Candidata latina vence a importante titular en primarias y se convierte en una estrella politica demócrata

A la izquierda, Joseph Crownley, el representante demócrata que fue derrotado en las primarias del martes por Alexandría Ocasio-Cortez, a la derecha. Foto: www.metro.usa.com.

Joseph Crownley, representante demócrata derrotado en las primarias del martes en Nueva York por Alexandría Ocasio-Cortez, a la izquierda de Crowley. Foto: www.metro.usa.com.

De la redacción

Alexandria Ocasio-Cortez es una organizadora comunitaria de 28 años de edad nacida en el Bronx, Nueva York, que en las primarias de este martes derrotó al representante demócrata Joseph Crowley, del condado de Queens y titular del escaño por el Distrito 14 durante 19 años, quien no se había enfrentado a un retador que lo desafiara realmente en una década y media.

Crowley, de 56 años, le dobla la edad a Alexandria y es el demócrata No. 4 en la Cámara de Representantes, quien había sido favorecido para ascender al puesto de orador si los demócratas volvían a tomar la cámara en el otoño, e incluso alguna vez fue considerado como el posible sucesor de Nancy Pelosi. La última vez que tuvo un rival de seriedad, en 2004, Alexandria Ocasio-Cortez no tenía la edad suficiente para votar, dice The New York Times.

Alexandria es una mujer de la clase trabajadora, hija de una madre puertorriqueña y un padre nacido en El Bronx. Obtuvo un título en economía y relaciones internacionales de la Universidad de Boston, pero trabajó como camarera y atendiendo una barra en un bar después de graduarse en 2011 para complementar los ingresos de su madre, que limpiaba casas y conducía un autobús escolar. Su padre, dueño de una pequeña empresa, había muerto tres años antes de cáncer; después de su muerte, su familia luchó contra la ejecución hipotecaria y su madre y abuela eventualmente se mudaron a La Florida, dice The Intercept.

Actualmente Alexandria es miembra activa de la agrupación de base, Socialistas Democráticos de América y fue organizadora en la campaña presidencial de Bernie Sanders, quien declaró en una ocasión que «era hora de un cambio generacional, racial e ideológico», el entorno político.

Su triunfo fue impulsado “por una agresiva presencia en las redes sociales y alimentado por la atención que le brindaron los progresistas nacionales con la esperanza de ejercitar su músculo político en una carrera contra el potencial orador –de la cámara baja- en el futuro próximo”. Rechazó las contribuciones ofrecidas por algunas corporaciones y solventó su campaña con pequeñas donaciones y trabajo voluntario de organizadores comunitarios que literalmente peinaron los vecindarios del Distrito 14 en la ciudad de Nueva York para sacar el voto.

«Se supone que las mujeres como yo no deben postularse para un cargo público», dijo Alexandria en un video de campaña que se hizo viral en la red, que fue publicado el mes pasado. «Pero soy una organizadora en esta comunidad, y sabía que vivir aquí y estar aquí y ver y organizar con las familias aquí…, era posible».

En una entrevista televisada, donde se muestra visiblemente sorprendida cuando se enteró de su victoria viendo la pantalla del conteo de los votos la noche del martes en el salón del cierre de campaña, en una fiesta donde se esperaba el triunfo de Crowley, tras saberse el resultado el mismo Crowley tocó la guitarra y cantó «Born to Run» de Bruce Springsteen, y se la dedicó a Alexandria Ocasio-Cortez.

En su mensaje de campaña Alexandria dice haberse centrado en la justicia económica y social con un plan de desarrollo para las zonas deprimidas económicamente, y abogó por la matrícula universitaria gratuita –ella misma todavía está pagando sus préstamos estudiantiles-, y por la expansión del Medicaid.

«Sabía que tenía muchas probabilidades, y sabía que la lucha estaba cuesta arriba, pero siempre supe que era posible», reiteró al Times, una vez repuesta de la sorpresa de su triunfo.

Tocar puertas casa por casa para alentar el voto, peinar vecindarios de la clase trabajadora con ayuda de organizaciones comunitarias, de trabajadores, inmigrantes, madres y padres de familia y de la comunidad LGBT fue la receta de su triunfo, dice Alexandria. Con el mensaje puesto en la inequidad económica y el abuso de poder –sin mencionar nunca explícitamente a Trump durante toda su campaña-, logró su objetivo que ha sido considerado por la prensa como “la pérdida más significativa para un titular demócrata en más de una década”, en alusión a Crowley, el primer titular en perder una elección primaria en 2018.

Si Alexandria Ocasio-Cortez derrotara en noviembre al candidato republicano, Anthony Pappas, en un distrito predominantemente demócrata, destronaría a Elise Stefanik, la representante republicana del norte del estado de Nueva York que hasta el momento ha sido la mujer más joven elegida para el Congreso. Tenía 30 años cuando asumió el cargo en 2015.

La victoria de Alejandra Ocasio-Cortez “reverberará a través del partido y el país” por mucho tiempo. Y además “es una señal positiva para el Partido Demócrata sobre cuáles son los temas que movilizan”, dice la prensa.

Conduciendo una campaña aguda y a veces personal, Alexandria atacó a Crowley por no vivir en Nueva York, y específicamente por enviar a sus hijos a la escuela cerca de Washington, DC. Cuando se lanzaron gases lacrimógenos sobre manifestantes puertorriqueños, ella etiquetó a Crowley y en un Twitter escribió: «Usted es responsable de esto». Y cuando Crowly mas tarde le preguntó en un debate si ella lo respaldaría si él prevalecía en las primarias, “ella deliberadamente lo rechazó”, concluye el Times

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