De la redacción
Gana Doug Jones la gesta por el Senado federal en Alabama, para convertirse en el primer demócrata de esa entidad en ocupar un asiento en la cámara alta desde 1992. El principal derrotado es obviamente el contrincante republicano, Roy Moore, exjuez de la Corte Suprema de Alabama, de 70 años de edad, quien no pudo obtener los votos necesarios en un estado tradicionalmente rojo, para recapturar el asiento dejado por el actual Procurador General, Jeff Sessions. Sin embargo, muchos afirman que el ex asesor del presidente, Steve Bannon y el propio Donald Trump fueron los otros dos grandes perdedores en esta contienda que tuvo en vilo la atención nacional la noche de ayer martes.
El ex fiscal demócrata de Alabama, Doug Jones montó una campaña “quijotesca” por el Senado, pues el dominio republicano en Alabama en la cámara alta se había mantenido invicto por un cuarto de siglo, hasta la noche de ayer 12 de diciembre que derrotó a su oponente Roy S. Moore, quien se vio envuelto en un escándalo de pedofilia tras nueve acusaciones formales de abuso sexual cuyas víctimas fueron también menores de hasta de 14 años de edad cuando Moore rebasaba ya los 30.
El malestar que produjeron estas acusaciones contra Moore, por más y que éstas fueron negadas por el acusado, un político de la rama judicial en Alabama que apoya abiertamente el uso de armas de fuego y alienta las fobias contra homosexuales, mujeres e inmigrantes, cambió la opinión aun de los republicanos más moderados de ese estado, y condujo a Jones a una victoria que todavía al atardecer del día de ayer era inimaginable para los demócratas.
Este triunfo, que algunos analistas insistieron en señalar como una victoria cuyos alcances o implicaciones políticas no pueden ni deben extenderse más allá de Alabama, redujo, eso sí, la inestable mayoría que mantienen los republicanos en el Senado: 49 contra 51. Esto además atiza el fuego de la competencia para la renovación parcial de las cámaras legislativas en 2018.
El triunfo de Jones no sólo pone piedras en el camino a la libre realización de la agenda presidencial y de los republicanos, que entre otras cosas atenta contra los pobres, los inmigrantes y las mujeres, y que con su ley de recortes impositivos legalizaría un despojo de dimensiones históricas pues de pasar -y todo indica que tal vez así será -, transfiere el patrimonio social, o 1.5 trillones (millones de millones) de dólares a los más ricos y a las corporaciones. No obstante, también abre la posibilidad de un camino difícil pero realista para que los demócratas puedan recuperar el año que entra el Senado.
La victoria de Jones es también, dicen por otro lado algunos expertos, un mensaje del electorado a Washington, que constata el hartazgo y el agotamiento que ha causado la guerra política que sostiene la Casa Blanca contra la clase media trabajadora y las minorías, los inmigrantes, con los republicanos como comparsa. Pero Alabama dijo ¡basta! por esta vez.
De acuerdo con diferentes fuentes el factor que dio la victoria a Jones la noche de ayer, entre los estadunidenses blancos, conservadores y educados en los suburbios de Alabama fueron las mujeres; pero en las zonas urbanas principalmente los afroestadunidenses que salieron a votar rebasaron los números que habían votado por Obama en 2012, y en menor proporción también contaron los latinos.
En las áreas rurales, tradicionalmente rojas o recalcitrantemente republicanas se registró así mismo un descenso en esta participación electoral y hasta hubo republicanos que se abstuvieron de votar por Moore, como el senador de línea dura, Mike Lee y su correligionario texano, Ted Cruz. Pero un ejemplo emblemático fue el senador de Alabama, Richard C. Shelby, quien de último momento y sorpresivamente anunció que no podía apoyar a Moore, y dijo que prefería votar por Jones sólo en eta ocasión. Y hasta el ex titular de este asiento, el actual Fiscal General de la nación, Jeff Sessions, se negó a hacer público su voto.
Por su parte el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, quien primero condenó a la conducta sexual inapropiada de Moore, luego medio se desdijo, horas antes de la votación declaró que abriría una investigación ética si Moore ganaba.
Vale notar que ya en los últimos días de la campaña Roy Moore en lugar de enfrentar preguntas de la prensa sobre las acusaciones de abuso sexual en su contra, lo que hizo fue desaparecer y sólo regresó a Alabama para un mitin en la víspera de la votación acompañado de Stephen Bannon, el ex estratega en jefe de Donald Trump.
Para intentar apaciguar medianamente el escándalo de pedofilia que envolvió a Moore, su esposa Kayla negó furiosamente las acusaciones de que la pareja era antisemita al señalar que «uno de nuestros abogados es judío», y un amigo del ejército del candidato republicano recordó que los dos estaban intranquilos al entrar en un burdel de Vietnam para encontrar chicas bonitas, a quienes según él, dice The New York Times, “Moore encontró demasiado jóvenes”.
Pero esta guerra no ha terminado. El propio Moore afirma que habrá recuento de los votos, “porque en una elección tan cerrada esto apenas comienza”, declaró ayer a la televisión sin aceptar su derrota.
Por su parte Trump, quien felicitó en un tuit a Jones, aunque de manera condicionada, anunció más tarde que la guerra continúa. Entre tanto, se espera que este viernes su propuesta de recorte de impuestos, tras haber sido reconciliada ‘en lo oscurito’ con el proyecto de la cámara baja será traída a votación final quizás este mismo viernes.