Guatemala pasa por una de sus mayores crisis políticas en años recientes. En menos de una semana, renunció el presidente, Otto Pérez Molina, fue arrestado, por acusaciones de corrupción y delitos de fraude aduanal, y los guatemaltecos acudieron a las urnas para elegir un nuevo presidente. Valeria Fernández reporta que las noticias despertaron celebración pero también escepticismo de un cambio real entre un grupo de guatemaltecos en Arizona.
Para miles de guatemaltecos radicados en la Ciudad de Phoenix, los vientos de cambio político en Guatemala son un respiro de alivio.
“Lo que pasó en Guatemala es algo increíble», dice Antonio Velázquez, director de la organización Maya-Chapin. «La bandera principal de todo esto fueron las redes sociales, no hay ningún activista, ningún partido político, ninguna organización que puede decir..No…yo soy la bandera. Lo que pudimos ver aquí es la nueva mentalidad de la juventud que ellos no están dispuestos a dejarse”.
La organización Maya-Chapin que está integrada por casi 23 mil guatemaltecos radicados en la zona metropolitana de Phoenix. Muchos de ellos vienen de comunidades indígenas mayas y hablan el idioma maam.
Pese a las problemáticas que enfrenta el país, Velázquez ve un giro en la manera que se ha hecho la justicia.
“Queda claro que nadie está sobre la ley, que cualquiera que vaya a infringir la ley, sea castigado, como se está haciendo con el presidente y la vice-presidente que ya está en la prisión”, dice Velázquez.
Asumió la presidencia temporalmente Alejandro Maldonado, quien se define como independiente y no pertenece al Partido Patriota que estaba en el poder. Las elecciones del domingo fueron la primera ronda de los comicios presidenciales. Los candidatos Jimmy Morales Cabrera, un comediante y derechista del Frente de Convergencia Nacional y Manuel Baldizón Méndez, abogado y derechista del partido Libertad Democrática Renovada ganaron la primera vuelta.
Algunos guatemaltecos están escepticos de la posibilidad de un cambio. Max Chilel se fue del municipio de Ixtchiguan, en Guatemala hace 17 años. Hace apenas dos semanas su hijo que tiene casi esa edad le siguió los pasos. Por eso mira sin ilusión el cambio de mando en su país.
“Esto va a estar lo mismo, son políticos», dice Chilel. «Lo que ellos quieren es dinero. Todos quieren la oportunidad, los presidentes, los ricos siempre quieren estar arriba de los pobres y nunca les vamos a ganar. Sale un malo, entra otro malo. En poco tiempo va a comenzar a hacer lo mismo”.
Chilel dice que tuvo que salir de su país por la falta de oportunidades económicas. Su hijo debió hacer lo mismo porque estaba atemorizado de ser reclutado por pandillas o enfrentar la muerte. Santos Gabriel, otro migrante guatemalteco tiene la misma preocupación por sus familiares que aún viven en Guatemala.
“La seguridad, no hay seguridad allá, porque todo el gobierno, la misma policía, ellos en lugar de ayudar a uno lo afectan. Póngale una queja, uno les platican y allí lo dejan, no hay ni una ayuda de nada”, dice Gabriel.
Se espera que la ronda final para elegir presidente sea el próximo 25 de octubre.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino desde Phoenix, Arizona, yo soy Valeria Fernández.