Un número desproporcionado de latinas se contagian de Covid 19 y están más propensas a sufrir más complicaciones a causa de esta infección, pero algo que preocupa más a los expertos es el impacto en su salud mental y los pocos servicios disponibles para ellas, con consecuencias impredecibles a largo plazo. En el siguiente reporte que cuenta con el apoyo del Centro de Periodismo de Salud de la Escuela de Periodismo Annenberg de la Universidad del Sur de California, USC. Valeria Fernández nos ilustra este este problema con la historia de una guatemalteca que sufrió de Covid-19 durante el embarazo, en Phoenix, Arizona.
Cuando Elisama, una inmigrante guatemalteca de 28 años estaba en pleno trabajo de parto, una doctora le informó que estaba contagiada con el coronavirus.
“Tenía miedo. Pensaba en mí y en la niña que iba a nacer y pues dije, y si mi niña sale en positivo, ¿qué voy a hacer? ¿Y si mi niño también? ¿Qué vamos a hacer ahora?”
Pensó que se iba a morir. Era el 8 de mayo y poco se sabía sobre cómo afectaba el coronavirus a las embarazadas y sus bebés. Elisama afirma que le dijeron que era la primera embarazada en dar positivo de Covid-19 en el hospital público, Valleywise Health Medical Center.
“No sabían qué hacer conmigo y pues me llevaban de un lado a otro y me sacaban de un cuarto, me llevaban al otro cuarto y pues yo con el dolor…”
Elisama dice que finalmente la dejaron en una sala dónde podía utilizar un botón de emergencia para llamar al personal.
“Mi niña la tuve así, normal, sin ningún medicamento… me dejaron ahí sola con mi esposo”
Edwin, lamenta el trato que le dieron a su esposa Elisama:
“Sentimos que nos estaban discriminando, porque nos dieron un trato diferente. Cuando ya estaba dando a luz y dijo ella, ‘ya no aguanto, ya no aguanto’ y gritaba… Y yo le tuve que marcar a la enfermera del botón de ahí. Y ellos llegaron, pero llegaron muy tarde. Ya estaba cerca el bebé”
En una declaración por escrito, un vocero del hospital Valleywise declinó responder a las críticas de Elisama y su esposo, por las reglas de privacidad sobre sus pacientes. Y afirmaron que siguen los lineamientos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, los CDC.
Al día siguiente la dieron de alta y le dijeron que debía usar mascarilla, lavarse seguido las manos y desinfectar todo lo que tocaba para proteger a su bebé. Junto con su esposo y su otro hijo se pusieron en cuarentena. Edwin trabajaba en la construcción y piensa que allí contrajo el virus y contagió a Elisama y a su hijo Urias, de 5 años, que tiene Síndrome Down; aunque los 3 no tuvieron complicaciones pero Elisama recuerda la angustia que vivió los siguientes meses.
“Y así pasaba en mi mente… no quería darle pecho a la nena, tuve miedo… como que tuve miedo de abrazarlo, como si esa enfermedad le iba a pasar a ella”
Junto a su situación emocional se sumó la incertidumbre económica. Su esposo estaba desempleado, libre bajo fianza pero en proceso de deportación, con una deuda de 15 mil dólares y atrasos con el pago la renta. Por eso Elisama solicitó estampillas de comida para su hijo ciudadano, pero las canceló para que no la consideraran ‘carga pública’ y no dañara aún más la situación migratoria de su esposo, nos dijo por teléfono:
“No tenía nada de dinero, a veces no tenía para el lonche o la renta, tuve miedo, si deportan a mi esposo o se queda”
Esta crisis económica y de salud que atraviesa Elisama es muy común en esta época de pandemia. A los expertos les preocupa más que la misma enfermedad, dice la doctora Denise Jamieson, investigadora del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, sobre los efectos del Covid-19 en embarazadas.
