El calentamiento terrestre tiene un impacto real y negativo en la vida de los humanos, reconoce la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), del Departamento del Trabajo (DOL) de Estados Unidos, que diseña una medida para proteger de las altas temperaturas a los trabajadores, particularmente a los trabajadores agrícolas y de la construcción, donde laboran muchos inmigrantes, indocumentados y no.
Como un primer paso para atender la amenaza global del calor extremo, la administración Biden redactará reglas sobre los peligros de las altas temperaturas en el lugar de Trabajo, en un ineludible reconocimiento de las amenazas a la salud que plantea el calentamiento global, y como parte de un creciente reconocimiento de los peligros que plantea el cambio climático.
De esta suerte, OSHA diseñó la primera regla que rige contra la exposición al calor, “para proteger a quienes trabajan al aire libre en servicios agrícolas, de construcción y de reparto, así como a los trabajadores en almacenes, fábricas y cocinas”.
Porque como se recordará, este verano registró alarmantes olas de calor que rompieron récord en el oeste de Estados Unidos y la Columbia Británica, que según los científicos son la causa principal de muerte relacionada con el clima en el país, reporta hoy The New York Times.
Entre tanto, el presidente Biden declaró a la fuente que “El aumento de las temperaturas representa una amenaza inminente para millones de trabajadores estadunidenses expuestos a los elementos; para los niños en las escuelas sin aire acondicionado, las personas mayores en los hogares de ancianos sin recursos de refrigeración y, en particular, para las comunidades desfavorecidas”. Léase los inmigrantes y las personas de color de bajos ingresos, entre quienes se hallan millones de latinos. “Mi administración no dejará que los estadunidenses se enfrenten solos a esta amenaza», dijo el mandatario.
Para tal efecto, el gobierno federal dice que formaría un Grupo de Trabajo de Prevención de Enfermedades por Calor, con la participación de múltiples agencias, a fin de proporcionar “una mejor comprensión de los desafíos y las mejores formas de proteger a los trabajadores de las lesiones por calor”.
A su vez, el Departamento de Trabajo “dará prioridad a las intervenciones relacionadas con el calor y las inspecciones laborales en los días en que el índice de calor supere los 80 grados», y afirmó que estará trabajando “para completar antes del próximo verano un programa que se enfocará en industrias con mayor riesgo de lesiones por calor y para concentrar más recursos en las inspecciones”.
Por su parte, expertos dijeron que dichas reglas y políticas para proteger a los trabajadores del calor extremo debían haberse implementado desde hace mucho tiempo, aunque, “dependiendo de los detalles de cómo están redactadas», dichas medidas «podrían ser costosas para los empleadores”.
Y es que, de acuerdo con la fuente, David Hondula, profesor de la Facultad de Ciencias Geográficas y Planificación Urbana de la Universidad Estatal de Arizona, señaló que “algunos estados y organizaciones profesionales, como la Federación de Fútbol de Estados Unidos ya imponen límites sobre cuándo y cuánto tiempo los trabajadores pueden realizar sus tareas en el calor», con descansos obligatorios para las personas que trabajan en altas temperaturas durante ciertos períodos de tiempo.
Entre los requisitos contemplados se ordena a los empleadores a proporcionar sombra, agua y aire acondicionado cuando sea posible, “y que brinden acceso a atención médica a los trabajadores que están expuestos regularmente al calor”.
Pero si tales pautas llegaran a convertirse en regulaciones federales, éstas “podrían aumentar los costos de producción o disminuir la productividad para algunas industrias, particularmente cualquier requisito de que la construcción u otro trabajo al aire libre cese por completo bajo ciertas condiciones de calor”, declaró a la fuente Hondula. «Es justo decir que podría ser costoso». Sin embargo, el profesor señaló que «la economía ya esta soportando la carga de enfermedades y muertes asociadas con la exposición al calor».
Marc Freedman, vicepresidente de política de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en el lugar de trabajo, dijo que su organización esperaba participar en el proceso de elaboración de reglas de OSHA. Pero acotó: “Es posible que ya estemos absorbiendo algunos de los costos de productividad”. Porque, señaló, «existen dificultades únicas, cuando se trata de crear un estándar de seguridad térmica”■