El nuevo alcalde de Nueva York ha anunciado planes para la educación preescolar universal en esa ciudad, como parte de una serie de reformas al sistema de educación local, con lo cual se suma a un puñado de ciudades de Estados Unidos que hacen el preescolar gratuito más accesible para las familias. Para acometer tan monumental tarea, considerando que el sistema escolar de Nueva York es el más grande de la nación, el alcalde nombró a una respetada educadora, Carmen Fariña, para que dirija ese sistema escolar. Se sabe que la educación preescolar ayuda a los niños a tener éxito en la escuela y a graduarse de la preparatoria. Aun así, los preescolares se encuentran entre los más afectados por los recortes al gasto federal y estatal. En este programa, el director de Noticias de Radio Bilingue, Samuel Orozco entrevista a la alta funcionaria escolar escogida por de dicha administración municipal, quien detalla los planes de la ciudad de Nueva York para aumentar la inversión en servicios y programas de enseñanza a los niños desde su primera infancia. Este programa es parte de nuestra serie Diploma en Mano.
Se trata de Carmen Fariña, quien se inició en el sistema escolar estadunidense, donde aprendió, entre otras cosas, el idioma inglés desde la escuela elemental.
“Yo nací aquí en Estados Unidos, pero en mi casa solamente hablaban español. Y cuando empecé la escuela, a la edad de cinco años, en las primeras semanas las maestras rehusaban llamarme por mi nombre. Y como yo no entendía, yo no levantaba la mano para contestar las preguntas. Y pase el primer año en la escuela sufriendo bastante, porque era la única que hablaba español, no tenía con quien hablar, y la maestra no lo hizo muy fácil para mi”, dijo Fariña al comienzo de la entrevista. Esta esta experiencia motivó a la maestra a dedicar sus mejores esfuerzos para cambiar la situación de muchos niños y niñas inmigrantes, dijo, que pasan por la misma situación que ella pasó cuando llegan recién a este país. “Para que a cualquier inmigrante que venga a las escuelas lo traten con más respeto, por lo menos que hablen el idioma de los chiquillos cuando pronuncien su nombre… Y yo le prometía aquí a los padres de familia en Nueva York que los maestros van a pronunciar los nombres como se los dieron sus padres”.
Es de todos sabido el alto índice de deserción escolar que sufren los estudiantes latinos, uno de los grandes problemas de esta comunidad. Estos jóvenes no llegan a graduarse de la preparatoria en su inmensa mayoría, y muchos, menos aun de la universidad. Esta crisis de la deserción ocurre en todo el país, y Nueva York no es la excepción. El tema ha sido abordado desde hace muchos años, décadas quizás, dice Samuel Orozco. Y pregunta: ¿Qué ha fallado?
“Pues, yo creo que falló la conexión entre las familias y las escuelas. Tenemos que tener los padres más conectados con las escuelas, y mientras no les hablemos en su idioma, no les expliquemos las cosas más racionalmente… tenemos que abrirles las puertas a los padres, los tenemos que educar en cómo pueden ayudar a los chiquillos en casa”, dice Fariña, quien agrega: “Yo por ejemplo, espero dar muchas más conferencias en la ciudad de Nueva York, y hacerlo en su idioma”. La maestra aclara que “no sólo se trata del idioma español, sino que se necesita acercarse a las familias en chino, urdu, etcétera, los idiomas que se hablan en esta ciudad”, donde sólo el 51 por ciento de la población habla sólo inglés y se hablan unos 800 idiomas, según estudio de The New York Times.
“Y no solamente hablarles, sino escuchar a los padres, escuchar lo ellos quieren. Esta semana (mediados de enero de 2014), me reuní por lo menos con unos 100 padres, y todos tienen otra idea de cómo quieren ayudar a las escuelas y qué quieren que hagan las escuelas.Y todo esto nosotros tenemos que escuchar, y después emplearlo de alguna manera”.
La maestra Carmen Fariña es de ascendencia española, cuyo padre fue carpintero y su madre ama de casa, y hoy es la titular en jefe del gobierno escolar de la ciudad de Nueva York, el mayor distrito escolar de toda la nación, con más de un millón cien mil estudiantes de educación media y elemental.
