al concluir la manifestación binacional los miembros de la Caravana que se hallaban en el lado mexicano “regresaron al albergue -en Playas de Tijuana- para recoger su equipaje y se fueron al punto fronterizo de San Ysidro”.
Por último, el jefe de la Patrulla Fronteriza en San Diego, Rodney S. Scott advirtió que “en vista de que su ingreso fue ilegal, serán remitido para su procesamiento personas relacionados con el Viacrucis Migrante que se introdujeron a Estados Unidos este sábado brincando la valla fronteriza o por cañones”, situación que fue negada por organizadores de la caravana, concluye la fuente.