A pesar del llamado de unidad del presidente Joe Biden para tener un plan de infraestructura social listo antes de viajar a la cumbre climática, su ambiciosa agenda económica sigue a la deriva. Y a pesar de los avances, demócratas conservadores y progresistas todavía muestran profundas diferencias en el gasto social. Por otra parte, si bien la versión negociada de dicho gasto, por 1.85 billones de dólares incluye 100 mil millones para inmigración, su futuro dependerá de un nuevo dictamen de la parlamentaria del Senado. Con los detalles desde la ciudad de Washington, José López Zamorano.
Desde la Basa Blanca, después de haber retrasado su viaje a Europa y cabildeado personalmente en el Capitolio, el presidente Biden implora a los demócratas apoyar su agenda legislativa.
“Es una agenda por la que votaron 81 millones de estadunidenses. Sus voces merecen ser escuchadas, no ignoradas. Si hacemos estas inversiones nada podrá detener al pueblo estadunidense”, dijo Biden.
En juego se encuentra el control político del Congreso en 2022, la sucesión presidencial en 2024 con Donald Trump al acecho y las elecciones especiales en Virginia y Nueva Jersey la próxima semana.
Pero los senadores centristas, Joe Manchin de Virginia del Oeste y Kyrsten Sinema de Arizona declinaron respaldar abiertamente el acuerdo marco, de 1.85 trillones de dólares de gasto social, mientras que 40 demócratas progresistas de la cámara baja declinaron votar por el plan de infraestructura física a menos que haya un voto del paquete social, obligando a la líder de los demócratas, Nancy Pelosi, a posponer el voto del plan de infraestructura por tiempo indefinido.
El representante dominicano americano, Adriano Espaillat, miembro de la fracción progresista de la cámara baja dejó en claro que su grupo no confía en los senadores centristas Joe Manchin y Kyrsten Sinema.
“Queremos tener garantías que cualquier cosa que incluya el paquete social no va a ser secuestrado por uno o dos senadores, que el paquete se apruebe y que el presidente tenga la victoria que se merece”
Pero por lo pronto Biden llegó a la reunión del grupo de los 20 en Roma y a la conferencia internacional de cambio climático de la ONU en Escocia con las manos vacías.
El acuerdo en principio anunciado por el presidente incluye alrededor de 555 mil millones de dólares para combatir el cambio climático; 300 mil millones para educación preescolar gratuita durante 6 años; 110 mil millones para crear nuevas cadenas de abasto doméstico; 105 mil millones de dólares en respuestas de emergencia a desastres naturales.
También incluyó 100 mil millones de dólares para reformar el sistema de migración, y sin embargo su destino es incierto toda vez que la más reciente versión, que incluye protección contra las deportaciones y permisos de trabajo durante 10 años para Dreamers y trabajadores esenciales no ha sido aprobada todavía por la experta parlamentaria del Senado.
Entre tanto, activistas de organizaciones pro migrantes del área metropolitana de Washington marcharon nuevamente hacia el Capitolio para exigir a los demócratas que cumplan su promesa de una reforma migratoria, con o sin la bendición de la experta parlamentaria.
«Muchas de nuestras organizaciones han tocado puertas para que ellos puedan estar gobernando en este momento y no es justo que después de tantas promesas no las cumplan«, dice una manifestante.
Ante la desconfianza mutua entre los demócratas progresistas de la cámara baja y los senadores centristas del Senado, la agenda del presidente quedó por el momento en la indefinición. Sin embargo, su liderazgo todavía confía en lograr un acuerdo en los próximos días, y reconocen que un fracaso podría ser catastrófico para el futuro electoral del Partido Demócrata.
Para la Edición Semanaria de Noticiero Latino desde Washington, José López Zamorano.
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