Preocupados por la escasez de agua potable en muchas áreas rurales de California, una coalición de organizaciones está dada a la tarea de instalar bebederos de agua potable en ciertas comunidades, con el objetivo de facilitar el acceso al agua de beber y a la vez cambiar los hábitos de consumo excesivo de bebidas azucaradas. Nuestro corresponsal Rubén Tapia visitó el sur del Condado Kern en el Valle Central, uno de los dos lugares donde este proyecto pionero comenzó.
La señora Hortensia Martínez, de 47 años, es una de las primeras madres de familia en probar el agua que sale de la nueva fuente instalada en el Club de Niños y Niñas de la ciudad de Lamont.
“Mmm, muy buena…”, dice al probarla, aunque no está muy acostumbrada a tomar agua.
“La verdad es que la soda me gusta más que el agua», dice Martínez. «Es la mala costumbre que uno tiene, ya está acostumbrada a la soda”.
Y no es la única. Según una reciente encuesta en esta área, 7 de cada 10 niños había tomado refresco en lugar de agua, y muchas familias gastan hasta el 10 por ciento de sus ingresos en bebidas. De acuerdo a estadísticas del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Kern es el segundo condado en California con mayor incidencia de diabetes, y 6 de cada diez de sus habitantes tiene sobrepeso.
En parte, se debe a la falta de acceso a agua potable. Norma Álvarez dice que su mamá murió por complicaciones de la diabetes. Álvarez ahora compra agua potable en garrafón para toda la familia.
“Pa mí se me hace más barato así que comprarlo por botellitas. Vale como cinco dólares la caja de 24”, dice Álvarez.
También en la escuela, es difícil que los niños tomen agua. A la hija pequeña de Álvarez no le gusta beber agua de la llave en la escuela primaria.
“Yo le tengo que llenar una botellita de agua, porque dice que el agua que tiene allí para los niños que no llevan agua, sabe fea”, dice.
Por eso, las escuelas son uno de los focos principales del proyecto Agua4All, o Agua para Todos, en el que el Centro Comunitario por el Agua y la Corporación de Asistencia de Comunidades Rurales instalan bebederos de agua filtrada en las comunidades de Lamont, Weedpatch , Greenfield y Arvin.
“Este es un proyecto piloto, es el primero en toda la nación, y dependiendo de cómo vaya, expandir[emos] el proyecto a otras comunidades”, dice Gerardo Tinoco, Jr., del Centro Comunitario por el Agua.
«Son sesenta las que tenemos que instalar aquí al sur de Kern. Llevamos 17. La mayoría van a estar puestas en las escuelas”.
También serán instaladas en parques y otros lugares donde se reúnen muchas personas, como la iglesia. Además se regalarán más de 5 mil botellas reusables a las familias para que las carguen con agua.
“Queremos aumentar el acceso al agua para decirle a la gente que tome más agua porque es más sana. La soda causa diabetes y otras cosas», dice Tinoco.
En algunas comunidades, como la ciudad de Arvin, se ha retrasado la instalación de las fuentes porque allí se necesitan filtros especiales para limpiar los altos niveles de arsénico, que son 10 veces más altos que los recomendados por la Agencia de Protección al Medio Ambiente.
“Llevamos años peleando ese problema. Water4All nos ofreció un curita para cuando ahora los niños regresen a la escuela, ellos van a tener agua filtrada”, dice Salvador Partida, presidente de la organización comunitaria Comité para un Arvin Mejor.
Y los niños son los que más tienen que aprender a tomar agua en vez de refresco. Cuando se termine de instalar las fuentes de agua potable en el condado, los grupos comunitarios planean lanzar una intensa campaña para que los jóvenes y los niños las utilicen.
Pero algunos ya van aprendiendo. En la fiesta de instalación del bebedero en el Club de Niños y Niñas, yo les pregunto a los niños, «¿Es mejor el agua o la soda?»
Y todos contestan, «¡Agua! ¡Agua para todos!»
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde Lamont, California, yo soy Rubén Tapia.