En medio de la crisis humanitaria de los niños que han llegado a la frontera huyendo de la violencia en sus países, las organizaciones de defensa de los migrantes mantienen una ofensiva de creciente presión pública sobre el presidente Barack Obama, a fin de que ejecute un alto a las deportaciones y otorgue un trato humanitario a los niños migrantes. José López Zamorano reporta desde la capital del país.
Se escuchan cánticos…
La Casa Blanca se convirtió esta semana en escenario de sucesivas protestas, marchas y plantones por parte de activistas, religiosos, inmigrantes y sus familias en busca que que Obama use su poder ejecutivo para detener las deportaciones.
“Por favor le pedimos a Barack Obama que no más deportaciones, ¡que las pare ya! Que no desintegre más familias”
Carla Cruz, una inmigrante hondureña viajó desde Luisiana para abogar por la liberación de su esposo indocumentado detenido. Acompañada por miembros de United We Dream, llevó a la Casa Blanca un pliego de casi 75 mil firmas pidiendo un alto inmediato a las deportaciones.
Cristina García representa a cientos de miles de ‘soñadores’:
“Necesitamos que actúe ahora –el Presidente-, dándonos alivio administrativo que proteja a nuestro padres y a muchos miembros de la comunidad de inmigrantes que no tienen ‘papeles‘”.
La Red Nacional para la Organización de los Jornaleros (NDLON) colmó de música y de seguidores la Plaza de la Libertad y marchó sobre la histórica Avenida Pensilvania, de Washington, DC, para implorar un trato humanitario a los niños migrantes centroamericanos.
“Realmente estoy indignada”.
Nidia Almirón viajó en autobús desde Filadelfia para hacerse escuchar en la capital de la nación. Aunque ya es ciudadana naturalizada, se solidariza con la causa de los indocumentados:
“Si no tenemos compasión por los niños, ¿qué podemos esperar en un futuro?”
Las movilizaciones fueron en reacción al proyecto de ley aprobada por los republicanos de la Cámara Baja, que aceleraría las deportaciones de los niños y desaparecería DACA, el programa de Acción Diferida. El Presidente ha dicho que vetaría esta ley.
“Hemos visto lo que han estado haciendo en la cámara baja, y si este Presidente quiere estar en el lado correcto de la historia debe actuar”.
B. Loewe es portavoz de los referidos jornaleros:
“Tiene el poder, la habilidad y la responsabilidad de dar alivio a esta comunidad”.
Fue un reclamo similar al externado antes por unos 130 líderes evangélicos, activistas comunitarios e inmigrantes indocumentados que llegaron a la capital estadunidense para hacerse arrestar frente a la Casa Blanca en protesta por la inacción de Washington.
“Estamos aquí porque hay una gran vergüenza en este país y la gran vergüenza es la deportación de inmigrantes”
La obispa metodista, Minerva Carcaño trajo desde Los Ángeles su indignación hasta las puertas de la Casa Blanca:
“Ya basta hermanos y hermanas, estamos aquí arriesgando la posibilidad de ser arrestados porque no ha habido una voz moral”.
El Movimiento por una Reforma Migratoria Justa (FIRM) anunció planes para más movilizaciones en 15 estados este mes, incluida una magna concentración en Washington el 28 de agosto.
Angélica Salas representa a la Coalición de Derechos Humanos de los Inmigrantes de los Ángeles (CHIRLA):
“Arreciaremos nuestras actividades para construir nuestro poder político y avanzaremos. Lo que está en juego es más importante que nunca”.
Al final de la semana, el presidente Obama dijo que piensa que no puede tomar acciones generalizadas para beneficiar a millones de personas:
“Yo siento que nunca tengo una ‘luz verde’. Me guío por la Constitución. Me guío por la separación de poderes. Existen algunas cosas que ni yo puedo hacer”, dijo Obama.
Para la Edición Semanaria del Noticiero Latino, Desde Washington, DC, Texto y Foto, José López Zamorano.