Manifestantes rechazan la presencia de
Trump en San Diego y la existencia del muro fronterizo.
Durante su primera visita como presidente a California, Donald Trump observó los ocho prototipos de muro fronterizo, habló con militares y empresarios, censuró las políticas santuario del estado y recaudó cinco millones de dólares para el partido republicano. Pero no dedicó ni un minuto para conversar con representantes de comunidades fronterizas de ambos países, señalan sus críticos. En San Diego, Manuel Ocaño cubrió la visita y tiene los detalles.
Se escuchan consignas… ¡No al muro!..
Congresista federal demócrata de San Diego, CA, Juan Vargas.
Con este reclamo, más de un centenar de residentes en Otay Mesa, en la frontera de San Diego, recibió a la caravana de autos blindados que llevaron al presidente Trump a inspeccionar los ocho modelos o prototipos del muro que prometió durante su campaña.
Más consigna… ¡No al muro, no al fascismo!
Llegaron funcionarios como el congresista demócrata, Juan Vargas, de San Diego, con el enojo a flor de piel. Es tajante:
“Que se largue, que aquí no está bienvenido”
Lo mismo piensa Pedro Ríos, director del Comité de Amigos Americanos de San Diego, uno de los más destacados grupos pro inmigrantes del área.
Pedro Ríos, director del Comité de Amigos Americanos de San Diego
“Donald Trump es una persona non grata… we don’t want him here, no lo queremos ni lo necesitamos aquí”
Un grupo más pequeño, en su mayoría de raza blanca y adultos mayores llegaron para apoyar a Trump.
Consignas pro Trump…
Pero el rechazo fue generalizado entre los grupos religiosos, activistas y organizadores comunitarios e inmigrantes más importantes del área.
Consigna anti Trump…
Ajeno a ambos grupos y con hileras de camiones de carga que impidieron verlo en ambos lados de la frontera el presidente caminó por entre las muestras donde insistió en la urgencia de construir su muro:
“Si no tenemos un sistema de bardeado, no vamos a tener un país. Tienen muchos problemas en México”
El presidente se refirió a la frontera entre Estados Unidos y México, donde conviven cerca de 30 millones de personas, como si fuera una tierra de narcotraficantes.
“The cartels are fighing the cartels…”
Cierran el paso a la ruta por donde pasará el presidente.
El presidente dijo también que en la frontera hay una guerra de carteles y se necesita un muro para ver hacia México pues esa guerra se puede librar a dos pies de distancia del muro.
Los críticos de Trump como el legislador federal Juan Vargas, señalan que el presidente en realidad desconoce la vida en la frontera, las relaciones bilaterales y los valores locales.
“Aquí nosotros tenemos amigos en ambos lados de la frontera; lo que queremos es abrir los muros que tenemos, queremos que la gente pase más rápido, no cerrar, él no conoce la frontera”, dijo Vargas.
Manifestantes repudian la visita de
Trump y expresan su orgullo mexicano.
México es el principal socio comercial de California. Por las dos garitas de San Diego cruzan diariamente más de 140 mil autos y peatones, y miles de camiones de carga con toneladas de mercancías. Este intenso intercambio comercial sigue uniendo a las comunidades, destaca Uriel González, director de un refugio para migrantes menores de edad en Tijuana.
Por otra parte, desde hace más de 25 años ya construyeron un muro que cubre 740 millas en varios tramos fronterizos de cuatro estados, y cuando menos más de siete mil 500 migrantes han perdido la vida. Y esta crisis humanitaria es ignorada por Trump y los políticos que insisten en su proyecto de muro, afirma el veterano organizador Pedro Ríos:
“Toman decisiones sin consultar con nuestras comunidades y por eso tenemos los muros que tenemos, las políticas que afectan tanto a nuestras comunidades”■
