De La Redacción
Para los estudiantes sin embargo, estos resultados del referido estudio no sorprenden asegura la fuente, ya que muchos de los alumnos de la UC se han quejado pero sus reclamos, hasta años recientes, habían caído en oídos sordos, al parecer.
El estómago y la cabeza van más juntos de lo que comúnmente se piensa, sobre todo cuando se trata de los estudiantes; y más aún cuando se trata de estudiantes universitarios, en este caso de las universidades públicas de California, muchos de los cuales se hallan con frecuencia “hambreados y mal comidos”, dice la investigación, Acceso y Seguridad Alimentaria, realizada por la Universidad de California (UC), y dada a conocer por el periódico La Opinión de Los Ángeles.
“Los latinos y afroamericanos sufren el doble por no tener el acceso garantizado a la comida, pasan hambre o mal comen, lo que en ocasiones causa que no puedan concentrarse en sus estudios”, sostiene la fuente, y como es sabido, esto tiene un efecto pernicioso en su ulterior desarrollo profesional en el seno de la sociedad.
El año pasado uno de cada cinco estudiantes de la UC pasaron hambre, afirma el estudio, resultado de una encuesta realizada en la primavera de 2015 entre 9 mil alumnos de la UC, pues “cada 10 semanas –los estudiantes- podían tener un máximo de 55 comidas, cada una de ellas con un costo promedio de 9 dólares”.
Pero eso no es todo. Por si fuera poco, el estudio afirma que en total el año pasado en total el 42 por ciento de los alumnos de este sistema de universidades públicas de California “sufrieron inseguridad alimentaria, 29% tuvieron dificultad para estudiar a causa del hambre; 25% se vio en la necesidad de escoger entre pagar la comida y hacer frente al gasto de vivienda y libros, y el 15% debió escoger entre pagar la comida o los medicamentos”.
Para los estudiantes sin embargo, estos resultados del referido estudio no sorprenden asegura la fuente, ya que muchos de los alumnos de la UC se han quejado pero sus reclamos, hasta años recientes, habían caído en oídos sordos, al parecer.
Las diez universidades que componen este sistema de UC en el estado cuenta con una matrícula de 237 mil alumnos. Más de la mitad de ellos (60%) son estudiantes latinos y afroestadunidenses, quienes “experimentaron el doble de la tasa de inseguridad alimentaria que su contraparte de la raza blanca. Pero de acuerdo con la fuente, el problema es mayor entre los latinos, según opinó Guillermo Rogel, de la Universidad de California en Santa Cruz.
Rogel añade que muchos de estos estudiantes latinos se hallan “hambreados”, y que sobreviven gracias a solidaridad entre ellos, quienes comparten alimentos y otro tipo de ayudas. Pero afirma también que entre los estudiantes latinos existe el estigma de que no es bueno pedir ayuda: “No queremos que los demás se enteren”, sostuvo a la fuente.
De acuerdo con La Opinión, Janet Napolitano, ex gobernadora de Arizona y hoy presidenta de la Universidad de California, los hallazgos del referido estudio motivaron su intervención en este asunto. Según la fuente Napolitano aprobará 3.3 millones de dólares durante los próximos 2 años para atajar el hambre en los estudiantes de la UC, y “propiciar su acceso a comida nutritiva dentro y fuera de la universidad”.
Esta partida presupuestaria se repartió una asignaciones de 151 mil dólares para cada uno de los 10 campos universitarios, que se suman a los 75 mil dólares que se asignaron a cada universidad el año pasado para el mismo propósito. “La inseguridad es un asunto crítico no sólo en las campos universitarios sino también a través del país”, dijo Napolitano, quién fue también secretaria del Departamento de Seguridad Interna (DHS) entre 2003 y 2009,dice Wikipedia.
La presidenta de UC afirmó a la fuente que los hallazgos derivados de dic ha encuesta los obligan a “actuar con seriedad en soluciones de largo plazo para mejorar el bienestar de los estudiantes”, y dieron a conocer un plan basado en 5 puntos:
1. Ampliar y bodegas de alimentos de emergencia donde los estudiantes pueden ir por alimentos enlatados o empacados.
2. Registrar a más estudiantes al programa de asistencia nutricional de California CalFresh.
3. Ampliar los programas Borra el Hambre que permite a los estudiantes universitario donar los dólares sobrantes de su plan de comida para reducir el hambre en los campus.
4. Integrar la preparación y almacenamiento de comida en las nuevas viviendas estudiantiles.
5. Mejorar la comunicación sobre ayuda financiera y los costos de vivienda y comida.
Expertos en el tema se mantienen vigilantes ante anuncios de la UC sobre la materia, y se preguntan si este paquete de medidas y los 3.3 millones de dólares para los próximos dos años serán suficientes para acabar con el hambre entre los universitarios de este sistema de educación superior.
