Un grupo de jóvenes de familias trabajadoras del campo que acariciaron el sueño de tener un parque de patinaje finalmente después de más de dos años de gestiones y esfuerzos por conseguir los fondos hoy logran estrenarlo. El moderno parque de patinaje sirve ahora como centro de deporte y recreación para los jóvenes de Arvin, un poblado ubicado en un rincón rural del valle central de California. Esta es una de las comunidades con mayor pobreza en la nación, en la que los jóvenes padecen los problemas del pandillerismo y la obesidad. Nuestro reportero Rubén Tapia estuvo presente en la inauguración y nos brinda los detalles de esta increíble historia.
Se escucha sonido ambiente de la inauguración…
El alcalde de la ciudad, José Gurrola, de 23 años de edad y uno de los más jóvenes patinadores, con una tijera gigante cortan el simbólico listón.
Sonido ambiente y aplausos…
Así inauguraron formalmente una moderna y funcional pista de patinaje de concreto, construida en el Parque Di Georgio, uno de los tres parques con los que cuenta Arvin, una ciudad de 20 mil habitantes en su mayoría trabajadores agrícolas, ciudad localizada a 15 millas al sureste de Bakersfield, en el conservador condado de Kern.
Este sueño inició años atrás, recuerda Edgar Rosales:
“Yo y mi hermano agarramos un grupo de como 120 niños al City Hall…”
Les urgía porque la vieja pista era peligrosa, recuerda su hermano Kevin, de 19 años.
“Estaba lleno de hoyos y muchos niños se estaban lastimando; había un niño que se cayó y se abrió el ojo”, dice Kevin.
Como no arreglaron la pista, algunos jóvenes siguieron patinando o con sus bicicletas en la calle. Otros no.
“Había niños que antes patinaban y se metieron con mala gente”, afirma.
Para seguir con su demanda le pidieron ayuda a Jason Cater, uno de los directivos de ‘Bike Bakersfield’, una organización no lucrativa que apoya y promueve el ciclismo.
“En realidad empezó como una iniciativa de los jóvenes de Arvin. No fue algo que la ciudad u otras organizaciones tuvieran en el radar”, sostuvo Cater.
Bike Bakersfield junto con ‘Building Healthy Communities’ los asesoraron. Los jóvenes recogieron firmas de apoyo con los vecinos y continuaron las visitas al concilio, recuerda el joven alcalde Gurrola:
“Grupos de jóvenes de 8 a 15 o 16 años, preguntándole a la ciudad por otro parque de patineta. Por tres juntas se quedaron y entonces nosotros como concilio…”
El problema era que las arcas del municipio sólo disponían de 100 mil dólares.
“Hablamos con el Condado, hablamos con California Endowment, con la Tony Hawk Foundation y entonces tuvimos más de 500 mil dólares para construir el parque y sí, era suficiente”, señaló Gurrola.
Ya con el dinero, contrataron a Spohn Ranch Skateparks, empresa especializada en la construcción de estos parques y quienes consultaron con los jóvenes, señala Miki Vuckovich, Director Ejecutivo de la Fundación Tom Hawk, una organización que promueve el activismo juvenil de este deporte extremo que ya cuenta con más de tres mil pistas en el país; 364 en California y 7 en el condado Kern, incluida la recién estrenada en Arvin.
“Los jóvenes se reunieron con el diseñador y le dijeron las cosas que ellos querían ver en su parque”, afirmó Vuckovich.
El resultado fue una joya, destaca Matthew Mickey, un patinador profesional y comentarista de este deporte.
“Tenemos lo que es considerado ya una joya de los parque de California. Está muy bien construido para que jóvenes pequeños y mayores se diviertan”, dijo.
Junto a Matthew llegaron otros profesionales del patinaje, como Jordyn Barrat, de 18 años, medalla de plata en los pasado juegos, ‘X Games’, competencia bianual de estos deportes extremos. Jordyn, contenta con la invitación, compartió lo que este deporte le enseñó en sus seis años de practicarlo:
“Aprendes a llevarte con todos. También te enseña la perseverancia y que necesitas continuar, aun si te caes, te levantas y lo intentas de nuevo”
Sonido de ambiente exterior…
Felices con su pista de patinaje acudieron a celebrar María Socorro Henríquez, su esposo y cuatro niños pequeños.
“Pues sin nos gusta y hoy es la inauguración oficial y venimos a celebrar”, dijo Henríquez.
Para Lupe García, la única nena que llega con una patineta, señala con picardía que el lugar es algo más que una pista deportiva.
“Es mi casa”, dice la niña.
Mientras que Esteban Henríquez, un cocinero de 25 años de edad que viaja desde Bakersfield para patinar en Arvin, estas instalaciones tienen un significado más profundo:
“Este parque significa para mí, amistad”
Lograr construir un parque de más de 400 mil dólares en un apartado pueblo rural, donde viven en su mayoría trabajadores del campo latinos fue una verdadera lección de civismo, destaca Reyna Olaguez, de Building Healthy Communities – South Kern.
“Los jóvenes aprendieron como abogar por algo a nivel de la ciudad, para traer algo a su comunidad”, sostuvo Olagues.
A Kevin Rosales, estudiante de la universidad de Fresno y uno de los líderes de este esfuerzo, le gustaría que en otras partes, más jóvenes se animaran a transformar su comunidad:
“Si nosotros pudimos, ustedes también pueden”
El ambiente es tan alegre que Javier Calderón, un trabajador del campo de 36 años y ex adicto, afirma que la fe, el deporte y el arte enderezaron su vida. Mientras mira a los jóvenes disfrutar su parque, improvisa este rap:
“Entonces mi fe aumenta mientras voy patinando / Me dice mi familia ahora te vez muy bien / Les digo y les predico la palabra en mi skate board /Ahora no uso drogas estoy limpio como vez”