Noticiero Latino, Nueva York
El fondo de becas escolares más grande de la nación, The Dream US, para inmigrantes indocumentados que cuentan con la Acción Diferida, cubre costos de inscripción, libros y colegiaturas universitarias. Actualmente ayuda ya a mil estudiantes para el próximo año escolar, por lo que viene a constituirse en un leve alivio para miles de estudiantes y familias afligidas por su futuro. En esta segunda entrega de la reseña sobre el programa de Línea Abierta que ventiló este miércoles el tema, su conductora, Chelis López encamina las a los radioescuchas atentos en busca de guía y concejo, y los conduce hacia la activista Gaby Pacheco, de larga trayectoria en el movimiento de los Dreamers y portavoz del referido fondo de becas, con el fin de ir abriendo camino al acceso de los diversos recursos financieros que existen en el país para ayudar a los jóvenes indocumentados con aspiraciones de superación.
Segunda y Última
Chucho habla de Fresno, CA, para rechazar la opinión de un radioescucha que le antecedió en el uso de la palabra durante la primera parte de esta Línea Abierta, acerca de la noción de que los latinos no valoran la educación y que simplemente buscan pretextos. “Déjeme decirle que yo llevo 22 años en este país como indocumentado, y graduado de la universidad… Nosotros trabajamos con comunidades migrantes de primera generación, y créame que hay bastante interés, porque las familias quieren que sus hijos tengan un mejor futuro”. Chucho señaló además que “si de estudiantes de ingeniería se trata, yo tengo en casa a varios estudiantes de la universidad de Fresno. Uno con una maestría en ingeniería civil, y otro con una licenciatura en ingeniería electrónica; y los dos no han podido encontrar trabajo. No es tan fácil”. Chucho agrega que tiene otro hijo ingeniero en obras, que tampoco ha podido hallar empleo. “Hay que cuestionar si hay servicios que atienden las necesidades de la comunidad latina”.
Gaby Pacheco, quien se halla envuelta en el tema de los dreamers desde hace más de una década, señala que para muchos de los padres que vinieron a este país, incluso con título universitario, “el sueño más grande es ver graduarse a sus hijos”. Y que ellos, los jóvenes deben tener siempre en mente que la educación es lo más grande y a lo que se debe aspirar. Propone que si hipotéticamente tuviera que irse de este país, “Yo tengo tres títulos universitarios y a donde quiera que vaya, nadie me los puede quitar”. Acotó: “No es necesariamente el título lo más importante, sino cómo lo utilizamos y cómo actuamos las enseñas de las universidades, ¡eso es lo que vale!”.
En este momento entra la llamada de Alejandro, desde Topenish, Wa. Dice que tiene una hija que asistió a la universidad sólo durante el primer año de la carrera, y porque se le extravió su comprobante de ciudadanía no pudo regresar a la escuela. Luego encontró el documento extraviado, pero “ahora no puede ir porque no tenemos el dinero; yo estoy lastimado, mi esposa tiene que juntar para los ‘biles’, y ella -la hija- está ganando el mínimo, para pagar su carrito. Tiene mucha ilusión de ser maestra, está trabajando con los niños de los padres que llevan a cuidar a sus hijos. Y pos a mi me duele mucho no poder o no saber cómo encontrar ese dinero”.
La beca de The Dreamer US es para estudiantes soñadores con Acción Diferida, reitera Pacheco, y sugiere que visiten su página (www.thedream.us.) para buscar si sus hijos pueden ser elegibles. Revela que hay muchas otras becas, que pueden encontrarse en la página citada, donde hallarán un enlace que conduce a un grupo de organizaciones que otorgan becas. Y que si buscan en la sección que se llama Resources, ahí van a encontrar las distintas becas. “Yo le diría a los estudiantes que apliquen… hay becas desde 500 dólares hasta 30 mil dólares”.
