Mendota, un empobrecido pueblo en el Valle Central de California sirve a últimas fechas de albergue de emergencia para menores migrantes que viajan no acompañados desde Centroamérica al ser liberados en la frontera. Y es que Mendota es casa de una importante población de familias centroamericanas que en el transcurso de los años se han asentado aquí atraídas por el trabajo del campo. Madi Bolaños, reportera de la radio pública KVPR y parte de la Colaborativa de Noticias del Valle Central, visitó dicho poblado, platicó con un joven que llegó hace cinco años, y nos cuenta su historia.
Cuando tenía 16 años, Marvin Cornejo dejó el pequeño pueblo de Azacualpa, Departamento de Chalatenango en El Salvador. Sin compañía de un familiar adulto cruzó por México y lo detuvieron en la frontera sur de Estados Unidos. Cuando lo liberaron se reunió con su padre en Mendota, población agrícola de 11 mil habitantes. Se sorprendió lo mucho que se parecía a su ciudad natal y de inmediato se puso a trabajar.
“Aquí llegue el 2016 y conseguí un trabajo en los campos agrícolas con mi papá”
Sin embargo, en California los jóvenes menores de edad tienen la obligación de estudiar hasta los 18 años. Marvin se inscribió en la escuela y le encantó.
“Le mostraba a mi papá, ‘Oye, mira, obtuve una A’. O también le decía, ‘Oye, mira, estoy pasando la clase’”
Pero Marvin no es el único caso. Cinco años después de su llegada a Mendota líderes y defensores locales esperan a más menores centroamericanos no acompañados. Katherine Krassilnikoff es abogada de Kids in Need of Defense, la única organización en el condado de Fresno que brinda servicios legales gratuitos.
“En este momento parece aumentar. Son flujos y reflujos, pero en realidad esperamos que en los próximos meses aumente más”
Según datos federales, el mes pasado en el condado de Fresno aumentó de setenta y cinco a ciento doce el número de menores no acompañados. Krassilnikoff dice que no sabe cuántos se quedaron en Mendota, pero no son pocos.
“Siempre hemos tenido números realmente altos en Mendota y eso se debe a que las causas fundamentales de la migración no van a desaparecer. Sólo están siendo amplificadas«
Esto, lo han notado los funcionarios escolares de Mendota. Dicen que el año pasado 14 se matricularon en sus escuelas, como en los últimos años a pesar de los números récord de menores que llegaron a la frontera; pero sospechan que muchos no se matricularon porque no tenían clases en las escuelas por la pandemia.
Manuel Bautista es director de Servicios de Instrucción del Distrito Escolar. Asegura que se están preparando para ayudarlos cuando empiece el nuevo ciclo escolar.
“Nuestro objetivo es integrarlos en los salones de clase y en todas nuestras diferentes actividades para que tengan las mismas oportunidades, pero entendiendo que también necesitan apoyo adicional”
A pesar de esta bienvenida a Rolando Castro, alcalde de Mendota, le preocupa que no haya suficientes viviendas o trabajos agrícolas para los nuevos residentes, especialmente por la actual sequía.
“¿Habrá algo para ellos? Y si no encuentran trabajo… ¿Qué haces? Ya sabes, el pueblo es pequeño, no hay muchas opciones y no hay trabajo”
Por su parte, Marvin Cornejo está pendiente de los nuevos menores migrantes. Sabe que como él, enfrentaran muchos retos para adaptarse a la vida en Mendota y se ofrece como voluntario para orientarlos. Esta es su frase favorita que muy a menudo se recuerda a sí mismo:
“Va a ser muy difícil. Por favor, no te rindas”
En tan sólo 5 años Cornejo logró que le dieran asilo. Ahora estudia una licenciatura en química en la Universidad Estatal de California en Fresno, pero su meta es graduarse como doctor en medicina familiar.