De la redacción
En el frágil frente del medio ambiente la administración Trump avanza en su proyecto de retroceso de las regulaciones sobre la salud humana y del medio ambiente alcanzadas durante la era de Obama para mantener a raya a las industrias contaminantes, y en particular a la del carbón, que libera al aire mercurio.
Hoy se da a conocer que Andrew Wheeler, un ex cabildero del carbón que ahora es el administrador en funciones de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), está enviando una detallada propuesta a la Casa Blanca para debilitar dramáticamente las Reglas de los estándares de mercurio y aire tóxico de 2011, conocidas como MATS.
El mercurio es un químico altamente tóxico, emitido por las centrales eléctricas que queman carbón. Y estas industrias son consideradas la fuente de contaminación más tóxica en Estados Unidos.
Al parecer, la propuesta no eliminaría por completo la regulación del mercurio, “pero está diseñada para establecer la justificación legal” que permita a la administración Trump debilitar la regla específica, así como varias otras regulaciones contra la contaminación. “Y al mismo tiempo establece el escenario para una posible derogación total de la regulación, MATS, dice The New York Times.
La E.P.A. considera el debilitamiento y la eventual eliminación de esta regla del mercurio obedece según la agencia federal a que esta es “la regulación del aire limpio más costosa jamás presentada en términos de costo anual para la industria”. Y por tanto su eliminación representaría “una gran victoria para la industria del carbón”. Esto, cuando se sabe que “el mercurio daña los sistemas nerviosos de los niños y los fetos”.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubica al mercurio entre uno de los 10 principales productos químicos de mayor preocupación para la salud pública. “El mercurio es una potente neurotoxina que puede causar daño cerebral en niños pequeños, entre otros muchos efectos negativos para la salud. Los altos niveles de mercurio también afectan negativamente a la vida silvestre”, dice la OMS.
Las centrales eléctricas de carbón son la principal de contaminación del aire. La industria del carbón, que durante años ha presionado para que se reduzca la regla. En días recientes The Washington Post informó que Robert Murray, director ejecutivo de Murray Energy Corporation, una de las compañías de carbón más grandes del país, solicitó personalmente la revocación de MATS en una carta al secretario de Energía, Rick Perry, el año pasado.
La nueva propuesta revertiría un informe de 2011 de la administración de Obama, en el que la EPA considerar que se debe tomar en cuenta los beneficios indirectos para la salud, conocidos como “beneficios complementarios”, al evaluar los costos y beneficios de las regulaciones sobre contaminación tóxica, dice por su parte The Huffpost.
En el caso de MATS, por ejemplo, el gobierno de Obama estimó que la regla le costaría a la industria 9 mil 600 millones de dólares al año, lo que la convierte en una de las regulaciones más caras que la EPA haya emitido. Sin embargo, el gobierno –de Obama- argumentó en su momento que los enormes beneficios para la salud, contenidos en la norma, superaban con creces los costos de su implementación observación.
«Descubrió que reducir el mercurio aporta hasta 6 millones de dólares anuales en beneficios para la salud, un número alto, pero no tan alto como el costo para la industria”.
Sin embargo, justificó aún más la regulación citando los 80 mil dólares millones adicionales en beneficios para la salud»; en otras palabras, «co-beneficios» -de la reducción en el hollín peligroso y el óxido de nitrógeno que se produjo como un efecto secundario ocasionado tras haber limitado las emisiones de mercurio.
Pero según la nueva propuesta, la EPA ya no tendría que considerar tales «co-beneficios» al determinar el costo neto de una regulación. Cody Nett , un portavoz de la industria Murray Energy aplaudió le medida y la predisposición de la EPA a aceptarla:
«La propuesta de la EPA, de revisar el papel sobredimensionado que desempeñan los llamados ‘co-beneficios’ en los análisis de costo-beneficio utilizados para justificar las regulaciones costosas que apuntan a contaminantes como el mercurio, es apropiada y largamente esperada», escribió el portavoz.
Nett dijo que el proceso es «nada menos que doble conteo», ya que la EPA controla ya los contaminantes como el hollín y el óxido de nitrógeno en otras regulaciones. También llamó a la EPA para revisar lo que él llamó «la base científica cuestionable» al calcular los beneficios colaterales.
Los partidarios y opositores de la propuesta creen que es probable que la Corte Suprema la defienda, especialmente con la inminente confirmación del juez Brett Kavanaugh como miembro asociado del máximo tribunal. En su disidencia de 2014 al fallo sobre el mercurio, Kavanaugh escribió: «Los beneficios de esta regla están en disputa».
Agregó: «Los peticionarios de la industria se centran en la reducción de las emisiones de contaminantes atmosféricos peligrosos atribuibles a las regulaciones, que ascienden a sólo entre 4 y 6 millones de dólares cada año. Si esas cifras son correctas, la regla cuesta casi mil 500 millones de dólares por cada dolar de los beneficios para la salud y el medio ambiente producidos».
Al año siguiente, en una decisión que se hizo eco de la disidencia del juez Kavanaugh, el Tribunal Supremo bloqueó la regla de mercurio de la era de Obama, ordenando la aprobación de la Ley de Protección contra Incendios. Para realizar un nuevo análisis de costos. La administración de Obama lo hizo, y finalmente restableció la regla en 2016.
Hoy la existencia de MATS nuevamente se halla en la cuerda floja, y con la nueva composición de la Corte Suprema es de esperarse su derogación. O por lo menos su debilitamiento. Veremos■