Datos recientes, dice la conductora de Línea, indican que el número de solicitudes para DACA va a un ritmo medio lento si no es que a la baja. Y pregunta a Pacheco sobre lo que tienen que hacer organizaciones como la suya para motivar a los jóvenes a inscribirse este programa temporal. La activista sostiene que su organización esta ejerciendo presión tanto en el ámbito político como en el sector privado para conseguir el apoyo de cada vez más universidades. Sin embargo afirma que no todas las universidades en todos los estados tienen la habilidad o voluntad de establecer políticas que permitan a los ‘soñadores’ pagar las colegiaturas del estudiantado estatal. Entonces, “nosotros estamos trabajando con universidades que están apoyando a sus soñadores, y creemos que esto va a causar un impacto positivo en cuanto a la reforma migratoria y el Dream Act”.
Araceli habla desde Vaiselia, California: “… Tengo dos dreamers que no han podido ir a la escuela por que no encuentran ayuda; han ido a solicitar beca pero les han dicho que no… uno tiene que trabajar porque dice que no quiere quedarse sentado en la casa… se graduó con 2.5”.
Pacheco dice que cuando se junta con los padres siempre les repite que “los soñadores somos brillantes porque nuestros padres nos enseñaron muy bien. Y nos amaron y nos criaron, y por eso hay que aplaudirles, por todo ese trabajo y por darle toda la información a los hijos”. Y pide a la audiencia: “No dejen que esta información se quede solamente para sus hijos. Pregunte a sus hijos si conoce y tiene otros amigos. Nosotros queremos ayudar al mayor número de personas posible. Los primeros dos días recibimos más de 900 aplicaciones”. La activista afirma también que para los fundadores de este fondo de becas, saber esto les ha hecho sentir que tienen que redoblar esfuerzos. “Todavía estamos recaudando dinero. Si usted conoce a alguien que quiera ayudar, mándelos a nuestro sitio web (www.thedream.us.), y díganles que donen; porque así sean cinco dólares, 100 dólares, esto va a ayudar a que un soñador vaya a la universidad, y no solamente a tomar una clase, ¡sino una carrera entera!”.
Según se ha dicho, poco o mediano ha sido el entusiasmo mostrado hasta el momento según el número de inscritos en DACA. ¿Cuáles son los planes para lograr motivar a los estudiantes a que soliciten este beneficio?, pregunta Chelis López.
Pacheco señala que tuvo la oportunidad de ser parte del equipo que luchó para conseguir DACA, “y también trabajé muy de cerca con la administración del Presidente, con el Departamento de Inmigración, para conseguir este permiso”. Para la activista, de origen ecuatoriano, “ha sido una bendición que nosotros como comunidad ganamos, es algo de muchos años que comenzó con una caminata en el 2010 desde Miami hasta Washington, DC. Tenemos que asegurarnos que nuestros hijos y las personas que puedan aplicar ¡que lo hagan! Porque el poder está en los números”.
El vaso puede estar medio lleno o medio vacío, según se mire. Para Pacheco, “algunas cifras dicen que unos 600 mil 30 aspirantes ya han aplicado a la acción diferida, y más de medio millón de personas ya tienen este permiso”. Advierte que ahora el proceso, después de tener a muchas personas en el sistema, “ya no es tan rápido, ya no consigue el permiso de trabajo en tres cuatro meses”. Pero reitera que “no se desanimen, la oportunidad va a venir, y mientras tengamos más y más estudiantes con el DACA, eso va a ser un programa muy difícil de quitar para cualquier presidente que trate de hacerlo”. Cuando a un ser humano se le da la libertad, continúa la activista, “es muy difícil volverlo esclavo”. Y aconseja que si no han solicitado la acción diferida que lo hagan, pues hay programas que dan, que prestan dinero, organizaciones que ayudan a las personas a pagar esas cuotas de DACA. “Claro, tienen que enseñar que no pueden pagar, que son personas de bajos recursos, pero siempre hay una ayuda allá afuera, y como decía uno de los amigos que llamó: Cuando uno quiere algo, hay que luchar”.
María, de Bakersfield, CA: “Yo tengo un hijo en el 12, y ya ha aplicado para unas dos o tres becas, y pues me entristece que le mandan la respuesta diciéndole que no califica y que no califica. Y yo hable por teléfono y pregunté: ¿Y por qué no califica, si ya tiene su seguro bueno?, según ahí especifica que para estudiar y trabajar. Y dicen que porque no es un seguro bueno sino un permiso. Así que pues me dio una tristeza…, que no sirva para aplicar para becas si se supone que él está en el 12 y quiere aplicar desde ‘orita para que cuando se gradúe, en mayo si Dios quiere, seguir con sus estudios; porque no quiero que se quede uno o dos años para luego volver a continuar”.
