California, en el brevísimo lapso de 4 meses, con ayuda de un activista padre de una de víctima fatal de la policía local y un concejal de esa ciudad. Así mismo, y previo a su participación horas más tarde en el Foro sobre la Crisis de Violencia en México, que tendrá lugar en el Teatro Mundial de la Universidad Estatal de California en Monterey Bay, dos de Los MacArturos* platican también con Samuel Orozco, Director de Noticias de Radio Bilingüe y conductor de este programa de Línea Abierta que aquí se reseña. Como es habitual, la participación de los radioescuchas enriquece también este esfuerzo de comprensión sobre el tan desafortunado fenómeno de la relación violenta de policía de Salinas y la comunidad latina, que alcanza el 75% de su población local.
El Valle agrícola de Salinas, California, también conocido por algunos como ‘la ensaladera del mundo’, por el inmenso volumen de su producción de hortalizas y legumbres que exporta hacia el exterior y que sirve la mesa de los estadunidenses, es también epicentro, un microcosmos de la violenta relación de la policía con la comunidad que dice proteger, no sólo en California o Estados Unidos sino en esta pequeña población agrícola de 150 mil habitantes, de la que los latinos forman sus tres cuartas partas pates.
En Salinas existe, como se dijo en la entrega pasada, un clamor que pugna por reformas a las políticas del Departamento de Policía local hacia la comunidad, y en particular hacia los latinos, explica Samuel Orozco. Tomando en cuenta la repetición de varios incidentes en los que resultaron muertos a manos de la policía residentes, ciudadanos latinos de Salinas, continúa el Director de Noticias de Radio Bilingüe, y en donde todos los policías involucrados en estas muertes pertenecían a la raza blanca, y todos los muertos eran latinos, esto ha elevado el reclamo social ante la discriminación, y por lo tanto lo ha convertido estos lamentables incidentes en casos de derechos civiles para algunas cortes locales.
Como suele ocurrir durante las transmisiones cotidianas de Línea Abierta, los radioyentes de este aclamado programa de noticias y análisis del acontecimiento ciudadano, abarrotan las líneas telefónicas a la paciente espera de su participación.
La primera en llamar es Blanca, quien llama desde Bell High, en el Norte de California: “Que bueno que estoy escuchando este programa…, porque hay mucha injusticia. Conozco dos casos de dos personas que, a uno de ellos le pusieron una trampa aquí en Modesto (CA), el dueño de una tienda. Le pusieron en unas cajas una droga, y los de la DEA lo acusan de que ahí se hallaba la droga. Pero resulta que en la corte nunca enseñaron las cajas con la droga, y le dijeron que se declarara culpable para que no le dieran 6 años de prisión. Y tengo otro caso de que a otro hombre lo acusaron de que violó a una chiquilla, y nunca le enseñaron los estudios del DNA, y hasta la fecha está en prisión, porque le dieron 26 años (de cárcel); y en la corte nomás se llevó a la niña pero a él nunca le enseñaron los hechos. Él lo negó”.
-Entonces usted como observadora de esos casos contra dos latinos encuentra que son casos dudosos –inquiere Orozco.
“Exactamente… entonces yo he estado pensando, bueno, a donde puedo dirigirme para que se investiguen esos casos, que sé que son inocentes…”.
Orozco transmite a Blanca la noticia de que la Unión Estadunidense de Libertades Civiles, Aclu, está compilando información y llegando a algunas conclusiones, en las que afirman que cada día se documentan más casos de abuso contra latinos, que coincidentemente, dicen, hay más abusos ahí donde hay menos defensores de los derechos civiles. O sea, hay más abusos en los pueblos que en las grandes ciudades.
Abel llama desde Fresno, California: “Yo creo que este terrorismo que lo maquillan con esta palabra de discriminación, ha sido desde siempre y no sé hasta cuándo va a seguir. Siempre es lo mismo: los terroristas matan a americanos, que ustedes les llaman latinos, nos llaman, pues, latinos; por negarnos el nombre de americanos, porque realmente nosotros somos americanos. Los anglosajones son los terroristas más sanguinarios de todos los tiempos”.
-¿Con que conclusión gusta dejarnos, Abel? –acota Orozco.
-Ay, Samuel, es difícil… No sé, tengo unas ideas muy macabras, mejor ahí la dejamos.
Enrique llama desde Salinas, justamente desde donde se transmite sólo por esta ocasión Línea Abierta: “Primeramente quiero externar mi dolor por la pérdida del joven, del hijo del seños que está ahí siendo entrevistado (Frank Alvarado). Luego saludar a nuestro representante de la ciudad de Salinas, Tony Barrera. Mira, Samuel, básicamente todo esto hay que relacionarlo con la economía. Porque ya sabes que este sistema donde te castiga más es en el bolsillo. Entonces, yo he estado mencionando anteriormente a la comunidad, que a la policía se le está pagando el 66 por ciento del presupuesto municipal. Entonces, ¿quién pagará los platos rotos por la conducta de estos oficiales? Nosotros, Samuel, como tú bien lo sabes, verdad. Ya sabes lo que está pasando en King City, ¿no? Cada vez que la policía tiene autoridad, se pasa de la raya. Lo que no queremos nosotros es que la policía continúe armándose hasta los dientes; porque ahorita así es como está. Quieren poner cámaras, por todos lados, ya ves cómo andan equipados, con todo tipo de instrumentos tecnológicos… Estamos a su merced, Samuel”.
-Si hubiera una recomendación que usted tuviera, Enrique, para la policía local de Salinas, a fin de prevenir la repetición de esta clase de incidentes, ¿cuál sería esa propuesta que debiera ventilar el gobierno?
“Se oye absurdo, Samuel, pero realmente como tú sabes nosotros venimos de comunidades donde la policía es mamá, papá, los tíos, las tías, los sobrinos, los primos, los vecinos. Yo honestamente digo, y siempre he mencionado ahí, en el concilio, ¿para qué queremos policías? ¿Por qué es necesario tenerlos? Ese es el tema. Entonces, ¿a qué le temes más, a un ladrón o a un policía?”.
-Quiere decir, ¿pasar la responsabilidad a una milicia ciudadana?
“Algo así. Cada Distrito puede poner una unidad; llámale lo que tú quieras, de orden, ¿verdad?, pero básicamente, ¿a qué le tememos más, a un ladrón que te pone una pistola en la espalda y te quiere quitar la cartera, o a una patrulla que viene detrás de ti que no sabes si te va a parar o no te va a parar?”.
María de la Luz llama también desde Salinas: “Estoy dando un comentario porque yo marché por la muerte del que mataron aquí por La Fama, y el video no es creíble; porque eso que pasó la policía y la ciudad y el Distrito, los que trabajan ahí, es problema de ellos y lo tienen que resolver. Y otra cosa, de que hay abuso de autoridad, ¡hay abuso de autoridad! Mi más sentido pésame para el señor Alvarado, que mataron a su hijo de 12 balazos…”.
-Gracias –responde Frank Alvarado
“Allí efectivamente sí hay abuso de autoridad. Pero esto se está extendiendo, matando personas inocentes, usándolos como se die vulgarmente, chivos expiatorios…, a nosotros los hispanos”.
Antes de pasar con Los dos MacArturos invitados al programa, Orozco comenta algunos delos comentarios vertidos al aire por los habituales radioescuchas de Línea Abierta, y comienza con el de Enrique, quién dice, ‘No sabemos a quién tenerle más miedo, si a los ladrones, o a la policía’.
-Tomando en cuenta la gran barrera de la desconfianza que hay con la policía local, la falta de una verdadera comunicación entre comunidad y policía, ¿no será bueno mejor pasar a una vigilancia ciudadana? Se pregunta el radioescucha si no será esa la mejor opción. Esto habla seguramente de la profunda desconfianza que hay al nivel local con la comunidad. ¿Tiene usted una idea del tamaño de esa desconfianza? –pregunta Orozco al concejal Fran Alvarado.
“La desconfianza es muy personal; eso depende de cada persona, verdad. Yo tengo ciertas inquietudes, como servidor público elegido por el Distrito 2, pero a la misma vez estoy confiadamente esperando lo que va a salir de la justicia de la corte, donde nosotros no tenemos control”.
-Esta situación pare no ser de los pasados meses. Por lo que estamos escuchando seguramente estamos hablando de años.
“No, porque deje decirle que he visto al Jefe (Kelly) McMillin en ciertas áreas de las vecindades, en los últimos dos o tres meses, y tiene mucho apoyo también. Por eso digo, depende…”.
-¿Usted no lo mira como algo generalizado? Usted mira este sentimiento de desconfianza en contra de la policía y el gobierno como que es de ciertos sectores, ciertos individuos. Usted cree tener el apoyo de la mayoría de la comunidad local.
“Déjeme decirle que yo creo en la justicia, y creo en la justicia pero apoyo al distrito policial”.
Interviene Frank Alvarado: “Así como mencionó el señor Enrique, que habló, que a veces no sabes ni con quién confiar; porque vas a ciertas horas, y si llevas a la policía atrás, tienes miedo de que te paren, no porque te den un ticket, no porque te den una infracción, sino porque te maten. Ese es el miedo que horita tienen los hispanos aquí; de que los paren, pero para que les den tickets, sino que acaben por matarlos. Porque esa es una infección; si el Jefe de policía, como dice el señor Barrera, que es McMillin y que es una excelente persona que está trabajando con la comunidad, y que está trabajando con esto…, y que tiene master degree (maestría) en las escuelas, ¿por qué no se movió al primer ciudadano que mataron? ¿Por qué no previno a sus oficiales para que no viniera el segundo? Viene el segundo, y tampoco hizo absolutamente nada. Viene el tercero, y lo mismo. Entonces, ¿qué quiere decir, que si estás infectado, no quieres limpiar lo que está infectado? Nosotros queremos que los nueve policías que están ahí, tienen que ser removidos dela policía porque son una amenaza para la comunidad. Y si los llegan a restituir en el tráfico, no los queremos ahí; porque es una vergüenza para nuestra comunidad tener esa clase de policías”.
Orozco aclara que para este programa sólo se escogió a cuatro incidentes de muertes a manos de la policía de Salinas, con una demografía de apenas 150 mil habitantes que si se compara el tamaño de la población resulta de una desproporción alarmante, y apunta que eso es precisamente lo que se observa desde fuera a la hora de mirar los hechos que están ocurriendo en Salinas.
Rubén Martínez, promotor cultural de las letras propietario de Martinez Bookstore en Santa Ana, California, y Ruth Behar, antropóloga cultural y escritora, de Universidad de Michigan, Ann Arbor son dos de Los MacArturos que participan en el Foro sobre la Crisis de la Violencia en México este martes 27 de enero por la noche, como ha sido anunciado oportunamente en este espacio.
Los Macarturos son un distinguido grupo de latinos y aliados, destacados en el campo de las artes y las ciencias sociales y la academia, recipientes todos ellos del prestigioso premio “Genio” de la Fundación John D. and Katherine T. MacArthur (MacArthur Genius Award), de donde toman la raíz de su nombre, que están activamente comprometidos con los asuntos de la comunidad latina y de bajos ingresos en Estados Unidos.
Los casos de violencia policial en Ferguson y Nueva York, que han agitado ciertamente las aguas en la nación, han acaparado la atención pública de forma desmesuradamente mayor que la puesta en ciudades como Salinas. Pero de acuerdo con las opiniones vertidas por los radioescuchas sobre el abuso policial contra los latinos en Salinas, la atención para unas y otra pudiera resultar desproporcionadamente desigual.
-¿Hay razón para no poner en el mismo nivel a Salinas y a Ferguson?
Reubén Martínez:
“Primero, lo siento señor Alvarado por la pérdida de su hijo, y de su familia. Y yo como padre, abuelo y bisabuelo, mi familia también está creciendo. Así que lo que le pasó a usted me puede pasar a mí, a mis vecinos, por todos los Estados Unidos. Porque nuestra población, que habla español muy rápido por todo el país. Para comenzar voy a decir que hay buenos policías, y hay policías que son tercos, duros, fuertes, y se aprovechan. Cuando yo tenía los 15, 16, 17 años de edad, nosotros los latinos, los mexicanos les teníamos más miedo a los policías latinos, fíjese nomás. ¡Y había pocos! Porque ellos nos provocaban a nosotros, y nos hacían un daño, y nos asustaban. Los policía hoy nos miran a nosotros los pobres, que hablamos poco inglés, como si fuéramos ignorantes. Y como si no fuéramos humanos. Lo que estamos haciendo en mi ciudad es educando a nuestra gente; a los padres, a los hijos, a la comunidad del comercio, y también a los maestros de la universidad, de las preparatorias, de las escuelas pequeñas. Los policías tienen que venir a las escuelas, a hablar con los estudiantes, con los maestros, y que nos digan qué es su profesión, qué es lo que están haciendo. También como padres tenemos que educar a nuestros hijos. Porque yo como padre me preocupa mucho, porque mi familia está creciendo. Y si no llegan a la casa a tiempo, a la hora que dicen que van a llegar, me voy a preocupar mucho. ¡Y es un dolor! Lo que está pasando en nuestra comunidad que habla español”.
-Los cuatro casos escogidos para el programa de los decesos en Salinas casi todos ellos eran jóvenes en edad de trabajar; uno de ellos, dice una de las versiones, y hay muchas versiones por ahí, que andaba con unas tijeras podadoras buscando trabajo.
“Nosotros somos trabajadores, y esperamos el día que bien para ir a trabajar, para seguir ayudando, pero la mayoría de nosotros somos respetuosos, respetamos la ley, pero parece que a veces los policías no nos respetan a nosotros”, asegura Martínez. “A mí, que soy profesor, ¡me han parado! Y luego cuando yo les enseño mi tarjeta y les digo que yo soy un profesor de una universidad, me dicen: ‘¿Cómo le hiciste?’. ¡Pero mire nomás! ¡Qué falta de respeto! Y ahora que con los años que el cabello se me está haciendo más gris, ya no parezco mexicano, parezco griego, verdad. Y no nomás eso, le voy a decir, que oigo a los americanos hablando de nuestra gente”.
