Por Elaine Korry
California Healthline
Una docena de donas. Ese era un desayuno típico para Tassiana Willis, una poeta afroamericana de 24 años, cuando estaba creciendo. En su familia, los momentos de alegría se centraban en los dulces. Su abuelo, un hombre de pocas palabras, mostraba su afecto llevándolos a McDonald’s los fines de semana.
Willis, quien creció en San Francisco, ha aprovechado el poder de la poesía para crear conciencia sobre la diabetes tipo 2, una enfermedad prevenible causada en gran parte por los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio. Antes afectaba en su mayoría a adultos, pero ahora se está extendiendo a un ritmo alarmante en los jóvenes, especialmente entre las minorías étnicas y los que viven en hogares de bajos ingresos.
«Levanta tu voz y cambia la conversación», insta el eslogan en cuatro videos nuevos producidos para una campaña de arte y salud pública llamada The Bigger Picture. Los videos, incluido uno de Willis llamado «The Longest Mile» (La milla más larga), muestran a poetas jóvenes contando historias profundamente personales sobre las circunstancias de la vida que promueven la diabetes.
Los videos desafían a los espectadores a mirar «la imagen más grande» – es decir, el contexto más amplio– detrás del aumento alarmante de la diabetes. En lugar de destacar las pobres elecciones individuales, exponen los factores sociales y económicos –todo, desde los precios de los alimentos y el mercadeo hasta el acceso desigual a los parques y juegos– que conspiran para empujar a los jóvenes de color a un estilo de vida poco saludable.
«La forma en que se narran estas historias… realmente exige un cambio social», dijo Natasha Huey, directora de Youth Speaks, una de las cuatro organizaciones de desarrollo juvenil de California que se asoció con el Centro para Poblaciones Vulnerables de la Universidad de California-San Francisco para producir los videos de poesía.
The Bigger Picture, que se lanzó en 2011, ha producido más de dos docenas de videos sobre la diabetes, que en conjunto se han visto más de 1.5 millones de veces en YouTube. También se han presentado en asambleas escolares para miles de estudiantes del Área de la Bahía.
El aumento en la diabetes tipo 2 entre los jóvenes va de la mano con el aumento de las tasas de obesidad.
Willis dijo que es obesa debido a la forma en que su familia, que enfrentaba desafíos financieros, comía cuando era joven. «Hay emociones poderosas detrás de por qué comemos lo que comemos», dijo en una entrevista.
En «The Longest Mile», Willis recuerda la humillación de no poder correr una milla durante la clase de Educación Física en la escuela media. «No era lenta/sólo estaba gorda». La obesidad está fomentando la propagación de la diabetes tipo 2, y Willis sabe que tiene un alto riesgo de contraerla.
Por suerte escapé de la diabetes tipo 1
Me siento como siempre
A 1 soda del tipo 2
Es como esquivar una bala
Y suicidarse con una pistola
en mi cocina
A diferencia de la diabetes tipo 2, que está relacionada con las elecciones de estilo de vida y la obesidad, la diabetes tipo 1 generalmente se desarrolla en la primera infancia y se cree que es el resultado de factores genéticos y ambientales, incluidos los virus.
En la última década, las tasas de diabetes tipo 2 se triplicaron entre los nativos americanos, se duplicaron entre los afroamericanos y aumentaron hasta en 50 por ciento en las poblaciones asiáticas, de las islas del Pacífico e los hispanos, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
«Estamos en el punto de inflexión en esta enfermedad», dijo el doctor Dean Schillinger, profesor de medicina en UCSF y director de comunicaciones de salud del Hospital General y de Traumas Zuckerberg San Francisco, quien co-creó la campaña The Bigger Picture. «La trayectoria es muy atemorizante y la tasa de aumento, especialmente en jóvenes de color, es exponencial».
En un reciente artículo de JAMA sobre los nuevos videos, Schillinger enfatizó la importancia de cambiar la forma en que se caracteriza a la diabetes en la educación de salud pública.
«El objetivo primordial es cambiar la conversación sobre la diabetes, de ser un mensaje individual de ‘vergüenza y culpa’ a abordarla como un problema social», dijo Schillinger.
En otro video, «Empty Plate», Anthony «Joker» Orozco, un poeta chicano de 20 años representa a sus padres, trabajadores agrícolas que no pueden comprar los productos que ellos mismos cosechan.
Espaldas rompiendo huesos doloridos
Cosecha de frutas y verduras saludables
Acre por acre,
La abundancia del granero de California
Que casi nunca bendijo las mesas de las familias cosechadoras
Orozco, quien creció en Stockton, una ciudad en el valle agrícola de San Joaquín, California, dijo que lo inspiró honrar el duro trabajo de los inmigrantes que se sacrificaron por su generación.
Las personas de bajos ingresos a menudo luchan por comprar vegetales frescos, granos integrales y otros alimentos nutritivos, porque esas opciones son más caras que los alimentos procesados azucarados y cargados de grasa, ampliamente disponibles en muchos barrios pobres. En un estudio de 2013, investigadores de las universidades de Harvard y Brown descubrieron que una dieta saludable cuesta alrededor de $550 por año más por persona que una menos saludable.
Schillinger dijo que, en base a su experiencia anterior con las campañas de la epidemia del SIDA y contra el tabaquismo, cree que es necesario crear una «oleada de activismo de base» si se quiere revertir el curso de la diabetes tipo 2.
«Una persona joven que padece diabetes es una injusticia, y por eso la campaña presenta a jóvenes que son objeto de riesgo de diabetes, pero que ahora se están convirtiendo en agentes de cambio», dijo.
En «Monster», Rose Bergmann, de 17 años, y Liliana Pérez, de 16, hablan sobre padres que dependían de bebidas energéticas cargadas de azúcar para trabajar en turnos dobles para mantener a sus familias.
52 gramos [de azúcar] de la lata pueden mantener sus ojos abiertos
El azúcar crea sus propias manos alrededor de su garganta
La industria que produce bebidas azucaradas ha tomado nota. «Estamos de acuerdo en que la gente necesita controlar su ingesta de azúcar», dijo Lauren Kane, directora de comunicaciones de la American Beverage Association, en Washington, DC. Kane dijo que los fabricantes de bebidas están «trabajando agresivamente para innovar y ofrecer más productos con menos azúcar… y para crear interés en el acceso a esas bebidas».
McDonald’s también anunció recientemente nuevos estándares nutricionales para reducir la cantidad de calorías en sus Happy Meals, sus comidas infantiles.
El poeta de Los Ángeles Edgar Tumbokon, de 19 años, dijo que la comida nutritiva no jugó un papel importante en su infancia. «Crecí en un desierto de alimentos rodeado de una cultura y de niños que amaban comer comida chatarra», dijo. «Comer sano se consideraba ‘algo de blancos'».
Tumbokon, quien pesó 13 libras al nacer, dijo que su poema, «Big Boy», se inspiró en su madre, una inmigrante filipina, quien desarrolló diabetes gestacional, una condición que ahora padece 1 de cada 11 mujeres embarazadas. Creció viéndola medir su nivel de azúcar en sangre e inyectándose insulina.
Saber que mi natividad no era solo
Estrías y noches sin dormir
Fueron antojos de Coca-Cola y sundaes de chocolate.