De la redacción
Grupos de derechos civiles presentaron dos demanda en una corte de Distrito en Atlanta, contra el Secretario del Estado de Georgia, Brian Kemp, y contra la Junta Electoral del Condado de Gwinnett, por “exceso de rechazo de boletas”, una de las más recientes expresiones de la supresión del voto que se lleva a cabo a nivel nacional, y esta vez toca a ese estado sureño; pero luego un juez federal dictaminó que se revisaran dichas boletas y se reintegrasen al padrón electoral. Esta entrega es parte de nuestra Serie «Hacia el Voto Latino 2018».
En Georgia el Secretario de Estado, Brian Kemp suspendió 53 mil solicitudes de registro para el voto temprano, por una política de «conicidencia exaxta», o discrepancias y errores menores en el papeleo de las solicitudes de registro. Se trata de una medida que afectó desproporcionadamente a los electores afroestadunidenses, que son el 70 por ciento del padrón electoral en el condado de Gwinnett, Georgia, en comparación con sólo el 32% del electorado general.
Esto, además de que Georgia es un estado donde según la cadena MSNBC la elección pasada para gobernador fue decidida por una diferencia de 200 mil votos.
Además, de e acuerdo con Prensa Asociada, bajo el mandato de Kemp como Secretario de Estados, 67 mil registros del padrón electoral fueron cancelados en 2017.
En Georgia casi la tercera parte de la población (30.5%) es negra y Brian Kemp es un político blanco de extrema derecha, con un largo historial de impulso a medidas de supresión del voto, que en la última década ha venido poniendo trababas a los votantes negros y latinos y de otras minorías para impedir que lleguen a las urnas, porque piensa que una votación copiosa amenaza su permanencia y la de su clase en el poder.
Como Secretario de estado Kemp supervisa las elecciones y conflictivamente es al mismo tiempo candidato a la gubernatura de Georgia; o sea, es ‘juez y parte’ en el proceso. Su gobierno impulsa dicha política de «coincidencia exacta» en el papeleo de las solicitudes de registro para resolver las discrepancias.
Como candidato republicano al gobierno de Georgia Kemp compite en una cerrada contienda contra Stacey Abrams, una legisladora estatal afroestadunidense, actualmente líder del Partido Demócrata de Georgia que está librando una campaña por la gubernatura y una otra por reducir al máximo el número de votos cancelados por Kemp, para que todo mundo tenga acceso y nadie se quede sin votar, porque todos y cada uno de los votos cuenta, dice.
Y es que “En 2017, Georgia aprobó una legislación que exige que la información en los formularios de registro de votantes coincida exactamente con los registros estatales existentes”, dice un reporte del Centro para la Justicia Brenan. Incluso un solo dígito o un guion entre dos apellidos, o más de un espacios en blanco, o algún caracter fuera de lugar podría ser suficiente para evitar el registro y, en cambio, poner la solicitud en estado ‘pendiente’», como ha hecho Kemp, dice el Centro para la Justicia Brenan.
Kemp «ha negado ‘recusarse’, o apartarse de su puesto como Secretario de Estado para no usar su posición y moldear al electorado de Georgia en su favor”, dice por su parte un análisis de The Atlanta Journal-Constitution, que señala además que Kemp permitió que en los últimos seis años se cerraran 214 lugares de votación, o casi el 8 por ciento del total en el estado.
De ahí que en Georgia ocurra actualmente una de las más agresivas purgas de votantes en el país, dice un informe reciente del Centro Brenan: “Entre las elecciones de 2012 y 2016, Georgia eliminó a 1.5 millones de electores en sus padrones electorales”.
Y agrega que «de los 159 condados del estado sólo tres no han experimentado un aumento en las tasas de purga… Y la tendencia ha continuado en los últimos dos años, durante los cuales el estado de Georgia ha eliminado al 10.6% de sus votantes”, para las elecciones del próximo 6 de noviembre.