“Las mujeres están perdiendo sus empleos, sus fuentes de ingreso, y el ingreso de su familia está bajando, no pueden pagar la renta. Están en situaciones de inestabilidad por el estrés en la familia”
Las latinas corren un riesgo 40% por ciento más alto que las anglosajonas de enfrentar epresión postparto, según un estudio de 2016 publicado en el Journal of Racial and Health Disparities. Y las migrantes son aún más vulnerables, señalan otros estudios. La Dra. Jamieson dice que tienen que reconocer y tomar medidas para enfrentar este creciente problema.
“Tenemos que asegurarnos como proveedores de salud que evaluemos cuidadosamente para ver si hay depresión, ansiedad u otros desórdenes de la salud mental, tanto durante el embarazo como también especialmente en el postparto”
Atención de la que careció Elisama. Recuerda que durante sus crisis de ansiedad necesitaba hablar con alguien cercano. No llamaba a su mamá a Guatemala porque resultaba muy caro. Le levantaron el ánimo las amistades de su iglesia, que además le regalaban comida, ropa y pañales para su bebe.
“Gracias a Dios con eso la nena pues salió bien y está ya creciendo con pañales que le regalaron gracias a Dios, a la gente que nos ayudaron”
Elisama es una de casi 500 mujeres embarazadas que hasta mediados de septiembre en el Condado Maricopa, Arizona estuvieron infectadas con el Covid-19. Hasta esa misma fecha 15 mil latinas dieron a luz, representando un 41% de los embarazos, aunque son el 31% de la población del condado.
Nacionalmente, las latinas tienen la tasa de fertilidad más alta en el país y durante sus embarazos son las que más resultan contagiadas de Covid-19. La cifra de embarazadas infectadas se calcula en 40 mil. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), enfrentan mayores riesgos de sufrir complicaciones y terminar en cuidados intensivos. Aunque no sucede con frecuencia, 53 embarazadas perdieron la vida contagiadas de Covid-19.
Había pasado ya un mes cuando a Elisama la llamó su doctora para saber cómo se sentía, y al saber de sus angustias la contactó con Chicanos por la Causa, organización que tiene un programa de asistencia social a padres. Un creciente número de madres de recién nacidos en estos tiempos de pandemia necesitan apoyo emocional que es difícil de encontrar especialmente para los que no tienen un seguro, dice la educadora de padres, Jasmine González, que los contactan con los servicios necesarios.
“No tenemos la capacidad de diagnosticar a esas madres con depresión posparto… Pero hay videollamadas o médicos que las puedan asistir virtualmente también, o por teléfono, para hablar acerca de esos síntomas específicamente que están sufriendo”
Este programa le ha causado cierto alivio a Elisama, pero tanto ella como su esposo siguen muy lastimados por el trato discriminatorio que les dieron en el hospital donde nació su bebé.
“Me quedó como grabado en la mente, cuando me hicieron a mí eso, como que no tuvieron la atención conmigo”
Y esa desconfianza tiene consecuencias. Hace unas semanas sus dos hijos tuvieron síntomas de la influenza, pero no los llevaron a la clínica del hospital.
“Eso dije, no voy a llevar a mi niña porque lo van a hacer como a mí me hicieron. Si mi niña sale positivo no la van a ver, al contrario… la van a ver de una forma diferente. Y está chiquita, no sabe. Pero yo sí soy mamá y me voy a sentir triste y no voy a dejar que eso pase”
El triunfo del demócrata Joe Biden a la presidencia les dio un poco de esperanzas de que Edwin gane su caso de asilo. Aun así, Elisama todavía revive la angustia de las semanas que pasó deprimida sin ningún apoyo profesional.
“Fue muy feo porque a veces no quería hacer nada. A veces, cuando dije ¿cómo va a pasar una semana, cómo me voy a sentir dos semanas? Y mi niña ¿cómo va a estar creciendo, irá a crecer bien?. Y así pasaba en mi mente, pues cómo iba a crecer mi hija. Pero gracias a Dios ella está bien ahora”.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde Phoenix, Arizona, Foto y Guion de Valeria Fernández.
Escuche la Edición Semanaria Completa: