“Estados Unidos es el país más poderoso del mundo. ¡Punto!”: Barack Obama

Michelle Obama y a su lado Óscar Vázquez. Foto: hollywoodlife.com

Primera Dama, Michelle Obama y a su lado Óscar Vázquez exdreamer. Foto: hollywoodlife.com

De La Redacción

En su último discurso dirigido a los estadunidenses, denominado el Estado de la Nación, el presidente Obama sentó las bases para una ambiciosa agenda, “no para el próximo año y meses” que le restan a su administración, sino “para los próximos cinco, diez años…, para el futuro”. No obstante, el presidente aceptó haber fallado en la intención de sanar el dividido sistema político, que frena el progreso y ha permeado de decepción su administración, aunque se desmarcó implícitamente del pesimismo de los republicanos, y dijo sentirse optimista.

En su discurso, el presidente Barack Obama comenzó estableciendo cuatro ejes fundamentales para el tiempo restante a su administración, representados en cuatro grandes preguntas para el futuro: cómo dar a cada persona la oportunidad y seguridad en una nueva economía; cómo hacer que la tecnología funcione para la gente y no al revés, incluso para resolver el cambio climático; cómo mantener seguro a Estados Unidos y ser líder del mundo sin volverse su policía, aunque dijo con un notable dejo de orgullo: “Estados Unidos es el país más poderoso del mundo. ¡Punto!”. Y cuarto, cómo hacer que el ámbito político refleje lo mejor y no lo peor del país.

Habló también del rescate de una economía sumida en la peor crisis de los últimos tiempos, desde la Gran Depresión, luego de siete años de su liderazgo, a pesar de las disparidades económicas persistentes en el ámbito doméstico.

Y en cuanto al proceso electoral que vive el país, dirigió sus flechas al precandidato puntero entre los republicanos que buscan la presidencia, Donald Trump, aunque sin mencionar su nombre. Fustigó los llamados del multimillonario neoyorquino, porque estigmatizan a toda una población musulmana, extranjera y doméstica, y se refirió a sus amenazas contra el llamado Estado Islámico., o ISIS.

Hizo también un llamado para poner fin al proceso conocido como gerrymandering, o redelinear los distritos electorales para asegurar la ventaja de una de las partes; y menicionó la reducción de la influencia del dinero o las grandes contribuciones secretas a las campañas, y facilitar –no entorpecer– el proceso del voto, en clara referencia a las decenas de ciudades donde los republicanos han modificado leyes para exigir más requisitos a los nuevos y actuales votantes. Obama pidió a los estadunidenses involucrarse más en la política y participar.

En su discurso, salpicado de coloquiales líneas de impregnadas de humor, Obama dijo además que Estados Unidos tiene una posición única para reunir a otros países y resolver los problemas mundiales, destacando su trabajo en la creación de un acuerdo nuclear con Irán, y la apertura de una nueva era en las relaciones con Cuba.

“50 años de aislar a Cuba no lograron promover la democracia y por eso restauramos relaciones diplomáticas, abrimos la puerta a viajes y comercio y nos posicionamos para mejorar las vidas del pueblo cubano”. Y exhortó al Congreso a que “reconozcan que la guerra fría se acabó. Levanten el embargo”. Así mismo, prometió que cerrará la prisión de Guantánamo antes de terminar su mandato.

Obama señaló además como otros de sus triunfos políticos haber presionado para alcanzar un acuerdo global en París, con el cual combatir el cambio climático, y haber abanderado los esfuerzos para detener la propagación del Ébola, y reducir la pobreza en países africanos así como la pandemia del Sida.

Otro logro de su administración, dijo, fue el de expandir el recorte de impuestos a los trabajadores de la clase media, y exaltó el apoyo bridado por el líder del Congreso ahí presente, Paul Ryan. Aun así reconoció algunos déficits de su administración, como no haber podido aún elevar el salario mínimo, ni revisar las leyes nacionales de inmigración, ni haber ejecutado medidas más estrictas o eficientes para el control de armas. Por cierto que respecto a la inmigración, esta fue la única vez que la mencionó en su discurso de una hora tres minutos, y lo hizo de manera pasajera o tangencial.

Desde luego, tampoco se refirió a las redadas ordenadas por su gobierno para dar prioridad a las detenciones de los centroamericanos –y mexicanos- recién llegados y arrestados en la frontera, sin la oportunidad de tener un debido proceso legal, o un día de corte, como marca la ley, antes de proceder a deportar a muchos de ellos ‘al vapor’. Vale anotar que se trata de migrantes que llegan a este país en busca de refugio o asilo político y humanitario, dejando atrás los peligros de un país sumido en una crisis humanitaria, en la que además sus vidas corren peligro en caso de regresar. Tampoco derramó lágrimas por los niños y madres y padres que sufren la separación familiar con estas deportaciones.

No obstante, sentado en primera fila, al lado de la Primera Dama, Michelle Obama, se hallaba Óscar Vázquez, un dreamer o ‘soñador que tuvo que abrirse paso, cuesta arriba, como brillante estudiante de ciencias que no podía ir a la universidad por ser indocumentado. Luego de salir a México y enfrentar serias dificultades finalmente regresó a este país y se dio de alta en el ejército, fue enviado a Afganistán, y ahora es ciudadano estadunidense.
Obama aprovechó la oportunidad para mencionar otro logro, la ley de salud conocida como Obamacare, que al momento, dijo, ha dado cobertura médica a 18 millones de estadunidenses. También mencionó que su administración puso fin a dos guerras, además de evitar otro conflicto con Irán, de insospechadas consecuencias, y aseguró que se reinventó el sector energético, se promovieron los derechos de las mujeres y de la comunidad gay, y se impulsó una nueva diplomacia internacional.

Así mismo exaltó el Acuerdo Transpacífico (ATP), que cuenta con gran respaldo de los republicanos y de la cúpula empresarial, aunque genera mucha división dentro del Partido Demócrata, su propio partido.

Otro tema ausente en el discurso de Obama, además de las referidas redadas, que alcanzan ya más de 2.5 millones de deportaciones en lo que va de sus siete años como titular del ejecutivo, fue el gran movimiento nacional detonado por la violencia policiaca contra afroestadunidenses. Tampoco mencionó la venta récord de armas al mundo entero y en este país, muchas de las cuales han sido robadas y encontradas en muchos asesinatos de civiles y policías■

El discurso, tomado de la Casa Blanca

https://youtu.be/cCXSO-3mt5I
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