Con el arribo de Bill de Blasio, el nuevo alcalde de la ciudad de Nueva York, un político de corte progresista que prometió instaurar la educación preescolar gratuita, la maestra Fariña es la encargada de hacer realidad esta promesa, para lo cual, dice, habrá muchos cambios. En Nueva York hay una ley que garantiza el derecho a ir a la escuela a todos los niños de cuatro años. Pero, ¿En qué estado se encuentra actualmente la educación preescolar en Nueva York?, pregunta Orozco.
“La ley hasta ahora no insiste que los niños de cuatro años tienen que estar en la escuela. La ley ahora establece que debe ser de cinco años para arriba, y solamente si los padres lo quieren hacer”, dice Fariña. “Para nosotros, empezar a los cuatro años va a ser una cosa muy diferente, de lo que ha existido hasta ahora. La mayoría de los niños de cuatro años no están en las escuelas; están en algo que le llamamos CBO, que es una compañía que en cada barrio es diferente”. Se trata de compañías que ofrecen enseñanza a los niños, aunque se trata más bien de cuidarlos, como lo hacen las guarderías, aclara la profesora.
“Nosotros lo que queremos cambiar es que todos los chiquillos que quieran ir a la escuela a los cuatro años, van a estar con maestros y maestras bien preparados, que tienen licencia, y que les van a dar enseñanza”, y no sólo a cuidarlos, dice. “Lo que sabemos ahora es que la mayoría de los niños que vienen con otros idiomas, donde más problemas tienen es en usar palabras más difíciles en inglés. Lo que llamamos aquí language development”. Anuncia que los cursos que se van a empezar a impartir en Nueva York a estos niños de prekinder, a través de los maestros mejor preparados, son de un nivel un poco más alto. “Ninguna maestra va a enseñar en esos grados, sin una preparación. Porque enseñar a niños de cuatro años no es igual que enseñar a un niño de seis años. Tenemos que jugar, tenemos que enseñarles canciones, y otras cosas que los preparen mejor para estar en la escuela”.
Sabemos que en estos momento en el país hay pocos modelos a los que se puede voltear a ver, señala Orozoco. ¿Tiene algunos modelos en mente, algunos lugares en donde esté funcionando bien este tipo de educación?
“Sí. Ahora en Nueva York tenemos varios prekinders que ya existen, y ya les preguntamos para que nos digan dónde están las mejores maestras y los directores”, responde la maestra. Y agrega que también visitaron otros estados del país que ya han implementado estos programas, aunque no para toda la población. “Lo que estamos haciendo diferente aquí en Nueva York, es que estamos prometiendo que vamos a hacerlo con un número de niños mucho mayor. Lo que vamos a enseñar, es que los padres también van a ser parte de la educación”. Fariña afirma que cada programa va ir acompañado de sesiones de enseñanza tanto para los padres como para los niños. “Eso va a ser una cosa bastante diferente de lo que existe ahora”, sostiene la alta funcionaria de educación.
De acuerdo con los planes del alcalde de Blasio, toda esta ampliación de la enseñanza preescolar será posible gracias a un alza de los impuestos al ingreso de los más pudientes en la ciudad de Nueva York. Pero esta reforma deberá ser aprobada antes por la legislatura estatal, lo que no resulta fácil, apunta Orozco. ¿Qué le hace pensar que hay voluntad entre los políticos en Albany (capital del estado de NY) para apoyar esta iniciativa?
Fariña se deslindó de la política y dijo que ella estaba al cargo de la educación: “Lo que yo puedo decir es que un niño bien educado, ayuda a todos; los que son negociantes, los que son dueños de casa, los que son presidentes de las corporaciones, todos van a salir adelante si tenemos los niños mejor educados. Pero yo tengo que hacer mi trabajo, y el alcalde tiene que hacer el de él”.
¿Cómo siente el ambiente entre la opinión pública… siente que reciben con aceptación este mensaje que usted nos está enviando?
“Mira, yo estoy en un punto, en mi educación y con mi edad… trabajé en este sistema 45 años. Así que soy bastante bien conocida por mucha gente; por maestros tanto como por ciudadanos y como por los políticos. Lo que tengo a mi ventaja, es que cuando yo hago promesas, yo salgo con esas promesas. Y por ahora mi trabajo es tratar de vender esos programas… O sea que la promesa que yo le hago a los ciudadanos en Nueva York, es que no vamos a parar hasta que tengamos cumplidas las promesas que hicimos”.
A Fariña le tocará poner en práctica el nuevo plan de estudios bajo el método de los Estándares Comunes, los Common Core Standars. Y se ha manifestado en favor de esta reforma educativa, dice Orozco. ¿Qué es lo que más le entusiasma?
“Lo que yo creo, es que mucha gente que no está de acuerdo –con dichos estándares-, es porque no entienden lo que es. Por ejemplo, el common course dice que todos los chiquillos en cierta edad, empezando en tercer grado, tienen que poder presentar sus ideas frente a un grupo de gente. A mi eso me parece buenísimo. Si vamos a tener un país de ciudadanos que entienden las cosas y que van a ponerse al frente para cambiar al mundo, esta gente tiene que aprender a hablar. Y en muchos de los cursos que teníamos antes, las maestras hablaban, pero los niños no”.
Fariña dijo además estar de acuerdo en que hay muchas cosas que tienen que ser reformadas en la escuela, pero que lo que pasó con dichos estándares es que estos programas fueron impuestos como una ley, y que por eso muchas personas no entendieron lo que había que hacer; y entonces se asustaron, por no tener la práctica. “Ahora les estamos diciendo, enseñado a las maestras, cómo pueden aplicar esto en maneras razonables, y que nosotros les podemos ayudar”.
Una preocupación muy grande es que los estudiantes latinos, y los que aprenden inglés se quedan atrás en los planes de lanzamiento de estos estándares. ¿Qué hará usted para asegurar que estos estudiantes estén en la primera fila en este nuevo plan de estudios?
“La primera cosa es que esos estudiantes deben tener los mejores maestros”, reitera la profesora, quien agrega que en el pasado no siempre fue se puso a los niños con las mayores necesidades en manos de los mejores maestros. “Por eso es que nosotros empezamos a pensar de otra manera. También el gobierno local de Nueva York ahora está pensando que, como ocurre en muchas partes del mundo, se están impartiendo los cursos que se llaman duo languages, donde se hablan dos idiomas en la clase, empezando a los cinco años”. Y asegura que ahora existe casi el doble de alumnos bajo estos programas duo languages que los que había hace cinco años. “Yo espero seguir con esto adelante, para que los niños que vengan con otros idiomas… Mira, ahora tenemos chino-inglés, coreano-inglés…, tenemos griego, hay una escuela aquí que están aprendiendo griego y el gobierno de Grecia está pagando. Nosotros estamos también aquí trabajando con el Instituto Cervantes, de España, y están haciendo muchas cosas en nuestras escuelas. También yo ahora, en mi nueva posición espero hablar con padres en toda la ciudad. Ya tengo citas, particularmente en los sitios latinos, para explicar a los padres lo que está pasando, y dar clases a los padres sobre cómo pueden ayudar a los chiquillos en casa. Así que espero que las cosas van a ser un poco diferentes, porque la pasión que tengo yo espero que toda la gente la tenga”.
Ahora, los distritos más pobres, maestra, son los que siempre terminan batallando más para cumplir con los objetivos de los planes de la enseñanza, apunta Orozco. Por falta de capacitación de sus maestros, por falta de recursos, en fin…, dice. ¿Contarán estas escuelas, estos distritos, estos educadores con los recursos suficientes? ¿Qué planes tiene usted para balancear, para nivelar allí el terreno?