“Yo lo que le digo, María, es que no se ponga triste. Esa tristeza mejor conviértala en coraje”, responde Pacheco, y cuenta que cuando ella y un amigo estaban luchando por entrar a la universidad, “él pasó un verano entero escribiendo ¡100 aplicaciones!, para becas. Y de esas 100 solamente le dieron 10. Pero de esas diez le vino todo el dinero que él necesitaba para hacer su carrera de cuatro años”, y hasta le quedaba dinero para pagar sus gastos de comida y transporte, dice Pacheco. “¿Qué es lo que me enseñó mi amigo? Que algunas veces no sólo toma intentar una, dos, tres cuatro veces, sino seguir, seguir hasta que finalmente le salga una beca”. Y recomienda de nuevo visitar la página web de The Dream US, donde hay guías para llegar a recursos disponibles a estudiantes indocumentados que resulten elegibles. Hay también becas pequeñas, “y en la comunidad, algunas veces conocemos personas que tienen recursos, que tienen bastante dinero; y algunas veces nos da bochorno, nos da pena preguntarles, pero deberíamos tener la oportunidad de decir: Invierta en mi hijo, invierta en mi, que yo cuando termine la universidad, la inversión que esta haciendo en mi vida la voy a devolver y voy a hacer mucho más por la comunidad. Lo único que no se puede hacer es darse por vencido”.
Pacheco sostiene además que si bien hay ayuda en muchas partes del país, cuestión de buscar, “en California yo creo que es el mejor estado de la nación, donde los estudiantes no sólo tienen becas, tienen waivers (exenciones); si van al Community College o al City College les devuelven el dinero”. Y si viven en California, añade, “deberían ir y hablar con las diferentes universidades, porque sí hay muchas oportunidades para las personas que viven en ese estado”.
Mónica de Lancaster, Pennsylvania llama para decir que su hija es dreamer y que ya tiene su acción diferida. “Comenzó a trabajar un part time; y aplicó, ya la aceptaron en un colegio de aquí de Pennsylvania. Pero es bien dificultoso por el precio de las universidades. Ella quiere ser abogada de migración para ayudar a muchas más personas. Ella tiene grados excelentes, salió con honores de la escuela”. María dice estar contagiada por la información que se está dando en el programa de Línea Abierta, y pide los datos de Gaby Pacheco para voluntariarse como difusora del proyecto de becas.
A Pacheco se le puede hallar en el www.thedream.us, y en el teléfono 1 507 931 1682.
Los reveses republicanos que ha sufrido la reforma migratoria y los tropiezos del Dream Act en el Congreso no adelantan buenos pronósticos para este año. Gaby Pacheco dice que “hay mucho miedo de hacer algo en lo que es el Partido Republicano, porque desafortunadamente los congresistas son elegidos y la gente vota por ellos cada dos años. Ellos creen que van a perder sus asientos si hacen algo por la reforma migratoria”. Pero admite: “La realidad es que no tenemos muchos votantes que son inmigrantes o latinos -en los distritos republicanos que van a contender- que están a favor de la reforma migratoria”. Pacheco puntualiza dos cosas: “Si ya es ciudadano y si puede votar, vote, y si no se ha hecho ciudadano, ¡hágase ciudadano!”. Lo otro es que hay seguir presionando, no solamente a los republicanos, dice, sino a los demócratas también. “Tenemos que presionar al Presidente, porque es algo en lo que los dos partidos tienen culpa, en no poder mover esta legislación; yo creo que a los republicanos tenemos que enseñarles que nuestro voto latino, no está comprado; y porque somos inteligentes, lo que vamos a hacer es votar por personas que están ayudando a nuestra comunidad, y no por quienes están tratando de hacernos a un lado. La reforma migratoria va a pasar, aunque vaya a tomar un tiempo”.