Paradojas del destino, paralelamente a esto ha surgido también un inusitado aumento en las tasas de solicitud de registros electorales, de boletas provisionales para el voto ausente, que resultó ser mayor que la tasa de purga en Georgia, cuyas boletas suelen obtener un escrutinio adicional bajo la referida Ley de Derechos del Voto.
“Esto sugiere que más votantes se están presentando a las urnas después de haber sido eliminados, porque los votantes en esas situaciones a menudo reciben boletas provisionales”, señala el Centro Brenan.
Por ejemplo, en 2012 Georgia recibió poco más de 20 mil solicitudes de registro al padrón electoral; más de 60 mil en 2016; y más de 75 mil en 2018, registrando un incremento del 400%. Y sin embargo, esto mismo ha servido de pretexto a los republicanos para acusar una supuesta conspiración de los demócratas, de solicitar registros de forma masiva, lo que alimenta la paranoia –real o fingida- de los republicanos, ligada a la varias veces desmentida noción de la existencia de un fraude electoral masivo, que alimenta la retórica del presidente Tump y sus partidarios contra los inmigrantes latinos.
La historia de la supresión del voto en Georgia es larga. “El condado de Randolph, por ejemplo, con mayoría de la raza negra, fue demandado por intentar cerrar siete de sus nueve sitios de votación”. Pero después de una demanda de defensores de los derechos civiles el Condado cambió de parecer y mantuvo los sitios abiertos, afirma el Centro Brenan.
Antes de 2013, los cambios en los lugares de votación en Georgia (y en otras áreas con un historial de discriminación) debían ser aprobados previamente por el Departamento de Justicia o por un tribunal federal, para asegurarse de que no dieran lugar a un nuevo atropello al derecho al voto de las minorías. Pero después de la decisión del Tribunal Supremo del Condado de Shelby en 2013, esa protección ya no existe.
Judith Brown Dianis, Directora ejecutiva del Advancement Project , que durante décadas ha venido litigando purgas, suspensiones, requisito de credenciales de identificación con foto y otras formas de la supresión del voto, está demandando la renuncia del Secretario de Estado, Brian Kemp, por su historial de supresor del voto y para que libere las 53 mil boletas que tiene secuestradas.
Dianis dijo a la cadena MSNBC que las demandas al gobierno de Georgia por distintas violaciones a la Ley Electoral en este momento se miran cuesta arriba. “Porque las cortes no quieren involucrarse en estas controversias cuando el día de las elecciones se haya tan cerca… y en contiendas tan cerradas”. Afirma también que los republicanos lo saben y por eso en cada ciclo electoral “impulsan este tipo de medidas cerca del día de la elección para disuadir el voto. “Porque saben que las cortes no se van a querer involucrar, y además por lo menos para crear confusión masiva en los sitios de votación”.
Sin embargo dijo también abrigar algunas esperanzas en el proceso, porque “estas son unas elecciones muy importantes en las que los votantes negros y latinos se van a lanzar a las urnas en grandes números… y esta vez va a ver una pelea hasta el final en Georgia”.
En La Florida a nombre de la NAACP, Dianis sometió una demanda en el año 2000 contra Katherine Harris. «Es la misma receta, la misma guía de la supresión del voto. Lo vimos también en Carolina del Norte. Lo que ellos hacen es repetir un montón de diferentes trucos; lanzan uno y ver cuál pega… ellos tratan de hacer difícil que la gente se enrole en las listas o padrones, y hacen fácil que otros se queden afuera… Desgraciadamente los republicanos siguen manipulando las elecciones para ver qué pasa el día de las elecciones”.
Con todo, si los votantes encuentran problemas para votar, pueden llamar al 866-OUR-VOTE (866-687-8683 ), o ir al 866OURVOTE.ORG para obtener ayuda de Election Protection, una línea directa para votantes no partidista.■