De la redacción
La crisis del encarcelamiento masivo en Estados Unidos no sólo plantea un difícil problema de dispendio económico que enriquece a corporaciones privadas que rentan y administran cárceles con los impuestos del contribuyente; ni de abuso o violación de derechos civiles y humanos, ni de explotación en las prisiones, sino que además se halla frente a la monumental tarea de reincorporar a los presos a la sociedad. Pero cuando las instituciones educativas y del Estado se alían para atacar dicho problema, los resultados pueden ser alentadores. Tal es el caso de los reos contratados por un inusual proyecto entre el Departamento de Transporte, el Centro Correccional Cedar Creek, y la Universidad estatal Evergreen (Evergreen State College) en el estado de Washington.
Darin Armstrong consiguió un trabajo un mes previo a su liberación, y para él esto fue “una victoria”. Lo que hace aún más significativo este hecho, dice un despacho de la Oficina del Gobernador demócrata de Washington, Jay Inslee, es que cuando Amsrong fue liberado del Centro Correccional de Cedar Creek ya contaba con un empeleo. El Departamento de Transporte del Estado de Washington lo había contratado como técnico de recursos naturales.
Ambas entidades gubernamentales mantienen en el estado de Washington un proyecto que enseña habilidades y oficios para preparar a los reos con destrezas que los incorporen rápidamente al mercado de la fuerza laboral, sin importar sus antecedentes penales.
Durante el año pasado, el Departamento de Correcciones, junto con el Evergreen State College se asoció con el Departamento de Transporte para brindar a las personas que salen de la cárcel la oportunidad de trabajar para el estado. Esto fue posible a través de un programa llamado Proyecto de Sostenibilidad en la Prisión (SPP). “El gobernador Jay Inslee ha apoyado durante mucho tiempo los esfuerzos de reingreso” a la sociedad, dice el comunicado.
Y es que Inslee firmó una orden ejecutiva en 2016 que “requiere a las agencias interestatales trabajar en acciones específicas que impacten positivamente a los reos para que vuelva a ingresar a la comunidad”. Esto puede incluir facilitar conexiones a los servicios, brindar acceso a oportunidades educativas durante el tiempo de encarcelamiento y ayudar a las personas a encontrar empleo. “Asociaciones como esta ayudan al departamento en su misión de mejorar la seguridad pública”, dice la oficina de Inslee:
«Una de las inversiones de seguridad pública más importantes que podemos hacer para mejorar las vidas de las personas y garantizar la seguridad de nuestras comunidades es hacer más para preparar a la gente al abandonar nuestro sistema de justicia penal, con un reingreso exitoso a la sociedad».
Investigaciones realizadas por el gobierno de Washington muestran que “las personas liberadas de la prisión y la cárcel, ya con empleos en la comunidad, tienen menos probabilidades de regresar al encarcelamiento, especialmente cuando ganan más del salario mínimo”.
Algunos de los datos más recientes, dice la fuente, mostraron que el 40 por ciento de las personas elegibles para el Proyecto de Sostenibilidad en la Prisión “obtuvieron trabajo dentro de los seis meses posteriores a su liberación”, según el Departamento de Correcciones (DOC).
Además, la investigación ha encontrado que el estigma asociado con la encarcelación es una barrera importante para el empleo. Por eso en marzo de 2018 Inslee firmó el Acta de Washington de Oportunidad Justa (comúnmente llamada proyecto de ley ‘prohíban la caja’), que establece que los empleadores no pueden preguntar sobre los arrestos o condenas, o los antecedentes penales de un solicitante antes de que el empleador determine si el solicitante reúne los requisitos laborales para el puesto en cuestión.
Por su parte la gerente de desarrollo de la Fuerza Laboral del Departamento de Correcciones (WSDOT), Alvina Mao dijo a la fuente que “el secretario de Transporte, Roger Millar quería concentrarse en la formación de programas de reingreso para dar a la población que regresa a la comunidad una segunda oportunidad”. Y comenzó a visitar las instituciones correccionales, se conectó con las personas que trabajan en las industrias correccionales y encontró empleadores potenciales a través del programa SPP. Mao dijo también que la asociación “fue genial desde el principio”.
Mientras Armstrong estuvo encarcelado, trabajó con el personal de WSDOT y SPP y aprendió a escribir cartas de presentación y crear un currículum que mostraba sus nuevas habilidades. También aprendió a traducir estas habilidades para atraer empleos estatales. Ahora Armstrong alienta a quienes aún están encarcelados, “para que no se queden sentados, de brazos cruzados, y pierdan su tiempo mientras están en la prisión”■