Industria agrícola de CA, muestra su músculo y atora en el Congreso discusión de una ley de inmigración este año

De la redacción

Los trabajadores agrícolas en los campos de cultivo de California son la fuerza laboral compuesta en su mayoría de inmigrantes indocumentados que garantizan la producción de trabajadores agrícolas en los campos de cultivo del estado. Foto: www.motherjones.com

Los trabajadores agrícolas en los campos de cultivo de California son la fuerza laboral compuesta en su mayoría de inmigrantes indocumentados que garantizan la producción de trabajadores agrícolas en los campos de cultivo del estado. Foto: www.motherjones.com

Un callado pero importante esfuerzo de los propios republicanos moderados se levanta como poderoso muro a las pretensiones de discutir en el Congreso este año un controvertido proyecto de ley de inmigración, del representante de Virginia, Robert Goodlatte, apoyado por el grupo de congresistas republicanos más conservador, el llamado House Freedom Caucus, que busca concluir al asunto de los Dreamers y la crisis que creó Trump al poner fin al programa DACA, a cambio de medidas que afectan a los productores agrícolas de California.

El poderoso lobby agrícola de California impulsa un esfuerzo que se opone específicamente a las disposiciones del proyecto de ley de inmigración del congresista republicano de Virginia, Rober Godlatte, porque éste “limitaría las visas de trabajo agrícola, obligan a las empresas a confirmar el estatus legal de sus empleados utilizando el sistema de verificación electrónica e-verify, y exige que los trabajadores que están ilegalmente aquí regresen a su país de origen antes de poder volver a Estados Unidos con una visa H-2A.

La poderosa industria agrícola de California, que produce más dela tercera parte del producto interno estatal, o de la quinta economía mundial, se oponen al proyecto de Godlatte porque dicen que sus regulaciones perjudican a la industria agrícloa, que depende casi totalmente de la fuerza laboral inmigrante, legal o indocumentada, sin distinción. “El sector agrícola de California tiene una dependencia particularmente alta de trabajadores temporales, con visa H-2A, por ejemplo, y de aquellos que se hallan en el país ilegalmente”, dice un despacho de McClatchy, de su oficina en Washington, DC.
Señala además que a mediados de febrero Goodlatte presentó una versión enmendada “para tratar de calmar los nervios de la industria agrícola”, que ayudó a ganar el apoyo para la Oficina de la Federación Agrícola Estadunidense (Farm Bureau Federation), aunque el grupo de cabildeo nacional dijo en un comunicado que todavía estaban trabajando “para obtener mayores garantías sobre cómo el –referido- proyecto de ley afectaría a nuestra fuerza laboral existente».

Y para muestra un botón, decía la abuela. “La semana pasada una delegación de la referida federación de agricultores de California voló a Washington, DC para sostener una serie de reuniones con 11 miembros del Congreso y su personal”, a fin de resaltar sus preocupaciones sobre la propuesta republicana de la cámara baja que protegería a los jóvenes inmigrantes indocumentados conocidos como Dreamers, pero que también –y sobre todo- “incluye disposiciones que se cree destruirían la fuerza de trabajo agrícola de California”.

Por su parte los republicanos del House Freedom Caucus han exigido a los líderes de la Cámara de Representantes que presenten el proyecto de ley, redactado por el presidente de la Judicatura de esa cámara, Robert Goodlatte, como su solución a la crisis de los Dreamers.

Como se recordará, la fecha límite que puso Trump para finalizar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, DACA, fue el pasado 5 de marzo, pero un juez federal en San Francisco bloqueó temporalmente al gobierno de hacer cumplir esa decisión; sin embargo, hasta que haya más revisión legal y la corte de apelaciones del Noveno Circuito emita su fallo los soñadores titulares de DACA podrán renovar su permiso.

Otros grupos agrícolas influyentes, como la Asociación de Productores de Occidente (Western Growers Association) también están ejerciendo toda la fuerza de su poder de presión para influir en el debate de la cámara baja, dice la fuente. Sus miembros apoyan una revisión de la visa H-2, que propone el proyecto de ley de Goodlatte. Pero la legislación crea más problemas, dicen, porque incluye la disposición llamada «touchback», que exige que los trabajadores actuales regresen a su país. Y combinado con la amenaza de las verificaciones obligatorias del e-verify, los agricultores de California temen que esos trabajadores simplemente huyan y entonces perderían su fuerza laboral.

El lobby agrícola del estado cree que los republicanos de California en el Congreso entienden sus preocupaciones y dicen que están ayudando a bloquear el proyecto de Ley Goodlatte para seguir adelante en su forma actual. O sea, aquí no pasa nada.

De acuerdo con el periódico The Bee, la mayoría de los grupos agrícolas de California no se sienten optimistas con la posibilidad de que este tema se solucione pronto. Opinan que Goodlatte les dejó en claro no estar interesado en hacer más concesiones relacionadas con la agricultura. Y los conservadores de la Cámara de Representantes tienen los números para bloquear un proyecto de ley más moderado, a menos que los republicanos decidan trabajar con los demócratas, “lo que provocaría un escándalo dentro de su propio partido”.

El interdicto judicial de la corte de San Francisco en enero, que preserva a DACA, y la decisión de la Corte Suprema (https://legacy.radiobilingue.org/features/decision-de-la-suprema-que-detiene-suspension-para-renovar-daca-podria-desinflar-el-sentido-de-urgencia/)la semana pasada de no atraer un caso suspendido por la corte de apelaciones han comprado a algunos republicanos en algún momento. “Ahora es más probable que el Congreso retire las principales propuestas de inmigración hasta 2019, cuando entre el nuevo Congreso y se retire Goodlatte”. En este momento, concluye la fuente, “el deseo de llegar a un acuerdo simplemente no está allí»■

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