La maestra explica que en muchos lugares están celebrando contratos, con una entidad llamada CBO, Community Base Organization. “Las escuelas de 9 (am) a 3 (pm) no pueden hacer todo el trabajo. Entonces estamos mirando qué programas ahora, particularmente para los niños de la edad de 11 a 14 años… Cómo podemos tener las escuelas abiertas hasta las seis o siete de la tarde. Qué clase de ayuda les tenemos que dar a esa edad. Mucha tiene que ser de cosas con las que se diviertan: de bailes, de canciones, de guitarras… Tenemos que mirar la escuela no como un sitio a donde se va solamente a aprender cosas escolares, sino a donde va… Por ejemplo, si necesitan dentistas, enfermeras…, mucha gente no va a la escuela porque se enferma, tenemos muchos chiquillos, particularmente latinos, con asma. Cómo podemos hacer junto con los hospitales, además de las escuelas para poder ayudar al chiquillo con su cuerpo entero, no solamente la cabeza sino el cuerpo también”. Y dijo que eso es lo que el sistema de educación de la ciudad de Nueva York va a comenzar a poner en práctica, poco a poco, pero enfocándose en los vecindarios de la ciudad donde existe mayor necesidad. “Recibí una carta de un doctor muy famoso de España que ahora está trabajando en el (hospital) Mount Sinai; quiere trabajar solamente en los sitios latinos, con chiquillos que padecen del corazón. Y ahora ya lo traje aquí y estoy hablando con alguien a ver cómo podemos trabajar. La enseñanza en Nueva York va a cambiar si toda la gente se pone a ayudar”, advierte Fariña. “Eso no es un trabajo sólo de maestros y padres. Es de maestros, padres, corporaciones, museos… toda la gente tiene que ayudar”.
Si la participación de la comunidad en pleno, lo que incluye a todos los miembros de la familia, es necesaria para implementar los ambiciosos planes educativos de la educación prekinder y los Estándares Comunes de los que habla Fariña, Orozco pregunta: ¿Cuáles son los planes para facilitar la referida participación de la familia latina?
“Aquí tenemos un grupo que se llama CEC, es un grupo que en cada parte de la ciudad, y hay 32 zonas, hay un grupo de padres que ayudan a dar opiniones”, explica la maestra, y señala que en los últimos años estos padres no hablaban mucho con el Canciller de Educación. “Yo voy a empezar esta semana a encontrarme con todos los presidentes de los CEC; y después que me encuentre con ellos, pienso ir en junio, a todas partes de la ciudad donde esos padres se van a juntar, para escuchar lo que ellos quieren, cómo ellos pueden ayudar y cómo yo puedo ayudarlos a ellos. Vamos a tener una manera muy organizada, para hablar con muchísima gente”. Fariña afirma que también ha recogido ya la opinión de la clase política de la ciudad, pero que “ahora quiero oír de la gente, pues para mí, son los padre lo más importante”.
Recapitulando: ¿El plan consiste en ofrecer educación preescolar universal?
Fariña: “Si. El plan es también tener bastantes sillas, pero no todos los programas van a estar en la escuela. Como digo, tenemos esto que se llama CBO, que están fuera de la escuela pero las maestras en esos sitios van a tener la misma experiencia, la eficiencia que tienen los maestros en las escuelas públicas”.
En estos momentos del plan las dificultades seguramente van a ser encontrar a los maestros y maestras preparados, ¿No es así?
“Vamos a hacer una alianza con varias universidades de Nueva York, para que ellos durante el verano vean la enseñanza que nosotros consideramos importante, para que esos maestros lleguen preparados”, responde.
¿Para cuándo piensalanzar este plan, para cuándo cree que lo tendría preparado?
Carmen Fariña dice estar pensando lanzar las primeras partes del plan en septiembre. Y concluye la entrevista reiterando que lo más importante para ella es que aunque quizás los padres no fueron a la universidad, todos los padres son las personas más importantes para sus hijos. “Mi padre nunca salió más allá del tercer grado, y sin embargo fue la persona más lista que yo conozco. Y es muy importante que los padres lean en casa, enseñen a los chiquillos la importancia de la educación; que aseguren que los chiquillos vayan a la escuela todos los días, y que el padre sea el primer ejemplo de lo que es una persona educada. Educada no quiere decir que terminaste el colegio, sino que quiere decir que le das importancia a la educación”, concluyó enfática la maestra Carmen Fariña, responsable en jefe del ambicioso programa preescolar que inaugurará si lo aprueba la Legislatura de Nueva York.
Este programa es parte también de American Graduate, Let’s Make ii Happen, una iniciativa de los medios públicos para tratar la crisis de la deserción escolar, con el apoyo de la Corporación para la Difusión Pública.
Redacción: Marco Vinicio González
Fotos: Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York