A bordo de un autobús de pasajeros bautizado como el Camión de la Libertad, decenas de familias que llevan décadas beneficiadas con el Estatus de Protección Temporal, o TPS, iniciaron un largo viaje de 12 semanas por 50 ciudades del país. Los centroamericanos buscan conseguir apoyo de la opinión pública para impedir que la administración Trump los deporte y el Congreso regularice su situación migratoria. En el arranque de la caravana, frente a la alcaldía de Los Ángeles, nuestro corresponsal en esa metrópoli, Rubén Tapia entrevistó a una familia salvadoreña y a un chofer hondureño que llenos de esperanza viajan en lo que llaman una ‘Jornada por la Justicia’.
En las escalinatas de la alcaldía de Los Ángeles, el alcalde Eric Garcetti dirige estas palabras a los de la Caravana por la Justicia:
«Estamos con Uds. y lucharemos por Uds. Los Angeles es una ciudad donde pertenecen todos y Uds. pertenecen aquí”
Se suma al discurso la asambleísta Wendy Carrillo, quien con su colega demócrata Miguel Santiago solicitaron recursos del presupuesto estatal.
“Hemos pedido 10 millones de dólares para tepesianos y niños sin status legal que necesitan ayuda de inmigración”
Además, el congresista Jimmy Gómez, en cuyo distrito viven muchos tepesianos, junto con Nydia Velázquez de Nueva York, presentaron ya una legislación para ayudarlos.
“It’s Americas Promese Act…», dice Gómez.
Se escuchan consignas…
Las decenas de tepesianos presentes y sus familias quedan muy motivadas por el apoyo a la que llaman Jornada por la Justicia,un viaje de 12 semanas por ciudades de varios estados del oeste del país, que harán a bordo de un camión de pasajeros, adornado con un colorido mural que muestra la cruel cacería de familias migrantes. Otro grupo hará lo mismo en la parte este del país.
“Bueno yo pienso que a trvés de esta jornada que vamos a hacer, muchos se van a dar cuenta de quien somos los tepesianos”, dice Orlando Zepeda.
Zepeda es originario de El Salvador, junto con su esposa Lorena, también salvadoreña, y sus dos hijos ciudadanos Benjamín de 15 años y Lizbeth de 13, viajan en el llamado Camión de la Libertad. La familia tienen 17 años amparada con el TPS, programa que les cambio la vida.
“Con el TPS fue muy importante porque comenzamos ya a poder movernos un poquito con más libertad…«
Orlando, quien sólo tenía educación primaria cuando migró a Estados Unidos, logró graduarse de preparatoria y ahora trabaja en mantenimiento de edificios para ancianos con Alzheimer. Lorena trabaja en una bodega. Sus dos hijos están estudiando, tienen casa propia y no se meten en problemas.
Pero esta estabilidad pudiera derrumbarse. Así reaccionó Lorena cuando escuchó la mala noticia del inminente fin del TPS.
“Me sentí bastante triste, decepcionada, aunque ya habíamos escuchado que a Honduras y Nicaragua ya se los habían suspendido nunca pensamos que a El Salvador se lo iban a quitar, porque somos mayoría”
Se escucha a Víctor Díaz:
“En los 25 años que llevo en EEUU me he dedicado a mi trabajo, en beneficio de mi familia”
Víctor Díaz es un chofer hondureño amparado por el TPS. Está casado y tiene 3 hijos en Estados Unidos y uno en Honduras; además, tiene 5 nietos y uno por nacer. Vive tranquilo y contento. Jamás se había involucrado en el activismo.
“Nunca había pensado que pasara algo como esto, de pensar deportar a 60 mil hondureños que son los que estamos amparados bajo el TPS”
Preocupado, el año pasado junto con varios salvadoreños Díaz viajó a la capital.
“Empezamos lo que es la Alianza. Fuimos por primera vez a Washington (DC) a hacer el primer cabildeo”
Al mismo tiempo crecía la lista de países y el número de afectados, dice:
“Alrededor de 450 mil tepesianos de diferentes países…, es por eso que ahora traigo una camisa que representa a los 13 países que tiene el TPS”
Además de Honduras y El Salvador, el gobierno de Trump suspendió el TPS para Guinea, Nepal, Nicaragua, Yemen, Haití, Somalia, Siria, Liberia, Sudán, Sur Sudán y Sierra Leona. En pocos meses los activistas formaron la Alianza Nacional del TPS.
“Tenemos 43 comités en todo los Estados Unidos y aquí hay un montón de representantes de cada ciudad a dónde vamos”
Evitar su deportación y que el congreso los regularice es un asunto de primer orden para la Red Nacional de Jornaleros, dice su director, Pablo Alvarado:
“Han hecho todo lo que les han pedido; que paguen impuestos, que tengan trabajo, que hagan un chequeo de antecedentes penales, que paguen 500 dólares cada vez que renuevan, lo han hecho por más de 20 años”
Alvarado ve con mucha preocupación la suerte de los hijos de los tepesianos nacidos en Estados Unidos si el gobierno de Trump deporta a sus padres. Tiene en mente la angustia y sufrimiento de los niños migrantes separados de sus padres este año por la política de ‘cero tolerancia’.
“Imagínese lo que va a suceder cuando más de 300 mil hijos de tepesianos tengan que escoger entre su país e irse con su familia. Imagínese la crisis moral”
Además Alvarado considera que el gobierno de Trump cuando cancela el TPS, en realidad tiene otras intenciones.
“Es bien claro que sus intenciones no tienen nada que ver con la seguridad nacional, con la prosperidad económica, sino con el racismo, con un fascismo extremista. Donde quieren reconfigurar la composición étnica del país. Es una agenda de miedo”
Se escucha el sonido de un autobús…
Precisamente romper ese miedo compartiendo sus historias y buscar el apoyo de la opinión pública es la razón por la que estas familias principalmente centroamericanas participan en este largo e intenso viaje. A pocos minutos abordarán el autobús.
Así se siente Víctor Díaz:
“Me siento muy motivado, de por sí ya estaba motivado, pero ahora tengo una gran motivación”
Lorena y Orlando Zepeda comparten su optimismo:
“Yo creo en Dios…, de que va a salir algo muy maravilloso de esta jornada”, dice Orlando.
Lorena:
“No tenemos miedo. Vamos a luchar hasta el final. Agotar nuestra última gota de sudor por conseguir una residencia permanente con vía a la ciudadanía”
Sonido del camión y consignas…