Por Anna Gorman, Kellen Browning y Ana B. Ibarra
Políticos, proveedores de atención médica y defensores de los consumidores en California tuvieron ásperas críticas para el flamante proyecto de ley de salud del Senado revelado el jueves 22 de junio, argumentando que podría hacer que la cobertura sea inaccesible para los residentes más pobres, a la vez que recortaría impuestos para los ricos.
«Este proyecto no es un proyecto de atención de salud”, dijo Ed Hernández, demócrata y presidente del comité de salud del Senado estatal. «Este es un proyecto de ley de impuestos que beneficiaría a los individuos más ricos a expensas de aquellos que más necesitan atención de salud: los trabajadores pobres y los adultos mayores».
El gobernador demócrata, Jerry Brown dijo en un mensaje en Twitter que el proyecto de ley tenía el mismo «olor fétido» del proyecto de ley aprobado por la cámara baja el mes pasado: «Millones perderán cobertura de atención médica, mientras que los millonarios ganarán… El pueblo estadunidense merece algo mejor».
El proyecto de ley, de 142 páginas revelado el jueves por la mañana, reemplazaría a la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA) y rechazaría los impuestos establecidos para pagar por muchos de los beneficios de la ley. La legislación propuesta también reduciría de manera significativa los fondos para el Medicaid, el programa para las personas de bajos ingresos, y eliminaría gradualmente la expansión masiva del programa, que se inició con ACA.
También limitaría la elegibilidad para obtener subsidios en forma de créditos impositivos para comprar seguro de salud en los mercados federal y estatal, y permitiría a las aseguradoras cobrar a los adultos mayores hasta cinco veces más que a los consumidores más jóvenes, comparado con tres veces más bajo ACA.
El proyecto de ley del Senado es sustancialmente similar al aprobado por la Cámara de Representantes el mes pasado, pero difiere en algunos aspectos clave. La medida del Senado propone, por ejemplo un calendario más lento para la eliminación gradual de la expansión del Medicaid, y elimina por completo el requisito de que las personas estén aseguradas en vez de simplemente cobrarle más a los consumidores que estuvieron un tiempo sin cobertura, como lo hace el proyecto de ley de la cámara baja. También reduciría el gasto federal en el Medicaid a largo plazo, de manera más profunda que el proyecto de ley de la referida Cámara.
Los dos proyectos también manejan subsidios a las primas de manera diferente: la versión de la Cámara los basaría solamente en la edad, mientras que la propuesta del Senado incluiría factores como edad, ingreso y lugar de residencia.
Cerca de un tercio de los residentes de California -13.5 millones de personas- están bajo el Medicaid, conocido como Medi-Cal en el estado. Cerca de 3.8 millones de ellos han ganado cobertura desde que entrara en vigencia ACA, también conocida como Obamacare, en 2014. Otro 1.3 millones tiene cobertura de salud a través de Covered California, el mercado de seguros estatal.
Bajo el proyecto de ley del Senado las compañías de seguros tendrían que aceptar a todas las personas independientemente de sus condiciones preexistentes. Sin embargo, la medida permitiría a los estados eliminar los «beneficios esenciales de salud» que se requieren bajo el Obamacare, tales como visitas al hospital y beneficios de salud mental. Algunos expertos en salud creen que las aseguradoras podrían usar eso como una excusa para excluir a las personas con historial de enfermedad, simplemente vendiendo pólizas que no incluyan la cobertura que necesitan.
Eso preocupa a personas como Cory Dobbs, cajero en el supermercado, Grocery Outlet, quien tiene VIH y cáncer.
«Para algunos de nosotros es la vida o la muerte», dijo Dobbs, de 42 años y paciente de Medi-Cal, que va a la clínica Cares Community Health en Sacramento. «Algunos de nosotros hasta posiblemente nos vayamos a morir por este proyecto de ley. Es solo la verdad.»
Los críticos de la Ley del Cuidado de Salud Asequible argumentan que el gobierno federal necesita controlar los costos y que los estados deben asumir más responsabilidad para proveer atención de salud. Por ejemplo, los estados podrían derivar el presupuesto destinado a otras áreas si quieren continuar con la expansión del Medicaid, dijo Lanhee Chen, experto en políticas de salud en Hoover Institution:
«Tiendo a tener una respuesta negativa a la idea de que la alternativa del Obamacare dará lugar a que la gente pierda cobertura», dijo Chen sobre el empuje republicano para derogar la ley vigente. «Esto no es sólo una cuestión de lo que hace el gobierno federal con el financiamiento del Medicaid, sino lo que el estado puede hacer si los cambios de financiamiento se convierten en ley».
