Noticiero Latino
De la Redacción
Simplificar regulaciones vigentes para disminuir rechazos de bancos e instituciones financieras a familias que reúnen los requisitos que impone el gobierno federal para comprar casa fue parte medular del discurso sobre la reestructuración del sector hipotecario que el presidente Obama dio ayer en Phoenix, Arizona, como parte de una serie de intervenciones sobre política económica que el mandatario estadunidense viene realizando durante el mes de agosto, reporta Prensa Asociada (PA).
El mandatario propuso también medidas encaminadas a ayudar a más propietarios de vivienda a refinanciar su propiedad, y recuperar vecindarios azotados por embargos y remates hipotecarios así como ofrecer más viviendas de alquiler a precios accesibles para quienes no deseen o no puedan comprar una propiedad.
Construir un mejor sistema que posibilite el ‘sueño americano’ de tener casa propia y balancear la disparidad entre los propietarios de los distintos grupo que habitan en el país fue otra de las metas planteadas por Obama; hasta el año pasado, sólo 46 por ciento de los latinos eran dueños de vivienda mientras que los miembros de la raza blanca o caucásicos representaban el 73% de los propietarios, dice un reciente estudio del Consejo Nacional de la Raza y del Centro para el Progreso Estadunidense.
Parte importante del mensaje de Obama en Phoenix -uno de los epicentros de la crisis hipotecaria- fue también proponer al Congreso el cierre de Fannie Mae y Freddie Mac, rescatado por el gobierno federal en 2008 con 187 mil millones de dólares del contribuyente, para preservar la oferta de hipotecas a 30 años y con interés fijo, y evitar que surgiera nuevamente otra burbuja hipotecaria como la que indujo a la recesión global en 2006.
A través de la Administración Federal de Vivienda y de las instituciones financieras que respaldan créditos hipotecarios de la banca, Fannie Mae y Freddie Mac, el gobierno federal garantizó el 87 por ciento de los nuevos préstamos hipotecarios el año pasado; es decir, la creación efectiva de los términos y la disponibilidad del dinero para nueve de cada 10 compras de viviendas y préstamos refinanciados en este país. Mientras que la nacionalización provisional del financiamiento a la vivienda se ha endurecido como uno de los legados más perdurables de la Gran Recesión, dice por su parte The New York Times.
Obama quiere construir un mejor sistema de financiamiento para que los habitantes de esta nación alcancen el ‘sueño americano’ de poseer una casa propia, por lo que envió un modesto mensaje de aliento y de progreso.
«Creo que nuestro sistema de alojamiento debe operar cuando hay un papel del gobierno limitado y los préstamos privados deben ser la columna vertebral del mercado de la vivienda», dijo Obama según el Times.
Durante los últimos años el gobierno federal le ha dado buena participación a las organizaciones sin fines de lucro, como la subvención de 137 millones de dólares que el gobierno federal destinó en 2010 a una coalición de 13 organizaciones latinas para recuperar mil 800 viviendas que habían sido rematadas en ocho estados y en el Distrito de Columbia, sostiene la fuente.
Pero a pesar del rescate a la banca, en la actualidad los bancos persisten en solicitar como cuota inicial para la compra de una casa, el 20% del costo total del inmueble, en promedio, constituyéndose esto en el principal obstáculo que enfrenta la comunidad latina para aprovechar las bajas tasas de interés, ya que resulta un monto inaccesible para muchas de estas familias mayormente con bajos y medianos ingresos.
Y aunque en su discurso Obama prometió un mejor funcionamiento de la industria hipotecaria y su financiamiento, no obstante varios líderes latinos que presenciaron el discurso del presidente en Phoenix dijeron a AP que les habría gustado escuchar más detalles sobre la forma como la política del gobierno en este rubro va a afectar a los latinos de ingresos medio y bajo, que fue el grupo más afectado por las numerosas ejecuciones hipotecarias a partir del 2006.
Este discurso va también encaminado a preparar el terreno para las próximas negociaciones sobre el incremento al tope de la deuda pública y el financiamiento del gobierno federal, que tendrá ocupadas a ambas cámaras del Congreso a su regreso de este receso de verano, en septiembre, afirman algunos expertos.