Ruth Behar:
“Bueno, también le quiero dar el pésame al señor Alvarado, es una pérdida enorme, yo también soy madre de un hijo, y perder a un hijo es lo más terrible que le puede pasar a uno, y además como contó él, con los 12 balazos que le dieron a su hijo he quedado muy triste y muy chocada con esa información. Samuel, preguntabas antes si lo que ha pasado en Salinas debe estar al nivel de lo que pasó en Ferguson y en Nueva York, y yo pienso que sí. Pienso que debemos divulgar esta información. Yo no estaba informada de esta situación hasta que vine a Salinas. Y es muy importante divulgar esta inf9ormación porque esta conversación la tenemos que repetir en este país constantemente, en diferentes ciudades. Y la policía tiene que cambiar, creo que su imagen, y su manera de practicar su trabajo porque muchos hemos perdido confianza en la policía. La policía debe protegernos, para eso está, para protegernos. Si hay un caso de lo que sea, hay un incendio, un robo, cualquier cosa terrible que pueda pasar la policía debe estar ahí para ayudar. Ese es el rol de la policía. Pero el hecho de que tantos nos sentimos con miedo, significa que la policía no está funcionando como debe de funcionar; está abusando de su poder en muchos casos. Claro, hay policías buenos, yo conozco a policías que son muy buena gente, que están muy entregados a su comunidad, pero muchos están abusando de su poder. Y también hablando como mujer, quiero decir que la policía me asusta. Como mujer, no hace mucho, estando en Michigan, en Ann Harbor, venía de noche de una fiesta como a las 12 de la noche, venía sola, y veía que un carro me estaba siguiendo, no sabía lo que era. Hasta que al fin puso las luces y ya vi que era una patrulla, y me paró. Y yo no estaba haciendo nada. Además iba muy despacito, iba con miedo porque sabía que alguien venía siguiéndome; no sabía quién era, estaba sola, era un camino muy oscuro, en el campo, y me paro y me dijo que estaba manejando demasiado cerca de la línea blanca. Y yo dije, ¡¿Qué?! Pero bueno, le di mi licencia, él se fue a su patrulla, volvió 15minutos después, yo estaba nerviosísima, y dijo ‘No, no, no pasa nada. ¡Sigue!’. Pero era un pretexto para pararme, era una mujer sola, y yo digo: puede pasar cualquier cosa. Yo no me sentía confiada en esta persona; era un hombre grande, blanco. Estaba a 15 minutos de mi casa. Entonces, yo quisiera, a lo mejor soy muy idealista, pero quisiera que la policía cambiara para que no la viéramos con miedo. Sino que la viéramos como una institución, que hemos creado para que nos ayude y nos sirva y nos proteja. Creo que hay un problema muy grande en este país…, hay muchas armas, el país está muy militarizado. Y no sólo la policía tiene muchas armas, así como se dijo en este comentario, que tiene mucha tecnología. También el ciudadano normal, americano, tiene muchas armas. Y ahora también hemos visto casos de niños, pequeñitos que han matado a un hermano, a una hermana porque la mamá tenía un arma en su cartera y la sacó, y mató a un hermano, a una hermana. Imagínate cómo va a crecer ese niño y después cuando ya sea grande. Y sepa que mató a un hermano, a una hermana. O sea que, hay demasiadas armas en este país y tenemos que comenzar a controlarlas tanto con el ciudadano normal como con la policía. Y la policía también, cuando pasan casos como estos en Salinas, tiene que hacerse responsable de sus hechos. Y deben llenar muchos papeles, después de que pasa un caso como este, explicando por qué se sintieron motivados a matar a una persona.
Lo que seguramente también llama mucho la atención de muchos de est4os incidentes, no solamente los que hayan ocurrido en Ferguson o solamente los que han ocurrido aquí en Salinas, es el hecho de que ¿por qué fueron tantos disparos, por qué no fue un disparo, porque no fueron dos disparos? ¿Por qué fueron 12 o 14 en el caso de Frank Alvarado?, escuchamos hace un momento las detonaciones que mataron a un hombre con tijeras de podar; no fueron uno, no fueron dos, fueron un montón de balazos. ¿Por qué el uso de tanta fuerza, qué dice eso?
Este tema se está discutiendo a nivel nacional en diferentes foros, hay más de 12 estados proyectos de ley en los que se propone entre otras cosas expandir el uso de cámaras de video prendidas a los uniformes de los policías, el presidente Barack Obama habló de reforma del sistema de justicia criminal en el informe a la nación, formó una comisión especial de trabajo, lanzó una iniciativa de vigilancia comunitaria, y hay varias ciudades también, en el resto del país que están asumiendo este asunto como un asunto de la más alta importancia, propone Samuel Orozco.