Sin embargo, Sarah de Guia, directora ejecutiva del grupo de defensa, California Pan-Ethnic Health Network, dijo que el Golden State (CA) ha establecido un estándar alto en términos de cobertura bajo ACA, y que los esfuerzos de los republicanos amenazan esa cobertura.
«California es obviamente líder. Pero con los cortes potenciales… es inevitable que el estado tenga que tomar algunas decisiones realmente difíciles», dijo.
En el programa Medi-Cal eso podría significar ofrecer menos beneficios, disminuir la elegibilidad o reducir los reembolsos para los proveedores, que ya están entre los más bajos de la nación. Eso ha causado ansiedad entre el personal de clínicas comunitarias, hospitales de seguridad social y hogares de ancianos.
«Las clínicas comunitarias continuarán y tratarán de mantenerse abiertas, pero es como sacar la alfombra que tenemos debajo», dijo Deena Lahn, vicepresidente de política y defensa del San Francisco Community Clinic Consortium. «Ahora, Medicaid es la base financiera de nuestro trabajo».
El doctor Jay Lee, médico jefe de la Venice Family Clinic, con sede en Los Ángeles, estuvo el jueves en una marcha de «guardapolvos blancos», en Washington, DC, en oposición a los esfuerzos de los republicanos por «derogar y reemplazar» el Obamacare.
El proyecto de ley del Senado «básicamente agita al Medicaid» y hace que sea más difícil para los médicos hacer su trabajo, dijo Lee. «Yo también podría escribir mis papeles [de recetas] en tinta invisible si los pacientes no pueden pagar por los medicamentos».
En el mercado de seguros individual, decenas de miles de personas que reciben subsidios federales ya no serían elegibles para ayuda debido a una disposición en el proyecto de ley del Senado que reduce los umbrales de ingreso para ser elegible.
Funcionarios de Covered California, el mercado estatal, dijeron que el proyecto de ley podría tener un amplio impacto en los beneficiarios. «A primera vista, no sólo proporcionaría una cobertura de salud mucho más escasa que la que se ofrece hoy, sino que millones de personas no tendrían cobertura alguna», dijo Peter V. Lee, director ejecutivo de Covered California, en una declaración escrita.
Algunos consumidores apoyan un rechazo de ACA. Sarah Foster, de 83 años, se opone a las propuestas de salud del Senado y de la Cámara de Representantes, pero por una razón diferente: no piensa que vayan tan lejos como para revocar totalmente el Obamacare.
Foster, residente de Sacramento que está en Medicare y Medi-Cal, dijo que nunca tuvo problemas para encontrar un médico antes de ACA. La mujer dijo que, después que la ley se aprobó, pareció que muchos médicos entraron en atención especializada debido a la «burocracia» asociada con la ley.
Ahora, dijo, no tiene médico de atención primaria. «Así que estoy corriendo por ahí tratando de encontrar una persona [de medicina] interna».
Los hospitales de redes de seguridad, que también se han beneficiado de ACA, temen el impacto de una revisión republicana. Los hospitales públicos de California podrían perder apoyo por más de 2 mil millones de dólares al año si se deroga la expansión del Medicaid, según la California Association of Public Hospitals and Health Systems.
El proyecto de ley es un «esfuerzo inútil para ahorrar dinero», dijo Erica Murray, presidenta y CEO del grupo, en un comunicado: «Simplemente negarse a gastar dinero en atención médica no reduce el costo de la atención, ni la necesidad».
El doctor Matthew Hickey, de 30 años y residente médico de la Universidad de California en San Francisco, que trabaja en el Hospital General de esta ciudad, y que es el hospital de la red de seguridad municipal, dijo que le preocupa que la ley «reduzca drásticamente tanto la cobertura como la calidad de la cobertura».
Agregó: «En particular los recortes al Medicaid son bastante preocupantes. Muchos de los pacientes que atiendo y que recibieron cobertura a través de la expansión del Medicaid no podrán verme»■