El Valle de Coachella en California es un lugar de fuertes contrastes económicos. Junto a grandes mansiones y campos de golf, están las viviendas de algunos de los más pobres y enfermos residentes del estado. Hay tantos desasegurados y tantos problemas de salud aquí que con frecuencia se organizan ferias de salud a la que acuden samaritanos y doctores voluntarios para ofrecer atención médica gratuita. Nuestro corresponsal Rubén Tapia asistió a una de estas ferias en una escuela del poblado rural de Thermal.
Foto: Rubén Tapia.
Centenares de personas, en su gran mayoría latinas, esperan recibir atención médica gratuita en esta feria. David Díaz de 26 años, vino a buscar varios servicios.
“Me pusieron la flu shot. Hace dos años sí me pegó la flu y me puse muy malo, fui a parar al hospital”, dice Díaz.
Ahora toma asiento para ver al dentista.
“Tengo las muelas del juicio que me están matando, por eso, bien, a ver qué», dice Díaz.
Díaz llevaba 8 años sin revisarse los dientes. No tiene trabajo de tiempo completo y no ha podido regularizar su situación migratoria, a pesar de que está casado con una ciudadana. Tiene un hijo de 5 años y su esposa Ana, que lo acompaña, está embarazada. Ella tiene MediCal. No se queja del cuidado prenatal, pero sí de la larga espera para obtener una consulta con su médico regular.
“Ahorita estoy teniendo problemas con mi doctora, porque ella no está recibiendo pacientes por seis meses”, dice Ana.
Foto: Rubén Tapia.
Según un estudio de la Iniciativa de Atención Médica en el Valle de Coachella, en esta área agrícola hay un médico por cada 8 mil residentes, cifra cuatro veces más alta que la recomendada por las autoridades de salud. Y hay muchos problemas graves de salud.
“Nosotros teníamos las mismas condiciones aquí en el Valle de Coachella, aquí en la parte este, que otros países pobres”, dice Claudia Gálvez, representante de las Clínicas de Salud del Pueblo. Es uno de los grupos comunitarios que desde hace 20 años organizan estas ferias de salud. Hace tiempo lograron la ayuda de la organización Médicos Voladores, una institución humanitaria que principalmente ofrece servicios médicos gratuitos en países pobres. Dice Gálvez que los pacientes acuden no sólo de Coachella.
“De Blythe, de San Diego, Big Bear, gente que donde ellos residen no han podido recibir este servicio», dice Gálvez.
Hay ciertos servicios que más necesita la gente.
Foto: Rubén Tapia.
“Dentales y oculistas son los dos lugares que siempre van a estar bien llenos, la mayor parte son trabajadores del campo, pero también tenemos un mezcla de diferente gente que viene”, dice Gálvez.
Además de otros servicios, en la feria ofrecen pruebas de diabetes, mamografías, problemas auditivos y de VIH.
Manuel Cepeda, padre soltero de 42 años, se hizo la prueba.
“Recientemente tuve un desliz y se me rompió el condón y pues me quedaron dudas y quiero estar seguro», dice Cepeda.
En el Valle de Coachella la tasa de infección del VIH es dos veces más alta que en otras partes del país, asegura Stefanie Cienfuegos, promotora de la campaña “Hazte la Prueba”.
“Una de cuatro infecciones nuevas son entre los adolescentes de 12 a 24 años, 20 % son latinos”, dice Cienfuegos.
El padre soltero Cepeda no tiene seguro médico. Dice que sería de gran alivio si el gobernador Brown firma la ley que permitiría a los inmigrantes como él, que no tienen la residencia permanente, comprar planes de salud a través del mercado de intercambios de Covered California.
“Sería importantísimo para personas como yo, quiera Dios que se lleve a cabo y de inmediato hacer sign up para este programa”, dice Cepeda.
Foto: Rubén Tapia.
La Ley de Atención Médica Costeable probablemente sí benefició a muchas personas en el Valle de Coachella. Claudia Gálvez de las Clínicas de Salud Del Pueblo dice que este año el número de personas que asistió a la feria fue poco más de la mitad que el número que asistió el año pasado. Aun así, sigue llenando un importante vacío: 700 personas fueron a buscar servicios.
“Ojalá que un día no lo necesitemos, pero mientras tanto aquí vamos a seguirle”, dice Gálvez.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino, desde el Valle de Coachella, yo soy Rubén Tapia.
