De La Redacción
Con información de otroslibros.com
Bajo una lluvia torrencial, después de haber soportado temperaturas bajo cero, hoy inició su octavo día en huelga de hambre el ex marino mexicano Leobardo Santillán, en protesta por los 43 normalistas de Ayotzinapa –y todos los- desaparecidos, así como los otros tres de sus compañeros asesinados el mismo 26 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala Guerrero. La protesta de Santillana, un hombre de ascendencia indígena otomí, se lleva a cabo, aun con amagos de la policía para desalojarlo del sitio donde acampa, en el Katharine Hepburn Garden (342 East 47th Street, NY), ubicado enfrente del edificio de las Naciones Unidas (ONU) en la ciudad de Nueva York.
Antecedentes:
La masacre y desaparición forzada de los estudiantes de Ayotzinapa tuvo lugar hace más de un año, y se ha comprobado la complicidad del gobierno y los policías mexicanos a nivel local, estatal y federal, junto con miembros del batallón 27 del Ejército Mexicano, sin ninguna verdadera consecuencia para todos los criminales hasta la fecha. En protesta por ello, Leobardo Santillán comenzó el lunes pasado (3/21/16) una huelga de hambre de 10 días de duración frente a la ONU en la ciudad de Nueva York.
“Peor que este frío y peor que Peña Nieto es la indiferencia de los mexicanos”, dice este ex marino mexicano que viene aquí en solidaridad con el señor Antonio Tizapa, padre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, quien ha estado exigiendo en Nueva York durante más de un año el retorno con vida de su hijo y de los 43 estudiantes que fueron secuestrados el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, así como la solución penal a las desapariciones y masacres que son crímenes de estado y que siguen sin resolverse, tales como los casos de Acteal, Aguas Blancas, El Charco, Tlataya y Ayotzinapa, por nombrar algunas, así como los asesinatos de miles de mujeres en Ciudad Juárez y otras ciudades de México, y más de 15 asesinatos impunes de periodistas en Veracruz, entre otros casos sin resolver.
La huelga de hambre busca asimismo concientizar al pueblo estadunidense y a sus legisladores para que tomen en cuenta los cientos de millones de dólares que el gobierno de Estados Unidos entrega al presidente de México, Enrique Peña Nieto, a través del “Plan Mérida” para equipo militar que es usado por el Ejército y la Policía contra civiles mexicanos, lo que constituye una violación absoluta a los derechos humanos.
Al huelguista Santillán y al señor Tizapa los han acompañado todos estos días frente a la ONU la gente de la comunidad inmigrante mexicana en Nueva York, colectivos de activistas que luchan por Ayotzinapa en Estados Unidos y sus partidarios estadunidenses. Aunque lo ha intentado, la policía no lo ha podido mover de su campamento en el Katharine Hepburn Garden■