De la redacción
Hoy se cumple la fecha límite que la administración Trump fijó para poner fin a la recepción de solicitudes de renovación de DACA, una fecha que muchos defensores de los inmigrantes consideran arbitraria e injusta, motivada por intereses políticos de esta administración. La preocupación es mayor entre los jóvenes inmigrantes y crece todos los días pues se hallan prácticamente en manos de las autoridades de Inmigración, quienes tienen todos sus datos personales. Una incertidumbre similar empaña el acuerdo para trabajar en una legislación como la Dream Act, que podría proteger a cientos de miles de inmigrantes indocumentados. Este acuerdo, que habría sido pactado entre el presidente Trump y los líderes demócratas del Congreso, Charles Schumer y Nancy Pelosi, enfureció a los legisladores republicanos que no participaron en la negociación. Desde entonces, tanto los republicanos como la Casa Blanca insisten en negar dicho acuerdo.
El plazo para la renovación de DACA venció hoy 5 de octubre como estaba pautado. Y tanto los republicanos como la Casa Blanca insisten en atar cualquier negociación sobre la inmigración al tema de la seguridad fronteriza –y al muro-, a pesar de que cifras estadísticas demuestran que la migración hacia este país ha disminuido, y que los más altos índices de criminalidad no son propiciados por los inmigrantes sino por la población nativa, lo que da al traste con este argumento de los republicanos. Casos como el de la balacera en Las Vegas, Nevada, que como ese hay uno prácticamente todos los días, es una muestra contundente de la falsedad de dicho argumento republicano, de Trump y de su camarilla, integrada -por cierto- por funcionarios envueltos muchos de ellos en diversas acusaciones criminales.
Entre tanto, movilizaciones por todo el país siguen denunciando la arbitrariedad e injusticia de esta fecha límite, y hay esfuerzos por aplazar dicha fecha, aunque al parecer sin éxito. todavía.
Een Nueva York, por citar una de ellos, jóvenes inmigrantes que se benefician del programa de DACA celebrarán hoy una rueda de prensa fuera de la alcaldía de Staten Island para exigir una Ley Dream, con una movilización política “quirúrgica”, que presione específicamente a los legisladores clave en este proceso. El representante de Staten Island en el Congreso, por ejemplo, Dan Donovan será un voto clave para determinar si la referida Ley del sueño pasa, por lo que estos jóvenes ejercerán presión en sus oficinas de Staten Island y de Washington, DC. Lo mismo harán con el representante de Nueva York, Peter King, en su oficina de Long Island.
En conferencia de prensa se anunciará hoy un Día Nacional de Acción. Los jóvenes inmigrantes y los miembros de Make the Road New York exigirán una ley Dream limpia, sin enmiendas que la aten a las medidas de seguridad fronteriza, y que proteja a los beneficiarios de DACA sin ningún complemento que lastime a las familias de inmigrantes, dice un comunicado de esta organización.
Por su parte, senadores demócratas y republicanos prometieron este martes trabajar por una solución para los jóvenes Dreamers, en la primera audiencia desde que el presidente Donald Trump anunció el fin de este programa federal que los protege de la deportación.
Tras dicha audiencia, un funcionario del gobierno dijo que los jóvenes inmigrantes «son buenos para el país» y que «Trump quisiera que el Congreso encontrara una solución que les permitiese ganar residencia permanente en Estados Unidos». Sin embargo, las fechas límite para la terminación de DACA y los permisos de trabajo que el programa otorga hasta el momento permanecen inamovibles.
No obstante, el secretario asistente en el Departamento de Seguridad Nacional, Michael Dougherty declaró en la referida audiencia de la comisión judicial del Senado: «Ellos son beneficiosos para este país”, dice Prensa Asociada.
Pero en dicha audiencia Chuck Grassley, jefe de la Comisión Judicial del Senado insistió en que “DACA es inconstitucional”. Y demandó una vez más incrementar la seguridad fronteriza como parte de cualquier acuerdo, mientras los demócratas siguen enfocados en los problemas de los casi 800 Soñadores, dice The Washington Post.
Entre tanto, el presidente Trump dejó clara su posición: “el Congreso tiene que actuar y aprobar una reforma migratoria responsable, que incluya como prioridades la seguridad fronteriza”, para lo que les dio 6 meses, sostiene la fuente.
El senador Schumer dijo a los reporteros que no tiene «ninguna razón para creer que Trump está renunciando a su promesa de trabajar con los demócratas en la inmigración», acuerdo que aceptó durante una cena en la Casa Blanca el pasado 13 de septiembre.
Los legisladores republicanos, desconfiados de los tratos de Trump con los principales demócratas -especialmente en un tema tan polémico como la inmigración- buscaron este martes disputar el acuerdo “bipartidista”, y el senador republicano Tom Cotton, que asistió a otra cena este lunes en la Casa Blanca, rechazó la idea de que Schumer y Pelosi tuvieran un trato con Trump.
Además, el líder de la cámara baja, el republicano de California, Kevin McCarthy, también presente en dicha cena, dijo al Post que Trump había dictado línea a los republicanos para que “no apresuren ningún debate sobre la inmigración, sino que se concentren en la discusión de la reforma fiscal, y no mezclen ambos temas”.
El senador demócrata por Illinois, Richard J. Durbin asegura que los demócratas están dispuestos a trabajar con los republicanos en ciertas medidas de seguridad fronteriza, pero criticó fuertemente las ideas que los republicanos han tenido sobre la inmigración, acusándolos de querer “darle una bofetada al Dream Act«.
Y para Schumer, cualquier intento de incluir la verificación de antecedentes, E-Verify, o aumentar la Patrulla Fronteriza más allá de la frontera meridional “estropearía el acuerdo con Trump”. Pero hay que recordar que en poco más de dos meses habrá que renegociar de nuevo el tope de la deuda y el financiamiento para el gasto público, elementos centrales del acuerdo entre Schumer, Pelosi y Trump■